En 1991 los salones recreativos recibían a 'Earth Defense Force', el enésimo matamarcianos espacial llamado a tragarse cientos de nuestras monedas. Unos meses más tarde, Super Nintendo recibiría su propia versión. Pero lejos de quedarse en un intento de recrear sin más la recreativa original, esta conversión sacaría ventaja del potencial de la consola para llegar incluso a mejorar el arcade.
En lo más profundo de la Luna
Un inquietante mensaje de alerta llega al centro de operaciones del E.D.F. (Earth Defense Force), la fuerza que defiende la Tierra de cualquier tipo de amenaza exterior. En él se advierte de que el Imperio Azyma ha tomado el centro de control de defensa situado en la cara oculta de la Luna, el cual maneja los efectivos militares de todo el planeta. Ahora el mundo entero es rehén de su propio sistema defensivo, y mientras tanto el imperio está construyendo un arma secreta capaz de reducir la Tierra a polvo espacial. Por suerte aún queda una esperanza, los cazas XA-1 que han quedado libres del control imperial. Solamente con ellos se pueden arruinar los planes de los Azyma, y salvar así la Tierra de la más absoluta aniquilación.
Es difícil acusar a un juego de falta de originalidad cuando el propio juego deja bien claro que tampoco la busca, y esto es algo que ocurre con muchos viejos matamarcianos que acudieron una y otra vez a beber de la misma fuente: El espacio, la nave surcándolo, hordas de enemigos, y algún que otro jefazo para complicarnos el paso a la siguiente fase.
Sin embargo es curioso que por más que esta fórmula se emplease una y otra vez, todavía siguiese resultando plenamente válida y divertida. Probablemente porque entonces no se reparaba tanto en detalles como la trama, el contexto, o la originalidad, a la hora de evaluar un juego. Bastaba con que fuese divertido y jugable para que fuese merecedor de engullir montones de nuestras horas de ocio.
Este es el caso de 'Super Earth Defense Force', ya que a pesar de estar muy lejos de inventar la rueda, es perfectamente capaz de llegar a medirse con los pesos pesados del género del catálogo de Super Nintendo. Tal vez no lo suficiente como para aspirar al trono de los matamarcianos de la consola, pero si para optar a un puesto de honor. O dicho de otra manera, para que nos merezca la pena darle la oportunidad de probarlo e incluso de convertirse en uno de nuestros favoritos.
Ya el arcade original era totalmente recomendable, especialmente para los que prefieran los shmups de scroll horizontal. Pero es que además la versión para Super Nintendo lograba mejorar la propia recreativa dándole el toque personal de la consola de 16 bits de Nintendo. Para ello se efectuaron algunos cambios en los niveles, e incluso en la trama, justificando así la descomunal criatura alienígena que nos encontraríamos al final del juego a modo de verdadero jefe final, justo tras derrotar al jefe final del arcade.
Naturalmente esto se traduce en un mayor aumento de la dificultad, la cual podremos ajustar desde el menú de opciones. Acceder al modo más difícil convertirá el juego por momentos en un auténtico "bullet hell", lo que además provoca algunas ralentizaciones notables durante la partida. No obstante, estas ralentizaciones nos ayudarán a esquivar mejor a los enemigos en los momentos más complicados, como si una especie de "tiempo bala no-intencional" se tratase.
La experiencia es un grado
En niveles de dificultad más bajos, el juego se vuelve mucho más amigable y las ralentizaciones no serán tan habituales. Además nuestra nave será capaz de aguantar hasta tres impactos antes de ser derribada, los cuales aparecen representados como escudos protectores. Es posible recuperar estos escudos en base a nuestra progresión en la partida, y es aquí donde entra el que es prácticamente el único intento de buscar originalidad de todo el juego.
Y es que, si nos fijamos en los indicadores en pantalla, veremos una especie de barra que se va rellenando conforme derrotemos enemigos, especialmente los bichos más gordos. Esta barra funciona básicamente como medidor de experiencia para ir subiendo de nivel, como si de un RPG se tratase. Cada vez que dicha barra se llene, nuestra nave subirá de nivel, lo que mejorará su poder destructivo y repondrá sus escudos gradualmente.
