Tras encargarse de portear a Famicom (la NES japonesa) las dos primeras entregas de la serie, los de Sunsoft se ganaron el derecho de llevar la saga 'Fantasy Zone' a Mega Drive allá por 1992. Un año más tarde nos llegaría el juego a Europa, pero saltándose en el proceso el continente americano. Según parece, el juego llegó a estar disponible en versión digital para el Sega Channel de Genesis (la Mega Drive americana), pero hubo que esperar hasta la llegada de la Consola Virtual de Wii para volver a verlo reeditado como juego descargable. Ahora 'Super Fantasy Zone' pone rumbo a Mega Drive Mini, donde podremos volvernos a deleitar con este precioso shoot'em up desbordante de color.
La luz que oculta la oscuridad...
Hace ya tiempo que el malvado Imperio Menon fue desterrado de la Zona de Fantasía, propiciando así una era de paz y prosperidad para este lugar lleno de luz y color. Por desgracia todo este bienestar iba a encontrar su fin ante lo que parecía ser un mero ataque de piratas espaciales, cuyo objetivo era una pacífica patrulla científica que viajaba con destino a Nuevo Bolan, a fin de investigar una extraña perturbación gravitatoria. Su desesperada llamada de auxilio fue atendida por O-Papa, el legendario héroe que siempre estaba dispuesto a ayudar a pesar de tener ya una avanzada edad. Desafortunadamente lo que en un principio parecía una sencilla misión de rescate contra unos piratas espaciales, resultó en el aterrador descubrimiento de que el Imperio Menon había regresado, y más fuerte y poderoso que nunca. O-Papa luchó valerosamente contra ellos, pero fue herido mortalmente y a duras penas logró regresar a su hogar. Ante los restos moribundos de su padre, el joven Opa-Opa juró venganza y prometió liberar su mundo de la oscuridad del Imperio Menon.
La serie 'Fantasy Zone' nacía en los arcades allá por 1986, siendo después porteada a numerosos sistemas domésticos, destacando entre ellas la conversión para Master System. A partir de ahí nos fueron llegando secuelas, como 'Fantasy Zone 2', 'Fantasy Zone the Maze', 'Fantasy Zone Gear', o el desconocido 'Galactic Protector'. 'Super Fantasy Zone' sería la última entrega de la serie, ya que desde entonces tan solo se han publicado reediciones y remakes de las entregas ya existentes.
Existe la tendencia a creer que 'Super Fantasy Zone' y 'Fantasy Zone Gear' son básicamente reinterpretaciones del 'Fantasy Zone' original, pero nada más lejos de la realidad, pues son secuelas en toda regla con sus propios niveles y trama. En el caso de 'Fantasy Zone Gear' es más comprensible el error, ya que por razones desconocidas en occidente se le llamó 'Fantasy Zone' a secas, dando pie a creer que simplemente se trataba de una conversión para Game Gear del juego original.
¿Pero que trama podría tener un alegre juego de navecitas? Pues bastante más de la que cabría esperar, y mucho más oscura de lo que su simpático aspecto da a entender. Ya el comienzo de este 'Super Fantasy Zone' nos plantea una historia de venganza de muertes paternas que nos va a dejar con una ceja arqueada si no conocemos la serie. Pero lo cierto es que es algo habitual en toda la saga, ya que, sin entrar en spoilers, os advertimos que es muy capaz de dejarnos con cara de estupefacción en más de una ocasión.
Eso si es que somos capaces de ver el final de cada juego (algunos incluso ofrecen finales alternativos a cada cual más siniestro), ya que su habitual nivel de dificultad hará que solo los más hábiles logren superarlos. 'Super Fantasy Zone' no iba a ser una excepción a esta regla, ya que si bien nos deja ajustar la dificultad, y en principio es algo más benevolente que otras entregas, en el último nivel tendremos que afrontar la típica prueba final de la serie: Derrotar de nuevo uno por uno a todos los jefes del juego en sucesión, antes claro está de vérnoslas con el jefazo final.
Sin peligro de borrarse la huella dactilar
Para ayudarnos a superar tan duro reto, en las opciones encontraremos una utilísima función de disparo rápido, la cual nos permitirá hacer papilla a los enemigos de forma más eficiente sin perder ningún dedo machacando el botón de disparo. Esto ayuda también a rebajar la dificultad, de modo que si os rendisteis con otras entregas de la serie, tal vez con esta logréis llegar más lejos.
