ARMA LETAL

RETRO 'Lethal Enforcers', analizamos este clásico de policías y ladrones obra de Konami

¿Tu sueño fue siempre participar en una de esas películas de acción ochenteras? Pues ahora tienes ocasión de hacerlo.

Por Alberto Carmona 11 de Septiembre 2016 | 15:20

Corría el año 1992 cuando Konami llevó a los salones arcade de todo el mundo un juego muy especial, donde se nos proponía unirnos al lado de la justicia para limpiar las calles de maleantes a base de tiros. Armados con una pistola de luz, podíamos combatir el crimen ya fuera en solitario, o acompañados de un amigo. Incluso podíamos empuñar ambas pistolas y disparar a dos manos, como en la mejor escena de acción de la época. Un año más tarde, el juego era llevado a Mega Drive y Mega CD, y ya en 1994 a Super Nintendo. Finalmente en 1997 fue PlayStation la afortunada que recibió este título en un pack donde se incluía su secuela, ambientada en el Salvaje Oeste.

Aquí tienes tu placa y tu pistola

No has ido a escoger el mejor momento para unirte al cuerpo, amigo. Tu fiesta de bienvenida se ve interrumpida por el aviso del atraco a un banco, algo que ya se ha hecho tan habitual como las pulgas en un perro callejero. La ciudad se ve asolada por una banda criminal fuertemente armada que actúa sin control, haciendo gala de los métodos más salvajes y contundentes. Puede que tu primer día en el cuerpo sea el último, y no precisamente a causa de un holocausto zombie, si no por recibir un tiro entre las orejas. Pero seguro que eso no te asusta, ¿verdad? ¡Pues debería! Así que más te vale que aparques la chulería, y vayas a la galería de tiro a afinar tu puntería, porque aquí los malos no te dejarán disparar una segunda vez. Ah, y ten cuidado con los ciudadanos inocentes, pues se supone que estamos aquí para protegerles y servirles. ¡Como le hagas un rasguño a uno solo de ellos te pasarás el resto de tus días revisando parquímetros!

Justo antes de que este tipo de juegos se pusieran de moda con la llegada de títulos como 'Virtua Cop', o 'Time Crisis', Konami nos brindó esta joya con la que podíamos disparar a gusto en nuestro salón recreativo favorito. El imponente mueble ofrecía la posibilidad de que dos jugadores uniesen fuerzas para acabar con el crimen, con sendas pistolas que replicaban el popular revolver Colt Python.

Nuestro objetivo es acabar con todos los maleantes que aparezcan en pantalla, y que tienden a esconderse detrás de muebles o vehículos, para luego aparecer por donde menos los esperamos. La rapidez de reflejos es esencial, pues los malos no tardarán en abrir fuego. Y aquí, al contrario que en la mayoría de películas de acción de la época, no fallan nunca el tiro. Si resultamos heridos, perderemos una estrella de nuestro indicador. Y si se acaban todas, tocará rascarse el bolsillo en busca de más monedas.

Los escenarios suelen estar fijos, pero en ocasiones la cámara se desplaza lateralmente mostrando nuevas zonas. Dichos escenarios están realizados a partir de fotografías digitalizadas, lo que proporciona al juego un aspecto ciertamente realista. Lo mismo ocurre con los personajes, que fueron creados empleando las técnicas de digitalización ya vistas en juegos como 'Pit-Fighter', o 'Mortal Kombat'.

Habrá que tener cuidado con los inocentes que se crucen en pantalla, que suelen ser más numerosos de lo deseable. También pueden aparecer otros compañeros policías que aparentemente faltaron a la academia el día que enseñaron a no ponerse en medio en pleno tiroteo. Herir a inocentes bajará nuestro rango como policías, el cuál se nos dará al terminar el nivel.

Armado hasta los dientes

Por el camino podremos recoger armas más poderosas, que aparecen en ocasiones al derrotar a un enemigo, o escondidas detrás de algún objeto. Estas armas mejorarán considerablemente nuestra capacidad de fuego, pero si recibimos un solo impacto del enemigo, las perderemos. No hay posibilidad de recuperar salud durante la partida, así que cada tiro que encajemos nos saldrá bastante caro (literalmente, pues el juego es un autentico tragamonedas).

La mecánica de cada partida es ciertamente sencilla, pero vicia bastante e incita a seguir jugando. Especialmente si nos aliamos con otro jugador y afrontamos el modo cooperativo. Durante toda la partida deberemos asegurarnos de cubrir a nuestro compañero, pues si nos quedamos solos le echaremos mucho de menos a la hora de abatir maleantes.

Cada nivel se divide en varias zonas, y al final de ellas nos espera un jefe con su correspondiente barra de vida. Los niveles están inspirados en las típicas localizaciones de las películas de acción de este tipo, como el atraco a un banco, el secuestro de un avión, o un asalto en pleno Chinatown. Gracias a esta variedad, el juego no se hace repetitivo, y eso a pesar de que básicamente nos pasamos todo el tiempo haciendo lo mismo.

