DENTRO DEL LABERINTO

RETRO 'Sonic Labyrinth', analizamos este juego donde Sega buscó ofrecer algo fresco y original a su mascota

Sonic aparca la velocidad para dedicarse a explorar laberintos. ¿Para qué? ¡Pues para darle otra vez su merecido a Robotnik, por supuesto!

Por Alberto Carmona 13 de Noviembre 2016 | 15:15

Allá por 1994 el erizo azul de Sega comenzó a ser pasto de las críticas que lo acusaban de ser demasiado continuista, ya que se decía que todos sus juegos se parecían demasiado entre sí. Esto tal vez suene absurdo hoy en día, pero en aquel entonces en Sega se lo tomaron muy en serio, y por ello comenzaron a probar cosas nuevas con su mascota a fin de sacarle de la rutina. Game Gear era un campo de pruebas estupendo, y allí se decidió sacar en exclusiva 'Sonic Labyrinth', un título que si bien no era enteramente innovador (pues se basaba parcialmente en el 'Sega Sonic' para arcades), si que trató de ofrecer algo diferente a lo visto por aquel entonces en la portátil de Sega.

You are too slow!

Harto de que Sonic arruine una y otra vez sus planes, el Dr. Robotnik (alias Eggman) decide tomarse un descanso y recapacitar sobre qué es lo falla en sus maquinaciones. Tras mucho meditar, llega a la conclusión de que la principal arma de Sonic es su velocidad, ya que con ella logra siempre evadir sus ataques. ¿Pero y si Sonic perdiese su rapidez? Convencido de que esa es la clave para derrotarle, Robotnik comienza a trabajar en su malvado plan... El resultado son unas zapatillas idénticas en aspecto a las que usa Sonic, pero que en realidad guardan una desagradable sorpresa. El villano envía a uno de sus secuaces a casa de Sonic durante la noche, y le ordena cambiar las zapatillas normales del erizo por su siniestra creación. A la mañana siguiente, Sonic salta de la cama y se dispone a iniciar otro día de veloces correrías, pero en cuanto sale por la puerta se cae de bruces al suelo. Los pies le pesan como si fueran de plomo, y apenas puede andar. Una repugnante risa interrumpe la consternación del erizo, acompañada de la voz de Eggman regodeándose de su brillante y malvado plan. Ahora la única solución es encontrar las Esmeraldas del Caos para romper estas diabólicas zapatillas, pero Robotnik ya se ha apoderado de ellas y las guarda en su laberinto fortaleza. ¿Podrá Sonic salir de esta? ¡Al menos sigue contando con su ataque con giro!

Lo primero que nos llamará la atención al ponernos a los mandos de 'Sonic Labyrinth', es la tremenda lentitud con la que se desplaza el azulado protagonista. Es sin duda lo que más choca, por muy explicado que esté en la trama del juego. Sin embargo pronto descubriremos más elementos que rompen totalmente con lo que es habitual en la serie, como el hecho de que Sonic no pueda saltar.

Esta ausencia de salto deja bien claras las intenciones del juego, pues nuestro principal objetivo es explorar los laberintos tridimensionales con perspectiva isométrica, buscando las tres llaves que nos permitan superar el nivel. Aquí no hay plataformeo, no más allá del uso de algunas plataformas móviles para desplazarnos de una zona a otra. De igual modo funcionan los teletransportadores, o los cañones que nos llevan de un sitio a otro del nivel.

Básicamente nos encontramos ante un título que da protagonismo absoluto a la búsqueda de objetos y la resolución de pequeños puzzles, lo que choca frontalmente con lo que estamos acostumbrados a ver en un juego de esta serie. Este contraste inicial echará para atrás a más de uno en los primeros compases de la partida, pero si nos olvidamos de que es un Sonic, y nos centramos en el juego en si, podemos acabar pasando un buen rato frente a nuestra fiel Game Gear.

Si decidimos darle una oportunidad tras el susto inicial, descubriremos que aunque Sonic corre menos que un roble, si que es capaz de alcanzar grandes velocidades cuando emplea su clásico Spin Dash. Este nos permite salir disparados en la dirección que queramos, que podremos elegir mientras lo cargamos manteniendo pulsado el botón. Al mismo tiempo una barra de carga nos mostrará la potencia del Spin Dash que estamos efectuando, cuantas más flechas tenga, más fuerte será el impulso.

Rolling around at the speed of sound

Lo malo de este Spin Dash es que hace que Sonic se vuelva bastante incontrolable y comience a rebotar contra las paredes del laberinto, por lo que será muy recomendable usarlo con prudencia si no queremos lanzarnos de cabeza a algún peligro. Este Spin Dash es también nuestra principal arma contra los enemigos, que pululan por los niveles esperando pillarnos desprevenidos. También encontraremos rebotadores y demás objetos propios de un pinball, lo que hará el desplazamiento aún más frenético cuando rodemos a toda velocidad.

