RETRO 'Krusty's Fun House', analizamos las diferentes versiones de este clásico de Los Simpson

Allá por 1991 llegaba a Amiga el juego 'Rat-Trap', una mezcla de puzle y plataformas donde debíamos exterminar ratones a base de ingenio. Este singular título fue desarrollado por el pequeño estudio británico Audiogenic, y logró llamar la atención de Acclaim, compañía que por aquel entonces había conseguido hacerse con los derechos de Los Simpson para sistemas domésticos. El juego fue finalmente licenciado a Acclaim para añadir a la popular familia amarilla, pero tratándose de una propuesta jugable tan peculiar, la solución de Acclaim fue poner de protagonista a Krusty el payaso tratando de acabar con una molesta plaga de ratones desatada en su parque de atracciones.

¡Hola niños!

¡Krustylandia está listo para abrir sus puertas! Pero un imprevisto de última hora ha puesto en peligro la apertura del parque de atracciones. ¡Una plaga de ratones! Sin tiempo para llamar a los exterminadores, el propio Krusty ha decidido acabar por sí mismo con esos molestos roedores. Aunque no estará solo en su misión, la familia Simpson está deseosa de estrenar el nuevo parque, y a buen seguro que le echarán una mano para que no haya ningún retraso. El resto de compañeros de Krusty también se ha sumado a la fiesta, pero las trampas mortales que han preparado no servirán de nada sin alguien que guie a los ratones hacía ellas. Es aquí donde entra en juego tu ingenio para llevar a esas indeseables alimañas hasta su perdición. ¡Así que pon a trabajar tus neuronas, o no habrá Krustylandia para nadie!

A comienzos de los 90 había una alocada familia televisiva que lograba rivalizar en popularidad en las revistas de videojuegos con gigantes de la talla de 'Mario' y 'Sonic', pujando por ver quién lograba protagonizar más portadas. Acclaim exprimió a tope la franquicia ofreciendo toda clase de aventuras para todos los sistemas, pero 'Krusty's Fun House' destacaba por algo más que por estar protagonizado por estos famosos personajes.

Esta vez Los Simpson no eran "la excusa" para hacer un juego, sino el "aderezo" de un título ya existente, uno bastante bueno que combinaba plataformas y puzles de forma magistral, dando como resultado una mezcla de lo más adictiva. Una propuesta quizá más propia de ordenadores como el Amiga del que procedía, pero que en consolas también logró encandilar a montones de usuarios de NES, Master System, Game Boy, Game Gear, Mega Drive, y Super Nintendo.

Curiosamente a las versiones para sistemas con hardware más avanzado se las denominó como 'Krusty's Super Fun House', probablemente para que el término "Super" hiciese notar la diferencia con respecto a los sistemas de 8 bits, como si de una versión de lujo se tratase. Sin embargo, y a pesar del cambio de nombre, este título ofrece prácticamente lo mismo en todas sus versiones, logrando mantener intacta toda su jugabilidad.

En un primer contacto podemos cometer el error de creer que se trata de un juego más de plataformas de tantos como había en aquel entonces, ya que manejamos directamente a Krusty el payaso saltando de acá para allá por coloridos escenarios. Pero pronto notaremos que nuestro objetivo no es simplemente llegar del punto A al punto B, sino que no podremos completar la fase hasta que el último de los ratones haya sido exterminado.

Estos roedores pululan por el nivel y no pueden hacernos daño, así como tampoco podemos herirlos nosotros directamente a ellos. Lo que deberemos hacer es alterar el escenario de diversas formas para que los ratones lleguen hasta la máquina exterminadora, por ejemplo colocando bloques a modo de plataforma, o accionando resortes y tuberías para que vayan por donde nosotros queremos.

A tartazo limpio

En los niveles también podremos encontrar algunos enemigos, que básicamente están ahí para entorpecer nuestra labor. Podremos despacharlos arrojándoles tartas, aunque también podemos simplemente esquivarlos para no perder tiempo con ellos. Mientras acabamos con los ratones podremos recoger diversos ítems para recuperar salud o aumentar nuestra puntuación, los cuales hallaremos escondidos en bloques que podremos destruir a patadas.

