El 12 de Agosto 2018 | 14:45
'Shenmue 2' llegaba a Dreamcast en 2001 como uno de los últimos juegos que saldrían para esta desafortunada consola, y lo haría únicamente en Europa y Japón debido a la exclusividad con Xbox que la propia Sega firmó para el territorio americano. Un año tuvieron que esperar al otro lado del charco para jugar a 'Shenmue 2' en la primera consola de Microsoft, mientras que aquí dicha versión nos llegaría ya en 2003. El escaso éxito de su predecesor obligó a acelerar la historia original escrita por el propio Yu Suzuki, de tal modo que mientras el primer juego recogía el primer episodio de la saga, esta secuela recopilaría los capítulos tercero, cuarto, y quinto. Quedando relegado el segundo (que nos narraba el viaje de Ryo desde Japón a Hong Kong) relegado a un cómic incluido como extra desbloqueable en la versión de Xbox.
La saga continua
Ryo Hazuki continúa su viaje en busca del hombre que asesinó a su padre a sangre fría, del que apenas pudo averiguar su nombre mientras investigaba lo sucedido allá en Japón. Así Ryo sigue los pasos del asesino Land Di hasta Hong Kong, viéndose inmerso en una gigantesca urbe en la que dependerá únicamente de sí mismo. Allí Ryo deberá sobrevivir en las calles mientras busca pistas que le lleven hasta su objetivo, pero Hong Kong es un lugar peligroso, y esta es una misión que jamás podrá llevar acabo en solitario. Únicamente con aliados fuertes podrá abrirse camino mientras mejora día a día sus habilidades para el combate, en preparación para el momento en el que por fin pueda verse las caras con el mismísimo Lan Di.
Largo y tortuoso fue el camino hasta que 'Shenmue 2' vio por fin la luz, la obra maestra de Yu Suzuki se había convertido en una pesadilla de desarrollo que se vio atrapado en medio de la crisis que llevó a Sega a dejar de fabricar consolas. Sin embargo el futuro de la serie se antojaba prometedor gracias al acuerdo con Microsoft, que permitiría a Suzuki continuar la serie en la por entonces nueva Xbox.
El resultado de todo aquello es ya de sobra conocido por todos, una saga inacabada que terminaba con el título que analizamos. O al menos así era hasta el anuncio de 'Shenmue 3' hace unos años, presentándose una segunda oportunidad para esta incomprendida serie. Pronto todo el mundo podrá saber lo que se siente al quedarse a medias tras 'Shenmue 2' gracias a su inminente reedición, pero ¿cómo era el original de Dreamcast y Xbox?
La aventura de Ryo continua justo donde la dejó, a bordo de un buque que le lleva desde Japón a Hong Kong. Por desgracia nos perdimos las peripecias de Ryo durante este viaje, pero al jugar al juego tampoco se nota demasiado, pues simplemente se asume el salto de una localización a otra.
Si jugamos en Dreamcast, podremos transferir el archivo de guardado de la primera parte para continuarla con todos los objetos y habilidades que hayamos conseguido, así como el dinero ganado y el tiempo real transcurrido. Hay que tener esto muy en cuenta al dar el salto de un juego al otro, ya que hay elementos que solamente se pueden conseguir en el primer 'Shenmue', y una vez hagamos la transferencia ya no podremos volver atrás.
Esto supuso un problema en la versión para Xbox, al no haber primer 'Shenmue' desde el que poder transferir la partida. No obstante se solucionó de una forma un tanto drástica, ya que automáticamente comenzaremos la aventura con todos los objetos y habilidades exclusivos de la primera entrega, lo que resulta un tanto extraño y le quita parte de gracia al asunto. Y es que lo de incluir el primer juego a modo de película no fue quizá la opción más acertada, pues muchos jugadores no lo encontraron suficiente como para engancharse a la serie sin haber jugado al anterior.
Ampliando horizontes
Lo primero que nos llamará la atención de 'Shenmue 2' frente a su precursor, es el notable aumento de complejidad en cuanto a escenarios. Ahora ya no nos desplazaremos por un par de pequeños barrios de Japón, sino que realmente podemos llegar a perdernos por las calles de Hong Kong. Esto hace que no sea buena idea empezar a andar sin rumbo, y que sea mucho más recomendable que vayamos explorando poco a poco.
Pero la complejidad de esta secuela va más allá de los escenarios, ya que ahora Ryo podrá afrontar más trabajos, interactuar con mucha más gente, jugar a más mini-juegos, y conseguir más objetos que nunca. De hecho el juego puede llegar a resultar verdaderamente abrumador por momentos, especialmente al comienzo de la partida. No es extraño sentirse desamparado y perdido ante tanta inmensidad, algo claramente intencional por parte de los desarrolladores para que sintamos lo mismo que el protagonista.
El simple hecho de encontrar una pensión donde poder dormir y dejar nuestras cosas, nos dará cierta sensación de tranquilidad y seguridad. Y es que resulta verdaderamente sorprendente lo bien que este juego nos hace sentir como si realmente estuviésemos dentro de él. No vamos a pisaros nada de la trama, pero ya os anticipamos que el comienzo de la aventura os va a dejar acongojados y con sensación de desamparo en más de una ocasión, especialmente si venís de jugar al primero donde todo era mucho más "amigable".