Para encontrar cada una de las llaves se nos asignará una cierta cantidad de tiempo, por lo que no debemos pararnos demasiado a mirar el paisaje. Chocar contra un enemigo o algún otro peligro, nos restará aún más tiempo. Mientras que recoger llaves o eliminar enemigos extenderá nuestra cuenta límite. Si se acaba el tiempo perderemos una vida, por lo que se puede decir que el cronómetro será nuestro principal enemigo en esta aventura.

También encontraremos los típicos anillos de oro que cumplen su función protectora habitual, especialmente durante los combates contra los jefes de final de fase. Estos jefes si emplean sistemas de juego más normales, y antes de enfrentarnos a ellos tendremos ocasión de amasar anillos descendiendo por una rampa a toda velocidad. Recoger 100 anillos durante estos niveles, sumará una útil vida extra al marcador.

No faltarán los potenciadores como la supervelocidad (muy agradecida en este juego), o la invencibilidad, que obtendremos de unos misteriosos triángulos en lugar de los clásicos monitores. No es necesario recoger ítems o explorar todo el nivel para completarlo, bastará simplemente con encontrar las tres llaves y después llegar hasta la salida. Pero si es recomendable buscar todo lo que el cronómetro nos permita, pues podemos encontrar niveles de bonus escondidos ideales para aumentar nuestra reserva de vidas.

La aventura principal no supone un reto demasiado complejo, lo único que define el ver el final bueno o el malo, es haber logrado encontrar una de las Esmeraldas del Caos escondidas en uno de los niveles extra, ya que las otras cinco las recibiremos automáticamente conforme avancemos por la aventura. Tampoco esperéis una gran duración, pues el juego apenas cuenta con cuatro fases divididas en varios actos.

Una vez superemos el modo principal podremos probar a jugar en el modo time attack, que reduce la cuenta de tiempo en cada nivel a la vez que elimina a todos los enemigos. Estos cambios van destinados a que simplemente tratemos de superar cada fase en el menor tiempo posible. De hecho al lograr un nuevo récord se nos dará un password que hoy en día carece ya de toda función, pero que en su momento sirvió para un concurso que Sega hizo en Japón con jugosos premios para los jugadores más veloces.

Posibles efectos alucinógenos

En lo referente al apartado gráfico, el juego apuesta por una estética psicodélica muy similar a la que vemos habitualmente en las fases de bonus de otros títulos del erizo. De hecho el juego entero parece la fase especial de otro juego distinto. Este aspecto colorido y surrealista le da a 'Sonic Labyrinth' un toque especial, que puede agradar a algunos, tanto como puede echar para atrás a otros.

En el lado negativo, nos encontramos que los escenarios dan continuamente la sensación de estar vacíos, incluso cuando no lo están. Los diseños se repiten bastante, lo que puede hacer aún más reiterativo un juego que no es que goce de una variedad demasiado notable. En lo referente al propio Sonic, este goza de unas animaciones bastante cuidadas y detalladas que nos permiten verle en cualquier dirección en la que se desplace con un aceptable grado de fluidez y detalle.

La banda sonora no es especialmente destacable, y menos si la comparamos con otros títulos del erizo para esta consola. Pero acompaña bien durante la partida, y además podemos disfrutar de ella cuando queramos gracias al sound test. No esperéis modos multijugador ni otros extras que alarguen la vida del título más allá del mencionado modo time attack, y habrían sido de agradecer elementos de búsqueda alternativos que le diesen más chicha al juego, como por ejemplo tener que buscar nosotros todas las Esmeraldas del Caos por los niveles.

En resumidas cuentas, si estáis buscando un juego de Sonic tradicional, este título no es para vosotros. Pero si queréis algo diferente que saque al erizo de su zona de confort, podéis darle una oportunidad. También es recomendable jugarlo olvidándonos directamente de que se trata de un Sonic, a fin de valorarlo como juego en sí y no dejándonos llevar por prejuicios. Eso si, no os durará más de una tarde, pero siempre podéis picaros con los amigos en el modo time attack para ver quién consigue los mejores récords.

Para jugarlo en la actualidad, nada más cómodo y sencillo que descargarlo a nuestra 3DS desde la eShop gracias a la Consola Virtual, donde está disponible desde hace tiempo. Otra opción es desbloquearlo como extra en la versión para Game Cube de 'Sonic Adventure' (retrocompatible con Wii), o buscar el recopilatorio 'Sonic Mega Collection Plus' en sus versiones de Xbox y PS2.

No vamos a descubrir nada nuevo si os decimos que no estamos precisamente ante el mejor Sonic para Game Gear, pero si que puede daros algunas horas de diversión si le dais una oportunidad. Su concepto de juego sirvió luego de base para 'Sonic 3D', y eso en una consola de 8 bits tiene su mérito. Además es un claro reflejo de la época en la que a Sonic se le demandaba que probase cosas nuevas, en lugar de exigirle que no abandonase su fórmula clásica. Ironías de la vida...