Allá por 1998 debutaba en los salones recreativos nipones la esperada secuela del exitoso 'The House of the Dead', corriendo esta vez sobre la poderosa placa NAOMI de Sega. Dicha placa era básicamente la versión arcade de Dreamcast, por lo que unos meses más tarde la que fuese la última consola de Sega recibiría una conversión perfecta con algunos extras exclusivos. PC, y años más tarde Wii, también recibirían sendas conversiones de este fantástico shooter onrails ideal para pasarlo en grande este Halloween, ya sea en solitario o en modo cooperativo.
La pesadilla continua
En 1998 la misteriosa Mansión Curien fue arrasada durante tres días por enigmáticas fuerzas de ultratumba creadas con un oscuro propósito. Los agentes Rogan y "G" del AMS lograron sobrevivir al incidente y evitar un desastre que podría haberse extendido por todo el mundo. Sin embargo la implicación del gobierno en el caso hizo que todo fuese cuidadosamente enterrado y silenciado. Dos años después la amenaza regresa con más fuerza que nunca, el caos se extiende por el mundo y el epicentro de todo parece ser una remota ciudad. El AMS destina allí a sus mejores agentes para tratar de contener este nuevo desastre que amenaza con acabar con toda la humanidad. Pero su éxito dependerá de tu puntería a la hora de erradicar zombies y demás abominaciones. ¿Te sientes capaz de evitar este desastre?
La versión arcade de 'The House of the Dead 2' ofrecía una experiencia de juego sencilla pero adictiva, no muy diferente de la de su predecesor. Toda la acción se desarrolla en primera persona, excepto cuando nos salta alguna secuencia cinemática para ir desarrollando la trama. Por lo tanto no deberemos preocuparnos por el desplazamiento del personaje, tan solo apuntar con precisión a la pantalla.
La pistola en nuestras manos es todo lo que necesitábamos en la recreativa, disparando con ella a la ingente cantidad de zombies y monstruos que nos asaltaban. Tener buena precisión suponía acabar con los enemigos antes de que nos causasen daño, mientras que si fallábamos demasiadas veces, nos tocaría echar más monedas o marcharnos a casa
Esta experiencia se podía compartir con un segundo jugador en modo cooperativo, o incluso podíamos atrevernos a probar a usar nosotros mismos ambas pistolas para disparar a dos manos. Toda esta divertida acción unida a los portentosos gráficos que ofrecía la placa NAOMI, eran más que suficientes para vaciarnos los bolsillos en esta adictiva máquina.
Trasladar estas sensaciones arcade a nuestros hogares es tan sencillo como ser el afortunado poseedor de una Dreamcast, pues la similitud de hardware garantiza llevarnos la máquina recreativa a casa con absoluta fidelidad, mientras que la pistola de Dreamcast ayuda a acercarnos aún más a la recreativa original.
Apunta y dispara
No obstante también es posible jugar con mando, empleando una retícula en pantalla que desplazamos con el stick analógico. Naturalmente este sistema no es tan preciso y divertido como el de la pistola, pero sin duda habrá quién lo prefiera a tener que complicarse buscando una pistola para jugar. En reediciones posteriores del juego como la de Wii, esto dejó de ser un problema, gracias a que se adaptaba como anillo al dedo al uso del Wiimote.
Tener la experiencia arcade en nuestra casa está muy bien, sin embargo su sencillez y escasa duración podrían resultar del todo insatisfactorias para lo que cabe esperar de un juego doméstico. Por este motivo se añadieron nuevos modos de juego adicionales, como el modo original que añade opciones totalmente exclusivas.
Así por ejemplo podremos emplear ítems que vayamos recogiendo durante nuestra partida, algunos de ellos escondidos en las numerosas rutas ocultas a las que podremos acceder destruyendo ciertas partes del escenario, o salvando a alguna victima inocente en particular. Estos ítems coleccionables se emplean al principio de la partida, y habrá que tener cuidado al gastarlos, pues solo se podrán usar una vez.
