El 31 de Enero 2016 | 14:30
A pesar de su mala fama, Mega CD nos dejó montones de grandes juegos que demostraban que este sistema era mucho más de lo que comúnmente se cree. Una de estas joyas casi olvidadas es 'Silpheed', título que nació en 1986 en el ordenador personal PC-8801, y que después se paseó por otros ordenadores similares muy diferentes de lo que hoy entendemos por PC. En 1993 llegaba el remake de este clásico al primer add-on de Mega Drive, y lo hacía con un lavado de cara bastante notable.
Destino la Tierra
En el año 3076, la humanidad ha logrado expandirse por el universo colonizando nuevos mundos. Esta enorme expansión ha traído consigo grandes avances y prosperidad, pero también problemas. Las viejas malas costumbres del ser humano siguen presentes, y la maldad de algunos no tiene límite. Este es el caso del infame Zakarte, el líder de un grupo terrorista que causa estragos por todo el universo. Sin embargo sus pasadas fechorías quedan pequeñas comparadas con lo que ha tramado ahora, ¡Zakarte y su grupo han secuestrado la Tierra! Y lo que es peor, tras apoderarse de la Greason System; la computadora fotónica que estaba ubicada en nuestro planeta, poseen el control absoluto sobre todas las fuerzas de combate defensivas. Sin embargo a sesenta y cuatro años luz de la Tierra, los únicos miembros de la Unión de Galaxias y de la flota de planetas que lograron escapar, están preparando la ofensiva para acabar con Zakarte y liberar a todo el universo de su opresión. Su único recurso es el caza estelar Silpheed, una nave de combate fuera de serie capaz de cambiar las tornas en esta batalla. Pero para dirigir dicha nave hace falta un piloto excepcional, y es aquí donde entras tú. Así que no nos decepciones, ¡el futuro de la Tierra y de todo el universo está en tus manos!
Aunque la creencia popular lleva a pensar que los juegos poligonales nacieron a principios e incluso mediados de los 90, lo cierto es que ya llevaban ahí desde mucho antes. Un claro ejemplo lo encontramos en la versión original de 'Silpheed' del año 1986, que presentaba tanto naves, como escenarios, recreados mediante polígonos tridimensionales. Naturalmente la fluidez a la hora de moverlos dependía del modelo de ordenador en el que lo jugásemos, todo esto en una época en la que cada ordenador era un mundo, y no el sistema abierto que conocemos hoy.
El título original era básicamente un matamarcianos clásico con scroll vertical, pero con una perspectiva inclinada que aprovechaba las 3D y ofrecía una mayor profundidad e inmersión. A la hora de jugarlo, la experiencia era muy similar a la de otros juegos por el estilo, sin embargo este peculiar estilo gráfico le daba un toque especial. Siete años más tarde, aquel clásico matamarcianos pionero en el uso de los polígonos, era remakeado para Mega CD; el add-on de Mega Drive que popularizó el Compact Disc a nivel mundial preparándonos para lo que llegaría en la siguiente generación.
Mega CD cuenta con un catálogo bastante más grande de lo que comúnmente se cree, y en el que, también contra la creencia popular, abundan auténticos juegazos de los géneros más variados. Uno de los géneros que mejor se llevaba con este sistema era precisamente el de los matamarcianos, como ya os contamos en nuestro análisis del impresionante 'Soulstar' para este mismo sistema. ¿Qué tal se portaría Mega CD a la hora de remakear un título con siete años a sus espaldas? Veamos.
Para empezar el juego nos recibirá con una espectacular intro que a priori parece recreada con gráficos poligonales de una calidad asombrosa, muy superior a lo visto en otros títulos contemporáneos como 'Starwing'. Sin embargo la cosa tiene truco, y lo que estamos viendo es en realidad es un video. Normalmente cuando se piensa en el concepto de video asociado al Mega CD, vienen a la mente aquellos primeros formatos de compresión que daban una imagen bastante poco definida y con pocos colores. Pero esto no era siempre así, y lo que vemos es una imagen perfectamente limpia que es prácticamente imposible de distinguir de algo que se está generando en tiempo real.