La mecánica principal de juego es similar a la del resto de la saga, y a su vez muy distinta de la de otros títulos de este género. Aquí podemos desplazarnos libremente tanto a izquierda como a derecha, en un escenario cíclico en el que volveremos una y otra vez al mismo sitio si volamos en una única dirección. Para superar la fase habrá que destruir todas las bases que actúan a modo de generador de enemigos, los cuales también pulularán por el nivel para tratar de proteger dichas bases.
Si logramos derribarlas todas, el jefe de final de fase hará acto de presencia, normalmente en la forma de alguna criatura gigantesca de aspecto cómico. Subestimarlos por su aspecto será un error que pagaremos caro, ya que tras su desenfadada apariencia se esconden verdaderos monstruos capaces de destruir nuestra nave antes de que nos dé tiempo a pestañear. Si logramos vencerles, dejarán un montón de monedas y pasaremos a la siguiente fase.
Dichas monedas son otro ingrediente habitual de la serie, ya que con ellas podremos comprar mejoras para la nave. Para ello habrá que encontrar un globo flotante con el cartel de "shop", lo que nos llevará a un menú de selección de objetos con un tema musical que resultará muy familiar a los seguidores habituales de Sega. En estas tiendas encontraremos elementos tan útiles como: rayos láser, misiles de seguimiento, disparos múltiples, vidas extra, escudos, y como novedad, ataques especiales.
Estos ataques especiales aprovechan el hecho de que el mando de Mega Drive tenga un botón más que el de los habituales sistemas de 8 bits. Pulsando este botón realizaremos algún ataque devastador que barrera la pantalla, ideal para cuando nos enfrentemos a algún jefe de final de fase. El resto de nuestro arsenal se completará con las clásicas bombas, las cuales hacen bastante daño a los enemigos, pero requieren de algo de precisión al ser lanzadas.
Como una suave brisa
Su jugabilidad os enganchará desde el primer momento, incluso si sois propicios a desesperaros con la elevada dificultad habitual de este tipo de juegos. En control es suave y fluido, al igual que el desplazamiento general del escenario, sin la menor ralentización o tirón por muchos enemigos que haya en pantalla.
El apartado gráfico es sin duda de los mejores aspectos del juego, y no por alardes técnicos en plan rotaciones o efectos de zoom, sino por su bello apartado artístico que nos dejará estupefactos desde el momento en que conectemos la consola y apreciamos la cuidada secuencia de introducción. Los fondos son una auténtica explosión de color e imaginación, con toda clase de diseños de fantasía, lo mismo que ocurre con los enemigos y el propio protagonista.
Pero si nuestros ojos estarán de enhorabuena con este juego, no menos serán nuestros oídos. La banda sonora es simplemente fantástica, con temas muy animados que resonarán en nuestra memoria mucho después de haber apagado la consola. Además contamos con un agradecido test de sonido que nos permitirá escuchar todos estos temas musicales las veces que queramos. Para darnos cuenta de la repercusión musical de este juego, basta con comprobar como algunos de sus temas fueron homenajeados en otros títulos posteriores de Sega, como por ejemplo en el popular 'Sonic 3D' (en su versión para Mega Drive).
Un juego redondo en todos los aspectos posibles, con una jugabilidad adictiva, unos gráficos dignos de una galería de arte, y una banda sonora que te alegra el alma con tan solo escucharla. Si hubiese que buscarle alguna pega, sería quizá la elevada dificultad que complica su accesibilidad para todo el mundo (especialmente en la parte final). O el hecho de que no se aprovechase el potencial extra de la consola para añadir algún modo cooperativo. Es decir, cosas que son perfectamente perdonables.
Hasta hace poco era posible descargarlo desde la Consola Virtual de Wii, pero el cierre del servicio nos dejó sin esta posibilidad. Conseguir el cartucho original no es fácil, pues se trata de una joya muy buscada (y con razón). El cartucho suelto sin caja ni nada extra, puede suponer un desembolso de unos 30 euros, mientras que completo puede irse hasta los 70 euros dependiendo de su estado de conservación.
Pequeño en tamaño, pero grande en valor
La versión japonesa es mucho más rara y cara, además de venir con una peculiar caja de un tamaño menor del habitual. Algo que ha sido reflejado con cariño en Mega Drive Mini, donde muy acertadamente se ha incluido este título entre muchas otras joyas. Una auténtica maravilla que no puede faltar a cualquier usuario de Mega Drive, ya sea de la consola original, o de su inminente versión "mini".