El 4 de Marzo 2018 | 15:17
Desarrollado en 1992 (el mismo año en que se publicaba 'Sonic the Hedgehog 2') y lanzado ya en 1993, 'SegaSonic the Hedgehog' llevaba a la mascota de Sega al campo que tantas alegrías le ha dado desde siempre a esta compañía, el de los salones arcade. Para ello se empleó la poderosa placa System 32, la misma que utilizaban juegos como 'OutRunners', 'Golden Axe the Revenge of Death Adder', o el espectacular arcade de 'Jurassic Park'. El resultado fue un brillante juego con modo cooperativo para hasta tres jugadores, donde Sonic y compañía debían recorrer los niveles a golpe de trackball.
¡Escapa de la fortaleza de Eggman!
¡El Dr. Robotnik por fin se ha salido con la suya! Ha logrado capturar a Sonic junto con dos de sus amigos: Mighty el armadillo, y Ray la ardilla voladora. Todo parece estar perdido para nuestro héroe, pero el erizo logra escapar de su prisión y emprende la huida de las mazmorras de Eggman. Aunque no será tan fácil escapar de este siniestro lugar, pues dichas mazmorras están llenas de trampas, enemigos, y muchos otros peligros. ¿Podrás ayudar a Sonic a escapar? Si necesitas ayuda, seguro que Mighty y Ray están más que dispuestos a echarte una mano. ¡Pero ten en cuenta que ellos también están tratando de huir desesperadamente! Así que elige con cuidad quién te acompañará en esta rodante aventura en busca de la libertad.
Si hiciésemos un ranking de los juegos de Sonic menos conocidos de sus primeros años, este estaría sin duda entre los primeros puestos, probablemente siendo únicamente superado por 'Sonic Eraser'. Sin embargo esta vez no nos encontramos ante algún experimento raro de dudosa calidad, si no que estamos frente a un gran juego que en su momento fue ciertamente espectacular.
Su propuesta nos puede resultar bastante familiar, ya que emplea una perspectiva isométrica similar a la que utilizan otros títulos posteriores como 'Sonic Labyrinth' o 'Sonic 3D'. No obstante su sistema de juego es radicalmente distinto, debido a que el arcade original se jugaba mediante una trackball en lugar de emplear el clásico joystick.
Las trackball se hicieron populares gracias al éxito del inolvidable 'Marble Madness', e incluso la propia Sega llevó dicha tecnología a sus consolas, concretamente a Master System en Japón. Su utilización es ciertamente curiosa a la par que efectiva, ya que básicamente consiste en una bola que hacemos rodar con la palma de la mano en la dirección en la que queremos que se mueva el personaje, pudiendo regular además la velocidad con la que lo haga.
Su tecnología es similar a la que se empleaba en los viejos ratones de ordenador, y ofrecía un control bastante original y preciso. Lamentablemente también complicaba su conversión a sistemas domésticos, ya que pocos contaron con esta tecnología. Esto provocó que 'SegaSonic the Hedgehog' no fuese porteado a consola en su momento, a pesar de que llegó a haber planes serios de llevarlo a Mega Drive 32X.
¡Es una trampa!
Nuestro objetivo en cada fase es guiar al personaje hasta la salida del nivel, sorteando toda clase de trampas y precipicios. Por el camino podemos recoger los típicos anillos de oro, pero su utilización aquí es algo distinta de lo que es habitual en los juegos del erizo, ya que se emplean para rellenar la barra de salud del personaje.
También podemos encontrarnos algunos enemigos por el escenario, pero su función es básicamente la de estorbar, por lo que el principal peligro del que tendremos que preocuparnos es de las continuas trampas que Eggman activará para poner fin a nuestra huida. Otro aspecto curioso es que en el juego no hay jefes finales, si no que simplemente basta con llegar a la meta para pasar a la siguiente fase.
Hay que tener en cuenta que se trata de un juego diseñado específicamente para arcades, lo que supone un nivel de dificultad elevado para incitarnos a gastar moneda tras moneda. De hecho esta dificultad elevada se puede hacer un tanto frustrante en el final del juego, ya que debemos escapar de la fortaleza de Eggman antes de explote tras una cuenta atrás, y si fallamos no tendremos oportunidad de continuar, no quedando más opción que reiniciar la partida si queremos ver el final.