Aun sabiendo que tiene truco, la sensación que deja esta introducción es bastante buena, y lo mismo nos va a pasar con el resto del juego. Y es que ese mismo truco es empleado durante la partida para generar los espectaculares fondos que sobrevolamos. Si no fuese porque sabemos que lo del fondo es un video, tendríamos serias dudas sobre si lo que estamos viendo es un juego de la era de los 16 bits, o de los 32, porque es verdaderamente un espectáculo visual "poligonal".
Hay que tener en cuenta que este remake respeta la jugabilidad 2D del original, por lo que el fondo no deja de ser un elemento decorativo. Es impresionante, si. Pero no afectará a nuestra partida. Por ejemplo si vemos que un descomunal rayo láser destruye una gigantesca nave espacial, no nos veremos afectados ni por el disparo, ni por la consiguiente explosión. A pesar de esta falta de interacción, la sensación de estar sumergidos en una épica batalla en el espacio está muy conseguida, logrando así una experiencia fuera de lo común.
No es video todo lo que reluce
Cabe destacar que no todo en el aspecto gráfico de este juego "tiene truco", y es que todos los elementos móviles interactivos que aparecen en pantalla si son 100% poligonales. Tanto nuestra nave, como las naves enemigas, los power ups, los bosses, etc. Todo estará recreado mediante polígonos en 3D, lo cuál es ya de por si bastante meritorio. Se sigue teniendo que jugar en 2D, pero la fluidez del desplazamiento, y el espectáculo visual, están garantizados.
A esto hay que sumarle un elemento al que Mega CD nos tenía muy bien acostumbrados; una épica banda sonora que nos acompañará de principio a fin. Y es que al igual que ocurre con PC Engine CD, estos primeros sistemas en disco hacen uso de una irresistible mezcla entra la música habitual de los juegos de aquella época, y la calidad que proporciona el formato en CD. Es verdaderamente difícil encontrar un juego para Mega CD que no tenga una banda sonora inolvidable, y este título no iba a ser una excepción.
Tenemos por un lado un verdadero espectáculo visual, y por otro una música cañera que nos mete en el ritmo frenético del juego. Solo falta un gameplay que acompañe, y también lo tenemos. Hay que destacar que no estamos ante el típico "bullet hell" en el que un simple impacto destroza nuestra nave, lo que lo convierte en un juego más asequible y disfrutable por todos. Contamos con un escudo protector que puede resistir varios impactos, y que además podremos regenerar durante la partida recogiendo ítems. Eso si, que nadie piense que por eso estamos ante un juego fácil, pues terminarlo os va a requerir de bastante habilidad.
Disponemos de varios tipos de disparo que cambiamos con los power ups que recojamos por el camino, y que podemos configurar entre fase y fase. Sin embargo las diferencias entre unos y otros son quizá menores de lo deseable, o de lo visto en otros títulos. Por lo que a algunos jugadores puede parecerles que hay poca variedad. Otro aspecto que puede dejar insatisfechos a los más puristas del género son los jefes finales, ya que su tamaño no es precisamente intimidatorio.
A pesar de esto y de que en el fondo pueda parecer otro "matamarcianos de naves" más, 'Silpheed' es muy capaz de haceros sentir orgullosos de poseer un Mega CD, pues no solo es divertido de jugar, si no que también deleita nuestros sentidos visuales y auditivos con gran acierto. Es básicamente todo lo que podemos desear cuando nos ponemos al frente de uno de estos viejos shooters espaciales.
Curiosamente el legado de 'Silpheed' no terminó con este título, y es que varios años más tarde hubo una secuela directa llamada 'Silpheed: The Lost Planet' para PlayStation 2. A lo que hay que sumarle el juego de Square Enix llamado 'Project Sylpheed' para Xbox 360, que viene a ser una especie de sucesor espiritual.
Para jugarlo en la actualidad, por desgracia no existen reediciones de ninguna clase, por lo que la única alternativa es jugar al original de Mega CD, ya sea en el propio Mega CD, o emulándolo. Por suerte el juego no ronda precios desorbitados, y podéis añadirlo a la colección por menos de 30 euros. Es sin duda una estupenda forma de magnificar nuestra selección de títulos para este sistema, y de sacarle buen provecho al mismo.
Lo mejor:
Impresionante a nivel visual, incluso aún sabiendo que una parte de los gráficos "tiene truco". Estupenda presentación aderezada por una gran banda sonora.
Lo peor:
Los más puristas del género pueden echar en falta ciertos elementos, como unos bosses más imponentes.