No cabe duda de que estamos ante un loable intento de introducir algo nuevo en este tipo de juegos, sin embargo este sistema de subida de nivel mediante experiencia no difiere demasiado del de otros títulos similares en el que potenciamos nuestra nave mediante ítems, o al pasar de fase. Esto se debe a que la barra de experiencia solo sube de verdad cuando eliminamos a un jefe o subjefe, algo imprescindible para avanzar en el juego, lo que convierte la subida de niveles en un proceso prácticamente automático en el que no jugamos demasiado papel.
El juego también nos permite escoger el sistema de disparo de nuestra nave al comienzo de cada fase, lo que en principio va destinado a darle un toque estratégico al ofrecernos la opción de cambiar de un tipo de ataque a otro si vemos que puede darnos mejores resultados. No obstante, el disparo autoguiado suele ser la mejor opción, ya que nos permite atacar continuamente al enemigo sin tener que preocuparnos de que nuestros disparos le alcancen, pudiendo centrarnos en esquivar los ataques enemigos.
Puede que estos puntos clave de 'Super Earth Defense Force' no funcionen tan bien como podrían hacerlo, pero aun así son suficientes como para darle un toque interesante que amenice la partida. Al fin y al cabo, escoger siempre el tipo de disparo más efectivo puede hacerse algo aburrido, y está bien tener otras opciones para variar la dificultad y cambiar de aires.
Otro cambio notable que encontraremos en esta conversión para Super Nintendo son los gráficos, ya que se benefician de las capacidades de la consola para ofrecer bellos efectos visuales como las transparencias, o preciosos degradados de color en los fondos. SI los comparamos con la recreativa, notaremos al momento una mejoría considerable en los fondos, con una mayor riqueza de detalles que nos alegren la vista.
Cuando la consola supera al arcade
También ocurre algo parecido con la música, que ya de por si es bastante buena en la recreativa original, pero que se beneficia todavía más de los tonos orquestales que tan bien se le dan a Super Nintendo. Por desgracia no se puede decir lo mismo de los efectos de sonido, bastante sosos y desacertados. De hecho el incesante repiqueteo de nuestros disparos impactando con los enemigos puede llegar a hacerse ciertamente anodino.
Tanto es así que los efectos de sonido fueron uno de los elementos alterados en 'BS Super Earth Defense Force', una reedición para Satellaview con pequeños cambios respecto al cartucho original. Al igual que el propio Satellaview, esta versión fue exclusiva para Japón, y a día de hoy solo es accesible mediante métodos como la emulación, o los flashcarts y repros. Realmente la diferencia no es tanta como para que compense, pero si vais a jugar al juego por una de estas vías, es recomendable buscar esta versión con pequeñas mejoras.
Si no contempláis ninguna de estas opciones, y lo que queréis es jugar al cartucho original en la consola original, podéis sumar el cartucho suelto a la colección por precios entorno a los 20 o 30 euros, lo que no está nada mal teniendo en cuenta los precios habituales de este tipo de juegos en Super Nintendo. No obstante, si lo queréis con su respectiva caja y manual en buen estado, los precios pueden dispararse incluso por encima de los 100 euros.
Afortunadamente aun queda otra opción más para jugarlo, pero por desgracia solo estará disponible hasta que termine el actual mes de enero, ya que será entonces cuando Nintendo cierre la tienda online de Wii y con ello el acceso a la Consola Virtual de la consola, donde podemos comprar este mismo juego. Si os dais prisa todavía estáis a tiempo de comprarlo, pero una vez se cierre, se acabó para siempre.
'Super Earth Defense Force' también fue reeditado para la Consola Virtual de Wii U, pero incomprensiblemente esta reedición jamás llegó a la tienda europea, quedando limitada tan solo a las tiendas japonesa y americana. Si podéis acceder a estas tiendas, tendréis más tiempo para descargarlo desde la Consola Virtual. Al menos hasta que Nintendo cierre también estos servicios.
En resumen, un gran matamarcianos para Super Nintendo que no innova, pero que tampoco lo busca. Con los ingredientes justos como para llegar a convertirse en uno de vuestros favoritos, incluso aunque no sea el mejor referente de este prolifero género para esta legendaria consola. El único aspecto negativo destacable es la pérdida del modo cooperativo para dos jugadores que tenía el arcade original, pero en prácticamente todo lo demás es capaz de superar a la recreativa, lo cual tiene su mérito.