El 2 de Diciembre 2018 | 17:15
Tres años después del estreno del primer 'Sega Rally', el arcade de Sega aún seguía plenamente activo en los salones recreativos de todo el mundo, y todavía seguiría estándolo por varios años más. Esto hizo que llegase a convivir con su secuela, la cual todavía hoy en día puede llegar a encontrarse en algunos sitios. 'Sega Rally 2' iba a mejorar bastante el apartado gráfico gracias a la placa Model 3, pero la potencia de esta desaconsejaba una conversión para la moribunda Saturn, por lo que el juego se convirtió en uno de los primeros títulos de la por entonces recién nacida Dreamcast.
Del arcade a casa
Cae la tarde en uno más de aquellos días de finales de los 90, en tu casa alguien ha vuelto a poner el Compact Disc de las Spice Girls por enésima vez, y el tedio gana la batalla haciéndote salir disparado por la puerta. El salón recreativo te espera, y nada más entrar, tus ojos se van directos a ese arcade de Sega Rally que tantas monedas tuyas se ha tragado. Pero espera, ese juego es distinto... ¡Menudos gráficos! ¡Y esa sensación de velocidad! Es el nuevo Sega Rally que ya te está esperando. La media hora de espera en la cola ha merecido la pena, esta nueva máquina es alucinante. Y lo mejor es que no tendrás que esperar mucho para poderla disfrutar en tu propia casa, gracias a la nueva y espectacular Dreamcast. Ahora podrás jugar tanto como quieras sin tener que hacer cola, aunque sea teniendo que escuchar de fondo a las Spice Girls.
El éxito del primer 'Sega Rally' propició una especie de época dorada para los juegos basados en este deporte del motor extremo, por lo que su secuela era muy esperada por todos los amantes de los juegos de conducción. 'Sega Rally 2' no decepcionó en su paso por las recreativas, con el gran Tetsuya Mizuguchi de nuevo al mando, quién junto a su equipo le sacó todo el jugo a la poderosa placa Model 3 de Sega.
El apartado gráfico era sencillamente alucinante para un juego de hace 20 años, con coches estupendamente recreados y una sensación de velocidad absoluta. En tan solo tres años se había conseguido que el primer 'Sega Rally' pareciese primitivo en comparación, así como cualquier otro juego de rallies del momento.
Pero eso era en los salones arcade, y Sega necesitaba títulos potentes para vender sus consolas. Así 'Sega Rally 2' sería uno de los primeros "vendeconsolas" de Dreamcast, para lo cual era necesario tener lista la conversión lo antes posible, por lo que en lugar de realizar una conversión específica para la consola de Sega se optó por aprovechar la compatibilidad de esta con Windows CE, adaptando la versión para PC que estaba ya en desarrollo.
Esto en un principio no debería haber supuesto ningún problema, ya que Dreamcast era perfectamente capaz de manejar el juego. Pero las prisas en la conversión provocaron ciertos problemas de framerate en la versión japonesa del juego con caídas apreciables, por lo que para la versión occidental se decidió reducir el framerate base a fin de mantener la estabilidad.
Curiosamente se incluyó un pequeño truco que permite reestablecer el framerate original, e incluso estabilizarlo a costa de perder algunos detalles visuales. Por lo que aquellos que valoren más la estabilidad de la tasa de imágenes por segundo que el acabado gráfico, podrán optar por esta curiosa solución.
Extras para el hogar
Estos problemas se han encargado de dar mala fama a la conversión para Dreamcast del juego durante años, sin embargo cuando salió en su momento no pareció suponer problema alguno. 'Sega Rally 2' estaba a tantos años luz de todo lo visto hasta entonces, que nadie reparó en lo problemas de framerate. Además se añadió contenido exclusivo para las versiones domésticas que expandían notablemente las posibilidades del juego frente al arcade original.
Así por ejemplo se incluyeron algunos modelos de coche adicionales, abarcando toda clase de vehículos reales que protagonizaron distintas épocas del campeonato del mundo de rallies. De este modo podremos encontrar clásicos como el Renault Alpine y el Lancia 037, o modelos más de su época como el Toyota Corolla o Subaru Impreza. A estos hay que sumarles los tres coches que protagonizaron el 'Sega Rally' original, es decir el Toyota Celica, y los Lancia Delta y Stratos.
