El 13 de Septiembre 2015 | 15:45
En 1992 nos llegaban los dos primeros juegos basados en Los Simpsons, cuando la fama de esta familia televisiva conquistaba cada rincón del planeta. Los salones recreativos se vieron asaltados por el genial beat'em up de 'The Simpsons', que además fue el primer juego que retroanalizamos en nuestra sección retro. Los sistemas domésticos por su parte recibían un juego de plataformas en el que Bart en solitario debía repeler una invasión alienígena en toda regla. Atari ST, ZX Spectrum, Amstrad CPC, PC DOS, y hasta tres sistemas diferentes de Commodore, fueron los ordenadores elegidos para acoger este título. En cuanto a consolas, las elegidas serían: NES, Master System, Game Gear, y Mega Drive.
¡Ay caramba!
Normalmente los niños buenos se quedan en casa cuando oscurece, pero Bart Simpson pasa de todo eso. En una de sus escapadas nocturnas, Bart ve unas extrañas luces en el cielo a las afueras de Springfield, y no duda en lanzarse a investigar lo que puedan ser. Cuando llega hasta el lugar, Bart ve un platillo volante flotando y dos personas debajo de él, sin embargo esos individuos no actúan como si tuviesen encima un objeto volador no identificado, si no que parlotean entre sí con total tranquilidad. Bart logra escuchar lo que dicen escondido entre los arbustos, y sus palabras no son nada tranquilizadoras... ¡Hablan de conquistar el mundo y esclavizar a la raza humana! Para ello planean reemplazar a las personas comunes por repulsivos replicantes. ¡Que mal rollo! Bart se lleva la mano al bolsillo y saca sus gafas de rayos X, ¿funcionarán realmente, o habrá sido victima de la publicidad? ¡Funcionan! Y con ellas Bart puede ver los repugnantes mutantes que se esconden tras el camuflaje humano. ¿Pero qué puede hacer ahora? Bart corre a casa y se lo cuenta a su familia, pero con su reputación solo consigue llevarse un buen castigo por escaparse de noche. Esto no mola nada, Bart es el único que sabe lo que está pasando, ¡y nadie le cree! Solo queda una solución; salir a luchar el solitario contra esos adefesios del espacio y buscar pruebas para convencer a su familia. ¡Es hora de darles a esos monstruos una patada en sus mutantes culos!
Bajo el sello de la hoy desaparecida Acclaim, nos llegaba este título plataformero con ligeros toques de aventura al que si hubiese que calificar con una sola palabra, esa sería "difícil". Ser un niño de diez años que tiene que salvar la Tierra de una invasión extraterrestre no debe ser sencillo, y el juego "recoge perfectamente" esa sensación. Nuestro objetivo consiste en arruinar los planes de los mutantes robándoles los objetos que necesitan para construir un arma capaz de someter a toda la humanidad, y en cada nivel el objetivo irá variando.
En la primera fase, el objetivo a buscar serán objetos de color púrpura. Cualquier cosa que sea de ese color deberá ser destruida, pintada, o camuflada, antes de que la encuentren los alienígenas. Para ello avanzaremos por las calles de Springfield teniendo que resolver toda clase de situaciones, y más nos vale tener los ojos abiertos y la mente despierta, porque si no logramos suficientes objetos púrpura, de nada servirá que lleguemos al final de la fase, pues nos tocará volver sobre nuestros pasos.
Es aquí donde entra el factor aventurero, la capacidad de poder volver atrás para recoger lo que nos hayamos olvidado mientras resolvemos pequeños puzzles. La cifra total de objetos es muy ajustada, por lo que dejarnos uno solo por el camino puede suponer un verdadero problema. Algunos estarán claramente visibles, pero otros requerirán de mayor esfuerzo por nuestra parte. Por ejemplo el tabernero Moe viste un delantal del color en cuestión, pero no saldrá de su bar a no ser que alguien lo enfurezca... ¿Habrá algún teléfono cerca?
No es todo de color rosa
Este primer nivel también ofrece la posibilidad de conseguir algunos objetos que nos pueden ayudar bastante en fases posteriores, por lo que lo mejor es no dejarse nada. Hay que tener en cuenta que disponemos de un inventario donde guardar los objetos que vayamos encontrando, como por ejemplo cohetes, que deberemos comprar previamente en la tienda de fuegos artificiales. Para comprar necesitamos monedas, así que cuantas más encontremos, mejor.
Si logramos encontrar todos los objetos púrpuras, podremos enfrentarnos a Nelson al final del nivel. En esta batalla podemos recibir la ayuda de Maggie, pero para ello deberemos completar su nombre con las letras que dejan tras de sí los mutantes humanizados al ser derrotados. Para vencerlos basta con saltar sobre su cabeza, pero si por error atacamos a un humano, recibiremos un impacto de los dos que Bart puede soportar por cada preciada vida. Para saber si alguien es un humano o un mutante, debemos usar nuestras gafas de rayos X que revelarán su verdadera naturaleza. Conseguir la ayuda de un miembro de la familia para derrotar al jefe de nivel no es imprescindible, pero si nos facilitará bastante la pelea.