Hasta aquí todo parece bastante sencillo, entrar a una fase, llevar a los ratones hasta su perdición, recoger algunos objetos, y podremos pasar al siguiente nivel. Pero pronto descubriremos que la dificultad creciente no viene a ponérnoslo tan fácil, y será necesario emplear todo nuestro ingenio para limpiar de roedores cada fase.

El nivel de dificultad es ciertamente elevado, especialmente en los últimos niveles. A lo que habrá que sumarle fases secretas a las que podremos acceder bajo determinadas circunstancias. Esto nos garantiza una duración más que suficiente, especialmente si logramos evitar la tentación de buscar alguna guía que nos resuelva las cosas cuando nos quedemos atascados.

Para mantener nuestro avance disponemos de un sistema de passwords, algo muy útil teniendo en cuenta la larga duración que suelen tener las partidas. Tal vez se habría agradecido más que se añadiese un práctico sistema de guardado, pero al menos los passwords no son complicados de recordar e introducir.

Algo digno de elogiar de este título es que logra mantener sus señas de identidad intactas en todas y cada una de sus versiones, sin importar lo más mínimo las posibles limitaciones de cada hardware. No importa el sistema que elijamos, en todos ellos encontraremos los mismos ingredientes que lo hacen divertido y adictivo.

Naturalmente las versiones para Mega Drive, Super Nintendo, Amiga, y DOS, son las que logran mejor apartado visual y sonoro. Pero es de elogiar lo bien que funciona en sistemas de 8 bits, incluida Game Boy, donde no tendremos problema alguno debido a la ausencia de color. De hecho, es en consolas portátiles donde más recomendable resulta este título, pues se trata del tipo de juego ideal para llevarnos con nosotros de viaje y pasarlo en grande con poco tamaño.

Diversión multisistema

Para decidir en qué versión jugarlo, simplemente os recomendamos dejaros llevar por vuestras preferencias en lo referente a cada sistema. Es decir, que si por ejemplo os gusta mucho Game Gear, no dudéis en jugarlo en ella, pues no vais a echar de menos nada importante, y os lo pasareis igual de bien con vuestro sistema favorito.

La banda sonora no destaca especialmente, pero acompaña sobradamente bien nuestra labor de erradicar roedores. Curiosamente de las ediciones para Mega Drive y Super Nintendo existen dos revisiones distintas, en las que solo cambian algunos temas musicales de determinados niveles. Se desconocen los motivos por lo que se hizo esto, pero probablemente fuese por algún tipo de desavenencia con el compositor original, o alguna cuestión legal.

También es de destacar la presencia de algunas voces digitalizadas provenientes del propio Krusty (si, con su voz original en inglés), algo que encontraremos incluso en versiones de 8 bits, con una sorprendente calidad para lo que era habitual en estos sistemas. El resto de efectos sonoros son bastante discretos, pero tampoco necesitan de más.

Al igual que ocurre con la gran mayoría de juegos de Los Simpson, no existen reediciones actuales de este título, lo que nos obligará a buscar las versiones originales si no queremos tirar de emulación. Por suerte todas las ediciones para consola son relativamente comunes, y no se piden precios demasiado elevados por ninguna de ellas. Tan solo las versiones para ordenador se vuelven algo más caras, debido a su mayor rareza y escasez.

Un claro ejemplo de que no siempre hay que desconfiar cuando un juego viene respaldado en alguna franquicia popular externa, hasta el punto de que probablemente estemos ante uno de los mejores juegos de Los Simpson, no solo de su época, sino de la historia. Su mezcla de puzle y plataformas nos enganchará desde el primer momento, y el carisma y simpatía de sus personajes logrará hacer el resto.

Muy recomendable en todas y cada una de sus versiones, especialmente en sistemas de 8 bits, donde tiene algo más de mérito haber logrado mantener intactos los puntos fuertes del original. Tanto si os gustan Los Simpson, como si no, haríais muy bien en añadir esta pequeña gran joya a la colección. A poco que os gusten los retos mentales y el plataformeo, os encantará.