CUANDO 1996 ERA EL FUTURO

RETRO 'Strider', analizamos la versión para Mega Drive que regresará con Mega Drive Mini

Saltos, espadazos, y toda clase de enemigos que desafían nuestra imaginación. Todo esto y mucho más nos espera en 'Strider'.

Por Alberto Carmona 30 de Junio 2019 | 13:56

En 1990 Sega trataba de demostrar al mundo que su nueva consola era realmente merecedora de habitar nuestros hogares, pero por mucho que se esforzasen sus estudios internos, de poco le iba a servir si las third party no empezaban a llevar sus juegos a su nueva máquina. El potencial de Mega Drive era más que suficiente como para llamar su atención, pero no para liberarse del férreo control que ejercía Nintendo sobre ellas. Todo empezaría a cambiar cuando algunas compañías comenzaron a vender a Sega sus licencias, lo que implicaba que la compañía simplemente cediese su licencia para que fuese la propia Sega quien se encargarse de portear los juegos a Mega Drive. 'Strider' fue uno de los primeros títulos que seguirían este camino que, a la postre, terminó por abrir definitivamente las puertas de Mega Drive para todo tipo de desarrolladores.

En el año 2048

Tras un largo periodo de paz y prosperidad en el que la humanidad había aprendido a encauzar sus esfuerzos hacia el bien común en lugar de en guerras y conflictos, una inesperada serie de desastres comienza a sacudir el mundo entero. Poco a poco la población global se va reduciendo al sucumbir a tales cataclismos, sin que se sepa a ciencia cierta la causa que origina estos desastres. En medio de todo el caos se alza como dirigente supremo el Gran Maestro Meio a modo de gran salvador, pero para la fuerza de defensa de élite de los Strider, el propio Meio es el principal sospechoso de dichos desastres. Para tratar de detenerlo envían a sus mejores guerreros a infiltrarse en las bases de Meio, guerreros entre los que se encuentra el valeroso Hiryu, tremendamente dotado para el combate a pesar de su juventud. Pronto el noble Hiryu comienza a ser atacado por los ejércitos de robots de Meio, pero su espada de plasma Cypher los corta como si fuesen de papel. Únete a su misión en solitario para detener al malvado Meio y salvar a la humanidad entera de un destino atroz.

'Strider' nace como parte de un acuerdo de colaboración entre Capcom y la popular editora manga Moto Kikaku, acuerdo que implicaría el lanzamiento de tres productos distintos: Un arcade, un manga, y un juego exclusivo para NES muy distinto de la recreativa. Posteriormente se aprobaron otras conversiones domésticas del arcade a sistemas como: Commodore 64, Amiga, Amstrad CPC, ZX Spectrum, Atari ST, X68000, y TurboGrafx CD.

Sega recibiría los derechos para convertirlo a Mega Drive y Master System, pero mientras que la conversión para los 8 bits la delegó directamente en Tiertex (quienes ya tenían experiencia con la consola), la de 16 correría a cargo de sus propios estudios, debido principalmente a la enorme importancia de dicha conversión. El objetivo entonces estaba claro, demostrar al usuario que Mega Drive era lo más parecido a llevarte el arcade a casa, y comparado con el resto de versiones, podemos decir que dicho objetivo se cumplió bastante bien.

No era fácil transferir a Mega Drive la fluida jugabilidad del arcade, y menos aún sin la ayuda de Capcom. De hecho dicen las malas lenguas que en Sega recurrieron a la ingeniería inversa para ver cómo había hecho Capcom el arcade original y así conseguir una conversión lo más fidedigna posible. Estas presuntas prácticas se habrían llevado a cabo también con las conversiones de otros títulos de Capcom como 'Ghouls'n Ghosts', o 'Mercs'.

Además en Sega no repararon en gastos, disponiendo para dicha conversión de los primeros cartuchos de 8 megabits para Mega Drive, a fin de poder representar fielmente la recreativa sin ataduras. El resultado es una transmisión de sensaciones entre arcade y consola realmente sorprendente para la época, con un protagonista capaz de andar, correr, saltar, y dar volteretas con la misma agilidad y fluidez que en la recreativa.

Cortando por lo sano

Y es que Hiryu dispone de un amplio despliegue de movimientos, como poderse colgar de paredes y plataformas, deslizarse, o acompañarse de una especie de robot mascota que nos ayudará en el combate. No obstante su principal movimiento ofensivo será su espada de plasma, capaz de transmitir una satisfactoria sensación al usuario cuando la utilizamos para despedazar enemigos.