Y esto será solamente el comienzo, ya que el capítulo cuarto nos llevará a la inmensa y peculiar ciudad de Kowloon, donde podremos experimentar de primerísima mano la caótica arquitectura del lugar. Todo esto mientras nos enfrentamos a retos cada vez mayores, con una curva de dificultad que también continúa donde lo dejó la primera entrega. De hecho ahora habrá que afrontar unos QTE más exigentes donde tendremos que realizar combinaciones de botones y cruceta direccional.
Estos nuevos QTE pueden llegar a ser un infierno en la versión para Dreamcast, debido a la imprecisión de su cruceta de control y a la hipersensibilidad con la que el juego nos da por fallido un QTE en cuanto rocemos el botón que no es, y más teniendo en cuenta que algunas partes del juego llegan a abusar quizá en exceso de este tipo de escenas interactivas. Por suerte no tendremos tanto problema con esto en la versión para Xbox, ya que se tuvo en cuenta a la hora de portear el juego.
La trama nos enganchará irremediablemente desde el primer momento, siempre que sepamos lo que ocurrió durante el primer 'Shenmue'. Los personajes siguen gozando de un grado de complejidad encomiable, con el mismo y peculiar estilo del juego anterior, pero con la diferencia de que ahora conoceremos a muchas más personas importantes para la trama. Si lográis completar esta aventura comprenderéis por qué se pide tanto la tercera entrega, ya que te deja pidiendo más y deseando saber cómo termina todo.
Calles concurridas
El apartado técnico es incluso capaz de superar al de su predecesor, con escenarios inmensos repletos de detalles sin perder un ápice de calidad gráfica. Solamente se le puede poner como pega la generación brusca de personas cuando andamos por las calles, pero es algo comprensible dada la complejidad de los escenarios para aquella época. La banda sonora también vuelve a poner el listón en lo más alto, ambientando con absoluta perfección y ayudando a meternos aún más en el juego.
Las voces de los personajes no fueron dobladas ni al inglés en esta ocasión, al menos en la versión para Dreamcast, donde se mantuvo el doblaje original japonés. Esto convierte al juego en una pequeña "torre de babel" donde nos encontramos voces en japonés, textos en inglés, y el ya conocido diario de Ryo en español, siendo este último de vital importancia para saber lo que tenemos que hacer si no sabemos nada de inglés o japonés. En cuanto a la conversión para Xbox, el juego entero nos llegó aquí en inglés, tanto voces, como textos, así como (incomprensiblemente) el diario de Ryo.
Los combates también habrán mejorado con respecto a la anterior entrega, y ahora resultarán más espectaculares. Además tendremos la ocasión de aprender muchos más movimientos de diferentes maestros, así como encontrar un mayor número de localizaciones donde poder entrenarnos. Por descontado no faltarán las peleas cruciales contra enemigos únicos bastante duros de pelar, contra los que más nos vale haber entrenado a conciencia, o de lo contrario sudaremos de lo lindo tratando de derrotarles.
Finalmente también regresa el ya habitual océano de pequeños extras en forma de coleccionables, mini-juegos, y arcades clásicos de Sega, que ahora han aumentado en cantidad. Así por ejemplo además de echar una partidita a 'Space Harrier' o 'Hang On', también podremos jugar a 'After Burner 2' y 'Out Run'. Hasta podremos echar combates de pulsos, jugar a los dardos, o apostar en uno de los múltiples pachinkos callejeros que encontraremos a lo largo del juego.
La única pega que le podemos encontrar es que a veces se notan un poco los recortes en la trama original, en el sentido de que no todos los capítulos tienen la misma duración y profundidad. Pero si jugamos ignorando los problemas de desarrollo, ni nos daremos cuenta de que están ahí. Por lo demás volveremos a encontrarnos con una obra maestra que nos enganchará sin remedio si ya consiguió hacerlo su predecesor, al cual supera con creces en complejidad.
El resto del juego os resultará familiar si jugasteis al título anterior, incluido el sistema de control, al que más nos vale habernos acostumbrado ya. Las mecánicas de exploración, investigación, resolución de acertijos, y pequeños desafíos, siguen funcionando de igual forma, pero con mayor variedad y complejidad.
Todos merecemos una segunda oportunidad
En cuanto a diferencias entre ambas versiones, la de Xbox mejora un poco los gráficos, aunque también pierde algún elemento visual menor. Además añade filtros para el juego con los que podemos variar su aspecto dándole un toque especial, e incluso llevaremos una pequeña cámara con la que podremos tomar capturas. También nos beneficiaremos del disco duro de la consola para reducir los notables tiempos de carga presentes en la versión para Dreamcast.
Jugad enteros ambos juegos y comprenderéis el fervor de los fans rogando por el regreso de la serie. Y es que a pesar de que hoy en día ya no sorprenda tanto como antaño, sigue siendo muy capaz de reclutar nuevos fans con su inmenso carisma y su apasionante historia. Además gracias a la próxima reedición no tendréis que buscarlo en Ebay por precios astronómicos, algo que afecta tanto a la versión de Dreamcast como a la de Xbox.
Lo mejor:
Es incluso más grande y complejo que su predecesor. La trama os dejará pidiendo más. Es capaz de transmitir magistralmente toda clase de sensaciones durante la partida. El apartado técnico y sonoro, impresionante para la época
Lo peor:
Una vez más el idioma será una barrera notable para algunos. Los nuevos QTE pueden llegar a ser ciertamente frustrantes, especialmente en Dreamcast.