No cabe duda de que el erizo azul está pasando por uno de sus mejores momentos actualmente, especialmente tras el estreno de su nueva y aclamada película. El futuro se antoja prometedor de cara a su 30 aniversario en 2021, pero las cosas no pintaban tan bien hace casi 15 años, allá por el año 2006 cuando Sonic quedaba huérfano tras la marcha de Yuji Naka. Fue entonces cuando algunas malas decisiones por parte de Sega (más concretamente Sega America) aguaron la fiesta de aniversario del erizo, con multitud de problemas para su nuevo juego principal ('Sonic the Hedgehog' para 360 y PS3), y un desafortunado remake para Game Boy Advance de la que fue su primera aventura para Mega Drive allá por 1991.
¿Lo de siempre? Ojalá...
Saltar, correr, y recoger algunos anillos. Parece fácil ¿verdad? Unos loopings vertiginosos por aquí, algunos robots por allá, y el Dr. Robotnik al final de cada fase buscando hacer picadillo de erizo con algún que otro ingenio mortal. Y si te sientes con ganas de un reto mayor, puedes probar a conseguir las Esmeraldas del Caos, con las que salvar definitivamente el día y volver a casa con la misión cumplida. Hasta aquí todo bien, lo clásico en estas situaciones. Sin embargo, puede que esta vez te lleves alguna sorpresa, y no precisamente agradable... Por si acaso ve olvidando todo cuanto creías saber sobre erizos azules supersónicos que rescatan animalitos de las garras de científicos chiflados, porque cualquier cosa puede ocurrir cuando los astros se alinean y se desata el caos. ¿Aun así te quedan ganas de jugártela? Muy bien, pero luego no digas que no te hemos avisado...
Simon Jeffery fue el presidente de Sega America desde 2005 hasta 2009, una época de transición entre generaciones de consolas similar a la que estamos a punto de vivir ahora. En unas declaraciones de aquel tiempo, Jeffery aseveró que no había que preocuparse demasiado por la calidad final que tendría un juego que iría destinado a los niños, porque según él, a los niños les daba igual que un juego estuviese bien hecho o no, pues tan solo buscaban algo con lo que pasar el rato.
Esta anécdota sirve para tratar de comprender un poco mejor por qué ciertas cosas ocurrieron como ocurrieron, y por qué este remake de 'Sonic the Hedgehog' tan solo salió a la venta en América, no llegando a pasar los controles de calidad ni de Sega Japón, ni de Sega Europa. Game Boy Advance nos había dejado una nutrida lista de juegos del erizo de gran calidad, y todos los demás fueron lanzados a escala mundial. ¿Por qué este no?
Para empezar, y a pesar de lo que el propio juego nos indica antes de la pantalla de presentación, no se contó con el Sonic Team para su desarrollo. Su nombre simplemente figura como creadores del título original para Mega Drive, ya que por aquel entonces el laureado estudio nipón tenía problemas más serios de los que ocuparse. Además, Yuji Naka se llevó consigo su portentoso motor de físicas, que fue en gran medida el responsable de la calidad de los primeros juegos del erizo.
Eso es algo que vamos a notar desde el primer momento en que empecemos a jugar, y es que cualquier atisbo de las cuidadas físicas del primer Sonic, será por pura casualidad. Las ralentizaciones son prácticamente continuas, la velocidad de Sonic se reduce considerablemente, y la gravedad nos hace tener la sensación de estar jugando en la Luna. Lo peor es que estos tirones y variaciones en la velocidad y la gravedad, hacen innecesariamente complicadas labores tan simples y básicas como las de saltar para salvar algún obstáculo o precipicio.
Corriendo a trompicones
Loopings, rampas, y demás elementos propios de un Sonic que juegan con las físicas, se ven seriamente afectados, dándonos la sensación de que Sonic esté recubierto de pegamento y le cueste separarse de las superficies. Incluso los rebotes contra los enemigos o los monitores de objetos resultan extraños, y lo mismo ocurre con muelles, reboteadores, o prácticamente cualquier elemento que ofrezca algún tipo de interacción.
Durante los primeros niveles esto se antojará molesto y engorroso, especialmente para cualquiera que haya jugado a cualquier otra versión de este juego. Pero es que conforme vaya aumentando la dificultad, se irá convirtiendo en un auténtico infierno, especialmente en niveles como Labyrinth Zone, o Scrap Brain Zone. No importa cuántas veces hayas logrado terminar el juego original, conseguirlo aquí es toda una proeza, y no porque intencionalmente se haya planeado así.
