Allá por el año 2000, los medios de todo el mundo se deshacían en elogios hacia Yu Suzuki por su recién estrenado 'Shenmue', una aventura épica que marcaba un antes y un después en la historia del prolífero creativo nipón, cambiando su hábitat natural de los arcades a los sistemas domésticos. Sin embargo, apenas unos meses antes los salones recreativos recibían una espectacular creación del propio Suzuki, creación que venía dispuesta a revolucionar todo cuánto se había visto en arcades de conducción. Dreamcast no tardaría en recibir su propia versión, a la que años más tarde se sumaría la de PlayStation 2 una vez que Sega abandonó la fabricación de consolas.
Il Cavallino Rampante
Prestigio, honor, valentía ... Todo esto y mucho más significa el ser un piloto de Ferrari. No es solo un nombre, no es solo una marca, es un legado, una leyenda que pervive durante generaciones y recorre los circuitos de todo el mundo tiñendo el asfalto gris de rojo pasión. Esa "passione rossa" es más potente que cualquier motor, y si eres digno de ella, no habrá rival que pueda derrotarte. Los circuitos más famosos del mundo te esperan, así como el poderoso Ferrari F355, un caballo indómito que no dudará en cocearte si te muestras débil en la pista. ¿Serás merecedor de la victoria en este honorable desafío? ¿O verás como otro se lleva la gloria mientras descorcha el champán? Aplaudir, o ser aplaudido. El podio juzgará duramente tus resultados, así que más te vale sentir ese escudo y esa pasión roja si no quieres volver a casa con la cabeza agachada.
En 1986 Yu Suzuki sorprendía al mundo con 'Out Run', un arcade espectacular que, si bien hoy en día puede parecer puramente arcade, en su momento fue lo más cercano a un simulador realista y a la vez asequible para todo el mundo. Pero en poco tiempo los juegos de conducción evolucionaron a pasos agigantados, y su complejidad y realismo aumentaba a cada nuevo título que salía al mercado.
Así Yu Suzuki buscó crear el sucesor de 'Out Run', un simulador adaptado a los nuevos tiempos que realmente pusiera a prueba las habilidades de quién se sentase a su volante. De este modo surgía 'Ferrari F355 Challenge', un espectacular arcade que en su versión más lujosa interconectaba tres pantallas diferentes ofreciendo una sola imagen, a fin de conseguir una inmersión absoluta en el juego.
La obsesión por el realismo fue tal, que incluso se dice que Yu Suzuki utilizó su propio Ferrari F355 como objeto de estudio para trasladar al juego las sensaciones de conducir el modelo real. El resultado fue un arcade de conducción tremendamente exigente y totalmente alejado de lo que por aquel entonces cabía esperar de un arcade. Tanto es así, que la frustración solía apoderarse de muchos jugadores que se acercaban a probarlo, al ver que no eran capaces ni de mantener el coche en la pista.
Sin duda aquello era lo más parecido por aquel entonces a la experiencia de conducir un Ferrari real, hasta el punto de que incluso más de un simulador de coches actual parecería arcade ante semejante reto. El simple hecho de lograr terminar una carrera sin salirnos de la pista, ya era todo un logro. Por lo que las sensaciones que sentíamos si llegábamos a ganar, serían ciertamente cercanas a las de ganar una carrera real.
Yu Suzuki había logrado su objetivo, y gracias a que la recreativa original corría sobre la placa NAOMI de Sega, la conversión directa a Dreamcast estaba más que garantizada. El resultado a nivel técnico es simplemente sorprendente, hasta el punto de que estamos sin duda ante uno de los títulos más potentes de la última consola de Sega, al menos en lo referente al apartado gráfico.
Dame una pista
No solo el Ferrari F355 estaba estupendamente recreado, sino que también lo estaban los circuitos reales de todo el mundo en los que podíamos competir, trazados tan famosos como: Motegi, Nürburgring, Sugo, Suzuka, o la propia pista de pruebas de Ferrari en Fiorano. Además la versión doméstica incluía cinco circuitos adicionales, que más tarde serían llevados al arcade en una versión denominada 'Ferrari F355 Challenge 2'.