Cada nivel ofrece unos retos distintos, y son cinco en total. Completar uno solo de ellos es ya toda una odisea, por lo que acabar el juego es harto complicado. Para colmo no contamos con ayuda de passwords, ni continuaciones ni función de guardado, por lo que este se convierte en uno de esos títulos en los que el uso de savestates en un emulador cambia mucho las cosas. Al principio solo tenemos tres vidas, pero podemos encontrar más por el camino en forma de carteles con la foto de Krusty. Vais a tener que dedicarle muchas horas si queréis pasároslo a la vieja usanza, es decir sin trucos de emulador ni nada, por lo que al menos la duración no será ningún problema.
Buena parte de la culpa de esta dificultad la tiene el control, no por malo en si, si no por complejo. Es decir, que una vez aprendido podréis jugar bien, pero hasta que lo dominéis, pasareis muchas horas de frustración y os atascareis más de una vez. El manual de instrucciones se convertía en nuestro mejor amigo cuando no había Internet. Y es que por ejemplo para hacer un supersalto, habilidad que necesitaremos si o si, tendemos que pulsar simultáneamente los botones de salto y acción. O para usar un objeto del inventario, hay que pulsar a la vez abajo y el botón de acción simultáneamente.
Eat my shorts
Esta complicación en el control quizá se podía haber evitado, de hecho en la versión para Mega Drive agradeceremos el botón extra, pero está más que claro que las personas que crearon este juego no querían hacer algo precisamente fácil. La paciencia es la clave para que este título os guste, o lo quitéis en menos de cinco minutos. Si os gustan los retos, la recomendación está hecha. Pero si no es así, mejor jugad al arcade de Konami que es mucho más accesible.
No es extraño quedarse atascado en algún punto, o dar con algún obstáculo que acabe con todas nuestras vidas antes de que logremos averiguar como pasarlo. Tener que repetir todo el camino de nuevo puede hacerse demasiado pesado a los ojos de un jugador de hoy en día, pero es así como funcionaban la mayoría de juegos en aquellos tiempos. Tened en cuenta que si este título ya era difícil para los estándares de la época, imaginad para los de ahora, así quedáis avisados.
Gráficamente poco se puede objetar, todas las versiones recrean bastante bien el universo Simpson con sus diferentes personajes y escenarios. Bart cuenta con buenas animaciones, y todo en general cumple aceptablemente. Esto es así especialmente en las versiones de 8 bits, ya que por ejemplo en la de Mega Drive quizá se podría haber sacado algo más de partido al potencial de la consola.
Los efectos de sonido cumplen aceptablemente, e incluso algunas versiones se permiten el lujo de añadir frases de Bart a modo de samples de voz. En lo que respecta a la música, esta es animada y acompaña bien, aunque la única que escuchareis hasta llegar al segundo nivel será una especie de "versión libre" del popular tema principal de la serie.
También disponible en GameStation 256
De entre todas las versiones quizá la más recomendable sea la de Mega Drive, pues goza de un nivel técnico alto y es más fácil de conseguir y jugar. Las diferentes versiones para ordenador son recomendables para cualquier fanático de estos sistemas, y de hecho allí la dificultad puede resultar algo más llevadera, debido que era más común enfrentarse a juegos difíciles.
En consolas de ocho bits, las versiones para Master System y Game Gear son muy parecidas entre sí. Ambas gozan de un buen colorido y recrean bien el estilo dibujado. La versión para NES presenta diseños sin contorno, lo que lo aleja del estilo de otras versiones, pero a la vez le da un toque personal. Cabe destacar la versión para Game Gear escondía un pequeño truco para tener vidas infinitas, lo que venía de perlas al tratarse de un juego para consola portátil. Eso si, aun con este truco no esperéis que os vais a enfrentar a algo fácil.
Como es habitual con todo juego basado en una franquicia externa, las reediciones se hacen complicadas por temas legales. Si a esto le sumamos que Acclaim ya no existe, entonces podemos esperar sentados cualquier tipo de reedición, salvo que algún día se lance alguna clase de recopilatorio de juegos de esta popular familia animada. Las opciones son la emulación, o buscar el juego original para el sistema que deseemos. En consolas no es demasiado caro ni difícil de encontrar, y tampoco es muy buscado debido a su mala fama, por lo que no será complicado añadirlo a la colección.
Tal vez no sea el mejor juego de Los Simpson que ronda por ahí, pero si os gustan los retos complicados, es sin duda una buena opción. El resto de jugadores deberá armarse de paciencia si quiere aspirar a completarlo, o de lo contrario lo abandonará a las primeras partidas.
Lo mejor:
Un reto ideal para los que están hartos de juegos fáciles. Recoge bastante bien el carisma de Los Simpson.
Lo peor:
El control es algo más enrevesado de lo deseable. Si no os gustan los juegos difíciles, mejor jugad a otra cosa.