Este 2020 se cumplen nada menos que 35 años del lanzamiento de 'Mach Rider' para NES, título que más tarde se daría también un paseo por los arcades con algún que otro retoque. Su nombre ha resonado más de una vez en tiempos recientes por su asociación con la serie 'Super Smash Bros.', especialmente el año pasado, cuando unas presuntas filtraciones situaban a su enigmático protagonista en la lista de nuevas incorporaciones. Pero detrás de todo esto se esconde además un trepidante juego de acción y carreras que no te dará ni un segundo de respiro.
La era del caos
En el año 2112 la civilización ha sucumbido tras décadas de guerras y destrucción, la anarquía se extiende entre los supervivientes que luchan entre las ruinas de lo que en otro tiempo fueron prósperas ciudades. Pero dentro de este mundo de caos y desesperación se extiende un mal aún mayor, una diabólica organización que trata de esquilmar los escasos recursos disponibles a costa de las vidas de los más débiles. Las resquebrajadas y polvorientas carreteras se ven invadidas por los Quadrunners, los ruidosos vehículos de estos invasores sin escrúpulos. Pero hay un rugido aún peor, capaz de sembrar el terror entre estos bárbaros del futuro, el del motor de Mach Rider, la moto armada hasta los dientes y equipada con un dispositivo de tiempo capaz de hacerlo retroceder unos segundos. Te tocará a ti pilotar dicha moto para librar a los inocentes de un fatal destino, pero ten cuidado, pues el dispositivo de tiempo tiene un uso limitado. Así que puede que la próxima vez que te estrelles y acabes hecho pedazos, nada ni nadie sea capaz de recomponerte...
Bajo este trasfondo post-apocalíptico se nos presenta 'Mach Rider', un título que a priori podría parecer una mera respuesta de Nintendo al 'Hang On' de Sega, pero que aporta elementos propios más que suficientes como para no tener que recurrir a las siempre odiosas comparaciones. Y es que no solo la ambientación difiere bastante de la del arcade de Yu Suzuki, también la jugabilidad nos propone cosas distintas a la par que interesantes.
Dispondremos de tres modos de juego distintos, empezando por el "Fighting Course". Este representa el modo de juego principal, y nos propone recorrer diferentes rutas viajando entre ciudades para librarlas de los villanos de turno, los cuales nos atacarán con sus vehículos y nos podrán trampas en la carretera. Para acabar con ellos podremos embestirlos para echarlos fuera del asfalto hasta que choquen contra algún obstáculo, o directamente podremos dispararles con la ametralladora que lleva incorporada nuestra moto.
Echarlos de la carretera resulta bastante divertido y satisfactorio, pero también corremos el riesgo de acabar estrellándonos nosotros. Si esto ocurre, tanto la moto como el piloto acabaran volando en mil pedazos (si, así de crudo). Pero si nos quedan vidas en el contador, haremos retroceder el tiempo unos segundos y volveremos a la pista justo antes del fatal accidente.
Antes de cada fase podremos escoger la ruta que vamos a seguir entre dos distintas, para lo cual habrá que pulsar el botón A, o el botón B cuando se nos muestre el mapa con ambos trazados. Al escoger la ruta también elegiremos la dificultad, de modo que es conveniente pararse a observar el mapa unos segundos antes de elegir nuestro camino. Además, en ocasiones ambos mapas se mostrarán entrelazados, teniendo que recurrir a nuestra agudeza visual para discernir cuál de los dos caminos será menos enrevesado.
Agárrate que vienen curvas
También habrá que tener cuidado de la multitud de obstáculos que encontraremos en la pista, como barriles, charcos de agua o aceite, y minas enemigas. La mayoría de estos peligros se pueden eliminar con la ametralladora si tenemos buena puntería, pero por lo general, lo mejor será esquivarlos. Hay que tener en cuenta la gran velocidad a la que corre el juego, de modo que unos buenos reflejos nos harán llegar mucho más lejos.
Es de elogiar la fluidez y sensación de velocidad que logra transmitir el juego a pesar de las limitaciones técnicas, de hecho es ahí donde encontraremos su verdadero potencial adictivo, ya que la sensación se esquivar peligros continuamente a toda velocidad es perfectamente capaz de engancharnos incluso hoy en día. Será un desafío constante a nuestra habilidad y reflejos, unidos al vértigo de la velocidad más frenética.
Completar todos los niveles nos llevará de nuevo al principio para que podamos explorar nuevas rutas, pero por desgracia esto supone la total ausencia de una escena final. Esto se traduce en que nuestro único objetivo durante el juego sea alcanzar la mayor puntuación posible antes de que se nos acaben las vidas, lo cual se puede convertir a su vez en un sano pique si nos vamos turnando el mando para jugar con más personas.