El título se hizo famoso entre los usuarios de Dreamcast por su elevada exigencia, ya que incluso con todas las ayudas activadas era toda una proeza ganar una carrera. Por suerte el juego nos da toda clase de facilidades a la hora de aprender, pudiendo probar cada pista a modo de tutorial antes de competir contra otros coches.
El juego ofrecía la posibilidad de activar y desactivar las ayudas en mitad de la carrera, de tal modo que podíamos cambiar la configuración del coche sobre la marcha para adaptarnos a cada situación, por ejemplo activando el control de tracción en la salida para evitar perder agarre al arrancar. La IA tampoco se andaba con chiquitas a la hora de competir rueda con rueda, y aquí las colisiones se pagaban caras, pues aunque no había daños directos en el vehículo, cualquier choque medianamente fuerte podía hacer que nuestro coche acabase en el césped.
El mando de Dreamcast se adaptaba perfectamente a la conducción exigente gracias a sus gatillos analógicos que funcionaban como acelerador y freno, aunque también podíamos utilizar volante para lograr algo más parecido a la recreativa original. Además se añadieron algunos modos de juego y opciones extra, lo que hacía que la versión de Dreamcast no fuese igual de buena que el arcade, sino que de hecho fuese mucho mejor.
Pegado al volante
La única pega que se le podría poner a esta versión es que no permitiese cambiar de cámara, ofreciendo como única perspectiva la cámara situada tras el volante, algo heredado directamente de la recreativa. Esto se hizo para lograr el mayor realismo posible, pero cualquiera no habituado a jugar así puede acabar sintiendo algo de claustrofobia, especialmente si sumamos la elevada dificultad a la mezcla.
El apartado técnico se redondeaba con unos efectos de sonido capaces de hacernos creer que se nos había colado un Ferrari en nuestro salón., además de una espectacular banda sonora con temas roqueros y pegadizos que acompaña a la perfección. Ojo por cierto al tema principal del juego, ya que si sois fans de 'Shenmue' encontrareis en él un curioso nexo de unión con cierta escena de la primera parte de la saga.
En cuanto a la versión para PlayStation 2, esta llegó ya en el año 2002, rodeada de competencia de muy alto nivel en el género, lo que la hizo pasar algo desapercibida. Además al tratarse de una conversión directa de la recreativa a Dreamcast, esta conversión a PlayStation 2 era un poco menos fiel en lo referente al apartado gráfico, con una menor resolución de pantalla, y efectos de luz más sencillos.
Estas cosas podían haberse evitado con algo de esfuerzo a la hora de hacer la conversión, pero por suerte tampoco son algo que afecte demasiado al apartado visual. Además esta versión para la consola de Sony cuenta con una importante ventaja a su favor, y es que de forma muy acertada se incluyó la posibilidad de cambiar de cámara, pudiendo así elegir una perspectiva externa desde la que podamos apreciar el coche en todo su esplendor.
Si buscáis un juego de coches con solera que suponga un verdadero reto, 'Ferrari F355 Challenge' puede ser justo lo que estáis buscando, una desafiante combinación de arcade y simulación que os hará sudar de lo lindo para lograr victorias. Si no sabéis por cuál versión optar, lo cierto es que no os equivocareis con ninguna de ellas, ya que si bien la conversión a Dreamcast es (por razones obvias) más fiel al arcade, la nueva cámara de la versión de PlayStation 2 la hace también ciertamente recomendable.
Por suerte ambas versiones son relativamente fáciles de conseguir, por precios que rondan entre los 10 y los 30 euros dependiendo de su estado. No hay ningún tipo de reedición actual, por lo que hacerse con una de las dos versiones originales es casi la única alternativa para jugarlos. De un modo u otro estamos ante un título que no debería faltar en la colección de todo buen amante del género, especialmente de aquellos que aprecien la obra de Yu Suzuki. Un juego reto que pondrá en aprietos incluso a los más expertos de hoy en día, a pesar de contar ya con 20 años a sus espaldas.