Si queremos usarlos más veces tendremos que volverlos a recoger durante la siguiente partida, y sus efectos son de lo más variado, por ejemplo aumentando nuestra potencia de fuego, o dándonos acceso a algún personaje secreto. Esta mecánica incita bastante a la rejugabilidad, ya que descubrir todos los secretos nos llevará muchas partidas, algo que compensará bastante la escasa duración del juego.
Además también disponemos de un modo entrenamiento para mejorar nuestra puntería, y un contrarreloj donde tratar de derrotar a todos los jefes finales del juego en el menor tiempo posible. Finalmente encontraremos un menú con opciones exclusivas de la versión doméstica, como poder escoger el color de la sangre de los enemigos.
No estamos ante un juego recomendable para aquellos que simplemente busquen llegar hasta ver los créditos finales y después ya no pretendan jugarlo más, ya que si ese es vuestro caso, no os durará más de una tarde. 'The House of the Dead 2' está claramente pensado para la rejugabilidad, para completar la aventura una y otra vez buscando nuevas rutas, secretos, o simplemente mejorar nuestra puntuación. Esto lo convierte en el título ideal para echar unas partidas junto a un amigo y pasar la tarde.
¡Casi puedes olerle el aliento a esos zombies!
Gráficamente nos encontrábamos frente a algo muy sorprendente en su época, con lúgubres escenarios llenos de detalles, y una estética sorprendentemente colorida teniendo en cuenta el ambiente general del juego. Hoy en día tal vez pueda parecer desfasado, pero sin duda soporta bastante mejor el paso de los años que la mayoría de juegos de su época. Además es tan divertido y viciante, que en cuanto llevemos unos minutos jugando nos habremos olvidado del paso de los años respecto a los gráficos.
La banda sonora ambienta francamente bien, con temas oscuros pero bastante cañeros. Las voces por el contrario son victimas de uno de aquellos peculiares doblajes de antaño, propio de medirse de igual a igual con el del primer 'Resident Evil' en cuanto a sobreactuación y frases fuera de contexto. En otras palabras, los sibaritas del doblaje acabaran por apagar las voces, mientras que a los que les resulten divertidas y simpáticas este tipo de actuaciones, seguramente le acabarán cogiendo cariño.
La trama por su parte no es que sea para quitarse el sombrero, pero si está bastante elaborada para lo que se podría esperar de un título de estas características. De hecho, y al igual que pasaba con el primer juego de la saga, su trama nos puede recordar en más de un momento a la de la saga 'Resident Evil', pasando de un incidente aislado en una mansión, a la antesala de un apocalipsis zombie que nace en una ciudad remota.
Además de Dreamcast, el juego también visitó el PC en su momento con una versión bastante buena. Años más tarde se paseó por los circuitos de la primera Xbox como extra dentro de 'The House of the Dead 3', básicamente lo mismo que hizo algunos años después en Wii con 'The House of the Dead 2 & 3 Returns'. Todas estas versiones lograron mantener la enorme capacidad de divertir del original, así como sus modos extra con respecto al arcade. De tener que recomendar una de ellas, esa sería sin duda la de Wii, ya que como decíamos es la que mejor adapta sus controles al juego.
Por desgracia esta versión para Wii fue también la última reedición del juego, ya que no fue llevado a PS3 cuando sus sucesores fueron porteados a la máquina de Sony. Por suerte las ediciones originales para Dreamcast y Wii son bastante asequibles y fáciles de conseguir, pudiendo sumarlas a vuestra colección por precios incluso inferiores a los 20 euros. Toda una ganga para amantes de los viejos shooters onrails.
Una experiencia corta pero intensa, con un factor rejugable casi infinito que os mantendrá muchas horas pegando tiros a los zombies. Es sin duda un juego ideal para pasar esta noche de Halloween con los amigos entorno a la consola, pues ofrece diversión directa sin complicaciones para todo tipo de jugador.