En el "Endurance Course" encontraremos un reto ligeramente distinto, ya que será el cronómetro quién marque el final de nuestra partida. Tendremos que llegar lo más lejos posible antes de que la cuenta de tiempo llegue a cero, es decir, al más puro estilo arcade. Finalmente el "Solo Course" nos propone básicamente lo mismo que el modo anterior, salvo que sin enemigos que nos salgan al paso. Este modo es ideal para practicar y mejorar nuestras habilidades de pilotaje, así que es recomendable empezar con él para familiarizarnos con el juego.
El control es bastante sencillo de aprender, pero complejo de dominar, ya que podremos cambiar de marcha pulsando arriba o abajo en la cruceta para adaptar la velocidad de la moto a cada circunstancia. Esto parece sencillo al principio, pero si no somos precisos al girar a izquierda y derecha, cambiaremos de marcha sin querer al pulsar accidentalmente también arriba o abajo, de modo que tendremos que ser bastante finos con el pulgar.
La creatividad al poder
Para redondear la oferta de opciones nos encontraremos un completo editor de circuitos con el que podremos diseñar nuestros propios trazados, tal y como ocurre en otros clásicos de su tiempo como 'Excitebike'. Por desgracia, para guardar nuestros diseños era necesario emplear un accesorio que guardaba los datos en una cinta de casete, accesorio que tan solo salió a la venta en Japón. Probablemente esta exclusividad nipona se deba a lo engorroso que resultaba el proceso, pues casi acababa siendo más práctico tener que reconstruir el circuito entero cada vez que jugábamos.
Gráficamente el juego está dominado por colores apagados y oscuros acorde con el trasfondo post-apocalíptico de su ambientación, pero todos los elementos en pantalla son perfectamente reconocibles, con sprites sencillos pero capaces de cumplir sobradamente. Y en cuanto al apartado sonoro, se puede echar de menos algo más de variedad en los temas musicales, pero a buen seguro que los habituales de 'Super Smash Bros.' reconocerán el pegadizo tema principal del juego, pues lleva siendo homenajeado en la serie desde 'Super Smash Bros. Melee'.
En cierto modo se considera a 'Mach Rider' como el precursor de 'F-Zero', y es por esto que precisamente era en un escenario de 'F-Zero' donde podíamos escuchar su música en 'Super Smash Bros. Melee'. También es curioso el hecho de que el nombre de 'Mach Rider' esté sacado de un pequeño juguete creado por Nintendo en 1972, consistente en un cochecito con una rampa al más puro estilo 'Hot Wheels', otro ejemplo más de la importancia de este título dentro de la historia de la Gran N.
Siendo plenamente conscientes de esto, en Nintendo siempre se han acordado de 'Mach Rider' a la hora de reeditar sus clásicos de NES, lo que lo convierte en un título bastante accesible hoy en día. Así fue publicado en las Consolas Virtuales de Wii, Wii U, y 3DS, donde de paso podíamos solucionar el mencionado problema del guardado de partida del editor de circuitos. Teniendo esto en cuenta, es solo cuestión de tiempo que acabe llegando también a Switch como parte del servicio de recompensas de Nintendo Switch Online.
De hecho, es posible que también llegue su versión para recreativas, ya que no sería el primer título de NES que llega tanto en su versión doméstica como en la de arcade para la línea 'Vs'. Esta versión incluye pequeñas diferencias y se centra en el modo "Endurance Course", además de ser la fuente de controversia sobre la presunta identidad de la persona que se esconde bajo el casco, ya que al final se dejaba entrever que se trataba de un personaje femenino al más puro estilo Samus en 'Metroid'.
Imprescindible para todo buen fan de Nintendo
Conseguir el cartucho original para vuestra NES no es demasiado difícil, ni caro, pues puede encontrarse sin caja ni manual por apenas 15 euros. De este modo podréis disfrutar en la consola original de esta pequeña pero importante pieza de la historia de Nintendo, que tal vez no cumpla nunca aquellos rumores sobre la presencia de su protagonista en 'Super Smash Bros. Ultimate', pero que sin duda merecería tal honor.
Divertido y trepidante a partes iguales, y con modos de juego suficientes como para engancharnos incluso en la actualidad. Es particularmente destacable su sensación de velocidad, y el desafío que supone para nuestros reflejos. Todo sin olvidar su peculiar ambientación a lo 'Mad Max', y los elementos de acción que combinan a la perfección dando como resultado un desarrollo frenético.