El 25 de Febrero 2018 | 16:39
Desde 'Space Invaders' la fórmula de la navecita destruyendo alienígenas se repetía una y otra vez, y lo iba a seguir haciendo durante muchos años más. Con suerte a veces se cambiaba el marco espacial por el de una batalla aérea de avioncitos, pero poco más. Fue en 1985 cuando Konami decidió probar algo distinto con 'TwinBee', un shoot'em up con jugabilidad clásica, pero con una ambientación colorida y totalmente desenfadada. A este juego le siguieron otros como 'Fantasy Zone' o 'Parodius', dando así lugar al nacimiento de un nuevo subgénero, los encantadores "cute'em up".
En un país multicolor
¡Oh no! Otro malvado imperio galáctico está sembrando el caos en el espacio enviando montones de mutantes alienígenas para conquistar la galaxia, ¡y solamente una nave equipada con lo último en tecnología puede impedirlo! ¿Quién nos salvará? Pues mejor que lo haga otro, ¡porque esto no va de nada de eso! Aquí simplemente hace falta que te unas a TwinBee o a WinBee, las dos naves inteligentes que se enfrentan a enemigos tan peligrosos como fresas gigantes, o escuadrones de cuchillos voladores. Sobrevuela con ellos bellos paisajes, pero no te distraigas con el entorno o sufrirás las consecuencias. Y si puedes buscarte un aliado para que te ayude, mejor. ¡Así podrás destruir un mayor número de enemigos absurdos!
Tras pasearse por los salones recreativos, 'TwinBee' dio el salto a NES (más concretamente a Famicom ya que solo salió en Japón) y a los ordenadores MSX y X68000. Posteriormente hubo otras reediciones para sistemas más modernos, pero nos centraremos en las versiones originales de los años 80.
La recreativa original nos proponía manejar a estas simpáticas navecitas llamadas TwinBee y WinBee, dependiendo de si jugábamos en solitario o en modo cooperativo. La acción no se diferenciaba demasiado de la de otros shoot'em up del género con scroll vertical, teniendo que destruir a todo enemigo que nos saliese al paso. Lo que si que resultaba novedoso su particular estética, muy alejada de la típica oscuridad del vacío espacial.
Y es que aunque algunos de los enemigos aun tuviesen el clásico aspecto de nave, otros lucían diseños bastante imaginativos, como por ejemplo las oleadas de cuchillos voladores que literalmente trataban de apuñalar nuestra nave. El escenario en si rebosaba colorido, al igual que ocurría con los protagonistas. Y la alegre música de fondo ayudaba a crear una atmosfera desenfadada que alegraba nuestros sentidos mientras jugábamos.
Sin embargo no debemos dejar que su alocado aspecto nos lleve a creer que se trata de un juego fácil y sencillo, hay que recordar que después de todo es un matamarcianos arcade de la vieja escuela, y que como tal estaba diseñado para que nos dejásemos moneda tras moneda cada vez que nos mataban.
La acción frenética está más que asegurada, especialmente en la versión original para arcades, ya que es la que goza de mayor fluidez y puede representar mayor cantidad de enemigos simultáneos en pantalla. Sobrevivir entre tanto disparo no será sencillo, pero por suerte este no es de esos juegos en los que un solo impacto acaba con nuestra nave y prácticamente nos obliga a recomenzar desde el principio tras perder los necesarios power ups.
Una ayudita
Y es que nuestra nave puede sufrir cierta cantidad de daños antes de ser destruida, dependiendo de dónde reciba el impacto. Así por ejemplo si pierde uno de sus brazos, ya no podremos disparar bombas para acabar con las molestas torretas de tierra, mientras que un impacto directo en la cabina puede destruirla al instante. Si la nave resulta dañada, aparecerá en pantalla una especie de ambulancia con la que podremos reparar el daño. Sin embargo su presencia es limitada, por lo que no podremos depender siempre de ella.
Los power ups nos pueden ayudar bastante, pero no son tan imprescindibles como en otros juegos. Estos se consiguen recogiendo campanas de colores que aparecerán al disparar a algunas de las nubes. Dichas campanas son siempre de color amarillo al principio, lo que nos dará puntos extras si las recogemos, pero si las disparamos podemos cambiar su color para recibir otras ventajas más interesantes.