La primera conversión para consola fue la de Mega Drive, que mantenía buena parte de los componentes del arcade original. Quizá el cambio más notable se aprecie en el aspecto gráfico, y es que la limitación de colores pide a gritos que lo juguemos en una pantalla con poca definición y no muy grande. También hay pequeños cambios técnicos, y elementos recortados como algunos insultos de los maleantes que estaban fuera de lugar.

La versión para Mega CD es prácticamente idéntica a la de Mega Drive, salvo por la espectacular banda sonora, motivo más que de sobra para recomendar encarecidamente esta versión por encima de la de cartucho. Ambas versiones para consolas de Sega ofrecen un nivel de dificultad bastante mayor que el propio arcade, ya que basta con herir a una sola victima inocente para que nos toque repetir entero todo el nivel.

Ay la censura...

En cuanto a Super Nintendo, la versión mantiene una calidad gráfica más cercana a la del arcade, sin embargo fue altamente censurada, llegando a cambiar bastantes elementos visuales, como las animaciones de muerte de los enemigos, o las referencias a Chinatown en el segundo nivel. Este fue uno de los juegos que se vieron envueltos en la polémica iniciada poco antes por 'Mortal Kombat' debido a su violencia, y la versión de Super Nintendo pagó las consecuencias.

Tiempo más tarde llegaría también a PlayStation, y además acompañado de la segunda parte del arcade. Esta versión llega incluso a mejorar el aspecto gráfico de la recreativa, y además incluye la espectacular banda sonora de la adaptación para Mega CD. Es por este motivo que se convierte en la versión más recomendable del juego, aunque haya alternativas más avanzadas dentro del catálogo de la maquina de Sony que lo puedan hacer parecer obsoleto.

En algunas versiones podremos acceder a una galería de tiro donde poner a prueba nuestra puntería, así como a niveles especiales entre fase y fase. Estas galerías de tiro son bastante prácticas especialmente para poner a punto nuestras pistolas de luz, que son sin duda la forma más recomendable de disfrutar de este título.

Las versiones para Mega Drive, Super Nintendo, y Mega CD, se vendían conjuntamente con la Justifier; una pistola de la propia Konami que imitaba perfectamente a la que empleábamos en el arcade. Hay que destacar que el juego solamente es compatible con dicha pistola, por lo que no podréis jugarlo con el Super Nintendo Scope, o con el Menacer de Sega.

Es en el uso de esta pistola donde encontramos el mayor problema con el juego, y es que si queremos jugar a dos jugadores empleando pistolas, deberemos conseguir una versión especial del arma específicamente diseñada para el segundo jugador. Dicho revolver se conecta a la pistola principal, en vez de al segundo puerto del mando, y lo hace con un conector propio.

Licencia de armas

No hace falta decir que dicha pistola, que por cierto es de color rosa, es altamente difícil de conseguir, ya que de hecho Konami no la vendía en tiendas, si no que para comprarla había que pedírsela por correo. Este engorroso sistema hace muy difícil poder jugar a dos jugadores empleando armas, y no es posible usar dos pistolas del primer jugador (que son de color azul) para jugar en modo cooperativo.

Este problema se mantuvo en la edición para PlayStation, que solo era compatible con la versión de la Justifier para dicha consola. Sin embargo aquí no tuvimos el mismo problema para jugar a dos jugadores. Cabe mencionar también que la pistola rosa del segundo jugador en las consolas de Sega y Nintendo es exactamente la misma, siendo compatible con la pistola azul de cualquiera de los dos sistemas.

Por suerte también se puede jugar a todas las versiones del juego con mando, opción que aunque no es tan divertida, al menos nos permite poderlo disfrutar aunque no tengamos la pistola. Además en las versiones para consolas de Sega y Nintendo es posible acceder al modo cooperativo aunque un jugador use pistola, y otra emplee el mando.

La duración y dificultad varía dependiendo de a qué versión juguemos, y es que la penalización por matar civiles inocentes en Mega Drive y Mega CD verdaderamente complica las cosas. En cualquier caso cabe recordar que es un título que proviene de recreativa, de modo que no esperéis demasiada duración por su parte. Sin embargo si que ofrece un alto grado de rejugabilidad, especialmente para tratar de superar nuestros récords.

Si queréis poderlo jugar en la actualidad, los cartuchos sueltos de las versiones para Mega Drive y Super Nintendo no son fáciles de conseguir. Y si además los queréis con la pistola, o con su enorme caja de cartón, os va a costar aún más. Curiosamente la versión para Mega CD parece ser algo más fácil de encontrar, especialmente si no os importa que no esté completo. El de PlayStation no es muy común, pero por fortuna no ronda precios demasiado elevados. No busquéis reediciones posteriores, porque por desgracia no las hay.

¡Abran fuego!

Resumiendo, un gran juego de disparos puramente arcade, con todo el encanto de las películas de acción de aquel entonces, y una alta capacidad de enganchar. Es ciertamente recomendable en cualquiera de los sistemas para los que salió, especialmente si os gustan los juegos en los que podáis formar equipo con un amigo. El engorroso sistema de pistolas en las versiones de 16 bits puede ser un problema, pero tampoco es algo tan grave como para arruinar el juego. Dadle una oportunidad, especialmente si os gusta el género.