A esto hay que sumarle diversos fallos gráficos que bordean lo ridículo, como la incomprensible ausencia de buena parte de las animaciones de Sonic, o el hecho de que algunos sprites estén mal colocados o directamente aparezcan invertidos. Los planos de scroll del fondo a veces bailotean, o representan incorrectamente los gráficos. Y otros elementos han sido chapuceramente simplificados, como las plataformas que se desmoronan a nuestro paso.
Para colmo la resolución de pantalla menor de Game Boy Advance ofrece un menor campo visual del escenario, por lo que a veces es verdaderamente difícil ver hacía dónde debemos ir, o atisbar algún peligro antes de estamparnos contra él. Además no se aprovecharon en modo alguno las capacidades propias del hardware de la portátil, hasta el punto de que por ejemplo el efecto de transparencia del escudo defensivo sigue estando hecho con el mismo truco visual que en Mega Drive (diseñado para televisores de la época), a pesar de que en Game Boy Advance son perfectamente posibles las transparencias reales.
Tampoco el apartado sonoro se libra del desastre, pues las fabulosas composiciones musicales del original fueron adaptadas con bastante poco empeño, llegando a resultas estridentes y molestas en ocasiones. Los efectos de sonido poco o nada tienen que ver con los del juego de 1991, ni aprovechan en modo alguno las capacidades de la consola.
Novedades del todo insuficientes
Además del modo original, también podemos jugar a una nueva versión de aniversario con algunas novedades. Pero estas simplemente se limitan a un sistema de guardado que después nos permite escoger libremente el nivel en el que queremos empezar a jugar, y en la inclusión del movimiento Spin Dash introducido en 'Sonic the Hedgehog 2'. También es posible desbloquear un test de sonido para las músicas una vez completemos el juego, y si encontramos todas las Esmeraldas del Caos, se añadirá también una opción para escuchar los efectos de sonido.
Es difícil comprender cómo se puede llegar a convertir uno de los mejores juegos de la historia en algo como esto, algo más propio de los cartuchos piratas chinos que de una conversión oficial, algo que directamente jamás debió salir a la venta, tal y como acertadamente hicieron en Sega Europa y Sega Japón. Sin embargo, y como se suele decir, no hay mal que por bien no venga, y esta desafortunada historia también supuso el origen del algo bueno que veríamos años después.
Y es que apenas unos meses después de que 'Sonic Genesis' saliese a la venta, un importante usuario de la comunidad de Sonic apodado "Stealth" quiso demostrar que era posible hacer las cosas infinitamente mejor, y ni corto ni perezoso creó una demo técnica del 'Sonic the Hedgehog' original porteado como es debido a Game Boy Advance. Los resultados fueron como la noche y el día, lo que permitió que este fan se uniese a otros miembros de la comunidad años más tarde para entrar a trabajar para la propia Sega (entre ellos el ahora famoso Christian Whitehead).
Así nos llegó el estupendo remake de este primer Sonic para a iOS y Android del año 2013, donde se rehízo el juego prácticamente desde cero añadiendo de paso numerosas funciones, y haciendo lo mismo años más tarde con su secuela 'Sonic the Hedgehog 2'. La cima de esta escalada se alcanzó en el año 2017 con la llegada de 'Sonic Mania', demostrando así que el acercamiento entre Sega y el núcleo principal de su comunidad de fans, fue todo un acierto.
Si queréis jugar hoy en día al primer Sonic, tenéis numerosas opciones mejores que esta desafortunada conversión para Game Boy Advance, ya sea el mencionado remake del año 2013, o las también estupendas versiones de M2 que podéis descargar para Switch y 3DS. Además podéis jugarlo también en el recopilatorio 'Mega Drive Classics' para PC, One, PS4, y Switch, así como en la Mega Drive Mini.
Corred, pero en dirección contraria
Si aun así queréis conseguir el cartucho original como curiosidad, o para comprobar si es tan malo como parece, o simplemente para afrontar el reto de ver si sois capaces de pasároslo, podéis encontrar el cartucho suelto de importación por precios que no deberían superar los 15 euros. Pero tened cuidado con los cartuchos pirata, porque rondan por ahí numerosas copias falsas. Si lo buscáis completo con su caja y demás, los precios se pueden disparar por encima de los 50 euros, ya que en cierto modo se ha convertido en una especie de objeto de culto por su mala fama.
¿Queda algo de la grandeza del original en esta versión? ¿Es todavía posible jugar a pesar de todos los problemas? La respuesta a ambas preguntas es si, pero salvo que tengáis algún fetichismo especial por lo mal hecho, o simplemente queráis sufrir o echaros unas risas, lo mejor es que busquéis cualquier otra reedición de este juego para jugarlo, pues es sin duda un claro ejemplo de cómo no se deben hacer las cosas.