Podemos compartir nuestra partida junto con otros dos jugadores en modo cooperativo, sin embargo ir acompañados no solo no nos facilitará demasiado las cosas, si no que de hecho nos las puede complicar. Esto se debe a que los tres personajes se desplazan dentro de la misma pantalla, por lo que todos deberán avanzar sin detenerse escapando de las continuas trampas. Quedarse rezagado puede suponer un serio problema, y si nuestros compañeros no nos esperan, dicho problema se hará extensivo a ellos al tener un menor campo de visión ante lo que se les venga encima.
Además los anillos que hay por los niveles son compartidos, de modo que si un personaje coge un anillo los otros ya no podrán cogerlo. Esto resulta en que curiosamente el modo cooperativo no solo no rebaja la dificultad como es habitual, si no que de hecho la aumenta. Y puede hacer un tanto frustrante la experiencia cuando jugamos acompañados si no nos sincronizamos bien con los otros jugadores.
El apartado gráfico es sin duda lo más espectacular del juego, ya que aprovecha el potencial de la System 32 para ofrecer unos escenarios preciosos y llenos detalles. Las animaciones están muy cuidadas, y los efectos visuales como los zooms y las rotaciones aparecerán de vez en cuando para deslumbrarnos. El diseño de personajes rezuma todo el estilo clásico de los primeros juegos del erizo, pero con un grado de brillantez y detalle nunca antes visto.
Sonic no era mudo
La banda sonora por su parte le imprime un carácter marchoso al juego con temas cañeros y pegadizos, sin embargo el juego tiene un desarrollo tan frenético que es fácil que ni nos demos cuenta de la estupenda música que está sonando de fondo. Además este título cuenta con el privilegio de ser el primer juego donde pudimos escuchar hablar a Sonic, adelantándose incluso a 'Sonic CD' en este aspecto. De hecho son bastante frecuentes las frases de los personajes, así como los diálogos de Eggman entre fase y fase.
Completar el juego no nos llevará demasiado tiempo, y menos si jugamos con créditos infinitos. Pero es bastante poco probable que saquemos el final bueno en nuestra primera partida, de modo que seguramente acabemos repitiendo para tratar de verlo. Además en los juegos de este tipo siempre está presente el pique por ver quién consigue más puntos, puntuación que quedará registrada junto a nuestras iniciales.
Desgraciadamente su peculiar control no solamente lo alejó de recibir una conversión doméstica en su día, si no que lo ha seguido haciendo durante años. Así por ejemplo se quedó fuera del recopilatorio 'Sonic Gems Collection' por esto mismo, además de por la dificultad existente para emular la placa System 32, lo que nos ha privado de recibir conversiones de este sistema durante décadas.
A día de hoy la única forma en la que podemos jugar a 'SegaSonic the Hedgehog' es con el arcade original, o emulándolo. Por suerte la emulación de esta placa ya es prácticamente perfecta actualmente, aunque todavía sigue quedando el problema del trackball. Es posible configurar la mayoría de emuladores para jugar con un control tradicional, pero así se pierde buena parte de la experiencia original, y el control no es tan preciso como en la recreativa.
Ojalá que Sega nos los traiga de vuelta algún día, y de hecho es de los juegos más demandados por los fans para recibir una reedición. Cosa totalmente comprensible si tenemos en cuenta su brillantez visual, y su jugabilidad frenética al más puro estilo arcade. Todo esto lo convierte en una propuesta sin duda interesante, pero que no ofrece precisamente ventajas a la hora de disfrutarlo en la actualidad. Si tenéis ocasión de jugarlo, no dudéis en hacerlo, merece totalmente la pena.
Lo mejor:
Gráficamente es impresionante, tanto en escenarios como en personajes. Su propuesta resulta muy original y refrescante. Permite jugar hasta tres jugadores simultáneos.
Lo peor:
El cooperativo aumenta la dificultad en vez de reducirla. El control mediante trackball estaba muy bien en la recreativa, pero complica demasiado el jugarlo en la actualidad.