La recreación de cada vehículo era bastante sorprendente para aquel entonces, de hecho se contó con la participación de los fabricantes reales para recrearlos lo más fielmente posible. Cada modelo podía requerir fácilmente dos semanas de trabajo, para lo cual se llegaban emplear incluso maquetas de los coches reales, técnica que se emplearía en muchos otros juegos de coches posteriores y se seguiría usando hasta hace relativamente poco tiempo.
La cifra de circuitos también se aumentó considerablemente añadiendo por fin etapas de nieve, o nocturnas. Todos estos trazados rebosan vida y están repletos de pequeños detallitos que los hacen menos estáticos, y ofrecen variantes en su versión doméstica cuando accedamos al nuevo Campeonato de los 10 años. Este interesante modo de juego nos permite competir a lo largo de 10 años consecutivos del mundial de rallies, con cambios en los circuitos y jugosos premios por completar cada campeonato en forma de nuevos coches para pilotar.
La recreativa permitía interconectar varias máquinas para poder participar a varios jugadores, mientras que en las versiones domésticas se añadió un modo versus a pantalla partida para dos competidores. También podíamos acceder al clásico modo arcade donde íbamos superando checkpoints para evitar que se nos agotase el tiempo, o a modos de práctica y contrarreloj para mejorar nuestras habilidades.
La banda sonora volvió a destacar con su particular estilo ya conocido de la primera entrega, incluyendo además algunos remixes del juego original. El copiloto vuelve a estar en inglés, pero sigue siendo tan carismático como en la primera entrega. Y finalmente el sonido de los motores y demás cumple sobradamente, especialmente si tenemos un buen equipo de sonido.
Derrapa con maestría
El mando de Dreamcast era ideal para juegos de coches, con lo que podremos disfrutar de un estupendo control analógico tanto para la dirección como para acelerador y freno. Si aun así esta opción no nos convence, el juego es totalmente compatible con el Race Controller, el volante oficial de Dreamcast. La suave jugabilidad arcade nos enganchará desde un primer momento, especialmente si buscamos alejarnos de la compleja simulación realista.
A parte del mencionado problema de framerate, que tampoco es especialmente grave, la única otra pega que se le puede poner a la conversión para Dreamcast es que la versión PAL incomprensiblemente no ofrecía modo 60hz. Dreamcast fue pionera en ofrecer modo PAL 60 en Europa en muchos de sus juegos, pero por desgracia 'Sega Rally 2' no es uno de ellos.
Aun con todo se trata de uno de los juegos de conducción más divertidos de la consola y es totalmente recomendable, especialmente cuando salió hace 20 años. Dreamcast recibiría muchos grandes juegos de conducción a lo largo de su corta vida, lo que provocó que 'Sega Rally 2' quedase algo eclipsado en poco tiempo. Pero al menos sirvió para abrir boca ante lo que llegaría después en esta malograda pero genial consola.
Por suerte se trata de uno de los juegos más fácilmente accesibles de Dreamcast, y podéis añadirlo a la colección por precios que no deberían superar los 20 euros. La versión para PC fue reeditada numerosas veces en los sucesivos años, por lo que es bastante fácil de encontrar. Aunque tal vez tengáis algún que otro problema para hacerlo funcionar en equipos actuales.
Como curiosidad final, años más tarde se publicó una especie de adaptación del juego para Game Boy Advance y Nokia N-Gage llamada simplemente 'Sega Rally'. Esta versión de bolsillo era bastante capaz de transmitir las buenas sensaciones de este 'Sega Rally 2', combinándolas con algún que otro elemento del primer 'Sega Rally'. Lógicamente la diferencia de hardware era bastante apreciable, pero aun así os recomendamos echarle también un vistazo a esta versión portátil si sois amantes de la serie.
'Sega Rally 2' fue sobradamente capaz de sorprender en su momento demostrando de lo que era capaz Dreamcast, a pesar de la precipitada conversión y de verse superado por otros grandes del género para la consola. Incluso hoy en día es perfectamente capaz de engancharnos con su divertida jugabilidad arcade, además de sus variados modos de juego. Todo un imprescindible para fans de las cuatro ruedas que tengan una Dreamcast por casa.
Lo mejor:
Ideal para los que busquen una experiencia 100% arcade. El enorme salto técnico que supuso frente a su predecesor. 20 años después sigue conservando todo su potencial para divertir.
Lo peor:
Los ligeros problemas de framerate, aunque se pueden compensar con un sencillo truco. La ausencia del modo PAL 60 en la versión europea del juego.