Los escenarios distan mucho de ser los típicos niveles rectos con alguna que otra plataforma, pues muestran diseños realmente enrevesados con toda clase de cuestas, rampas, y mecanismos que hacen gala de unas sorprendentes físicas para la época. Incluso se juega con frecuencia con la gravedad, obligándonos a adaptarnos a manejar al protagonista incluso bocabajo.

Ya desde el primer momento nos daremos cuenta de que no estamos ante un juego con una ambientación precisamente común, ya que todo está empapado de un ambiente muy especial. El viejo "airecillo soviético" nos acompañará durante prácticamente todo el juego, mezclado con numerosos elementos propios del futuro distópico que nos sitúa en un poco halagüeño 2048. Por descontado no faltarán toda clase de robots a la cita, incluidos algunos jefazos descomunales que imponen bastante respeto.

¿Lobos hambrientos? ¿Gorilas mecánicos gigantes? ¿Dinosaurios? ¿Guerreras amazonas? Claro, ¿por qué no? Todo tiene cabida dentro del peculiar estilo que desborda el juego y que lo hizo tan especial. Y por si con todo esto no fuese suficiente, la banda sonora también se suma a este particular estilo con temas inolvidables que os romperán los esquemas musicales establecidos. Además se lograron portear algunas de las voces digitalizadas de la recreativa original, aunque teniendo que dejar fuera los sorprendentes diálogos hablados en las escenas entre fases.

Cualquiera que se conozca el juego de memoria podrá pasárselo en apenas un cuarto de hora, sin embargo esto no significa ni mucho menos que el juego os vaya a durar poco, debido en gran medida al elevado nivel de dificultad que ostenta. Aprender a jugar es sencillo, pero salir airoso de las múltiples situaciones comprometidas en las que nos veremos, requerirá de algo de ensayo y error mezclado con algunas dosis de paciencia por nuestra parte. Son frecuentes los saltos de fe, o las trampas que pueden acabar directamente con nosotros por mucha vida que tengamos, por lo que más vale tomárselo con calma si pretendemos terminarlo.

Un pedazo de historia

Su tremenda jugabilidad se basta y se sobra por sí misma para engancharnos al juego, y su particular ambientación y sonido harán el resto. Salvo que no nos guste la acción vertiginosa, o la dificultad que suponga un verdadero reto, 'Strider' acabará muy probablemente entre nuestros juegos favoritos de la consola. Es por esto que su elección para ser incluido en Mega Drive Mini no ha sido precisamente casual, además de ser un bello homenaje a la lucha de Sega por conseguir el apoyo de las third parties en su momento.

El juego estuvo disponible durante unos cuantos años en la Consola Virtual de Wii, pero por desgracia dicho servicio ya no está disponible. Mega Drive Mini supondrá una nueva oportunidad de oro para poder probar esta conversión tan especial, a la que recomendamos jugar incluso aunque ya os conozcáis de arriba abajo el arcade original. Tampoco dejéis de probarlo aunque hayáis jugado a la versión de 2014, pues guardan diferencias bastante notables entre sí.

Finalmente si lo que queréis es jugarlo en la "Mega Drive Maxi", es decir, en la consola original, podéis haceros con el cartucho con su caja y manual correspondiente por precios que no deberían ser superiores a los 20 o 30 euros (según estado), pues se trata de un título bastante común debido a su popularidad. También podéis buscar la edición japonesa, cuya portada es mucho más agradable a la vista que la de la versión occidental, la cual parece mostrar al hermano perdido del Capitán Kirk armado con una especie de espadita minúscula, nada que ver con lo que nos encontraremos en el juego.

Acción a raudales, saltos al límite, diseños imaginativos que te atrapan sin remedio, un apartado sonoro soberbio, y unos gráficos que en su momento fueron capaces de vender consolas por si solos. Una joya de muchos quilates que no puede faltar a todo buen usuario de Mega Drive, no solo por ser una estupenda conversión del genial arcade, sino también por lo que representa para la historia de la consola. Por algo se ha ganado a pulso su puesto en Mega Drive Mini, donde por cierto podremos ayudarnos del sistema de guardado para que nos resulte algo más fácil jugarlo.