Así por ejemplo las de color azul aumentarán la velocidad de desplazamiento, las verdes crean copias de nuestra nave para aumentar su capacidad ofensiva, las blancas mejoran nuestro disparo, y finalmente las rojas (las más difíciles de conseguir) nos otorgan un escudo temporal para proteger la nave.
Hay que tener cuidado al disparar a estas campanas para cambiar su color, ya que si aparece la que queremos y volvemos a dispararla, volverá a su color amarillo original y puede que ya no vuelva a cambiar más. Es difícil estar pendiente de las campanitas entre tanto disparo, y a veces podemos lamentar amargamente el habernos distraído tratando de cambiar el color de una de ellas.
Las versiones domésticas lógicamente no ofrecen la misma fluidez del arcade, sin embargo se adaptan realmente bien a las limitaciones propias de cada sistema. Así por ejemplo las versiones para Famicom (NES) y X68000 ofrecen unos resultados similares, mientras que la de MSX es algo más modesta, especialmente en lo referente a la fluidez y el desplazamiento del scroll.
No obstante incluso esta versión para MSX es enteramente disfrutable y muy divertida, por lo que cualquiera de ellas es totalmente recomendable para todo usuario de estos sistemas. Existe también una versión para Famicom Disk, el curioso add-on de disquetes para Famicom. Pero sus diferencias con la versión de cartucho no son especialmente notables.
El vuelo del abejorro
La banda sonora suele ser un aspecto importante en este tipo de juegos, ya que su ritmo nos incita a jugar entre tanta acción desbordante. En este caso nos acompañan temas desenfadados, pero con un ritmo que incita a jugar. La versión para X68000 incluye además algunas curiosas voces digitalizadas ausentes en las demás ediciones.
Como veis el juego destaca en prácticamente todos los apartados, ya que es innovador dentro de un género muy necesitado de ello, y al mismo tiempo mantiene los ingredientes que hacen a estos juegos tan adictivos. Los gráficos y el sonido acompañan realmente bien en todas las versiones, y eso es algo muy de agradecer.
Sin embargo el aspecto más destacable de 'TwinBee' probablemente sea su modo cooperativo para dos jugadores, y no solo por lo divertido que suele resultar compartir la experiencia con otro jugador en este tipo de juegos, si no porque además aporta elementos novedosos y muy ingeniosos en este campo.
Y es que jugar acompañados no solo significa que tendremos una segunda nave destruyendo enemigos en pantalla como es habitual, pues podremos realizar ataques especiales combinados como si de un beat'em up se tratase. Así por ejemplo podremos unir ambas naves para realizar un devastador ataque especial, o podemos disparar a nuestro compañero desde atrás para que el disparo salga repelido en varias direcciones abarcando así un área mayor de impacto.
Esta combinación de ataques nos permitirá sacar ventaja si estamos bien compenetrados con nuestro compañero, lo que añade un factor de interés extra al modo cooperativo. Y es que de hecho 'TwinBee' parece diseñado especialmente para el multijugador, ya que la diferencia de efectividad al jugar en solitario es bastante notable.
Para jugarlo en la actualidad disponemos de varas reediciones, como por ejemplo en la Consola Virtual de Wii y Wii U. También tenemos un estupendo recopilatorio de la serie para PSP, pero por desgracia solo salió en Japón y no es sencillo de conseguir. Finalmente en la eShop de 3DS podemos encontrar una interesante reedición con efecto 3D que es quizá la opción más recomendable para jugarlo actualmente.
Dulce como la miel
Si lo que queremos es alguna de las versiones domésticas originales, sabed que todas ellas son bastante difíciles de encontrar, especialmente la de X68000. La de Famicom es sin duda la más común, pero tendréis que recurrir a la importación para conseguirla. Por suerte su precio no es demasiado elevado, y podéis encontrarlo incluso completo por menos de 40 euros.
Es una pena que esta serie no sea más conocida en occidente, pero nunca es tarde para darle una oportunidad. Y es que tanto el 'TwinBee' original como sus secuelas sabrán encandilar a todo amante del género, especialmente a aquellos que estén ya un poco cansados de tanto shooter espacial.
Lo mejor:
Original y muy divertido. Rebosa color y simpatía. El modo cooperativo es incluso mejor de lo habitual.
Lo peor:
Que apenas se conozca esta serie en occidente. Jugando en solitario puede perder algo de gracia.