El 1 de Diciembre 2019 | 18:15
En 1987 se publicaba 'Fantasy Zone 2' para Sega Mark III, consola más conocida por todos como Master System. En esta ocasión no habría versión arcade original que portear, sino que se trataba de un juego creado exclusivamente para la consola doméstica. No obstante, poco después el título sería adaptado para la placa System E, la cual era básicamente idéntica a Master System en cuanto a hardware se refiere. También habría conversiones para MSX y para Famicom (la NES japonesa), corriendo a cargo Pony Canyon y Sunsoft respectivamente.
Las lágrimas de Opa-Opa
Han pasado 10 años desde que el joven Opa-Opa derrotase al imperio Menon que amenazaba con conquistar toda Fantasy Zone, pero aquella victoria dejó en nuestro héroe una sensación amarga y confusa al descubrir la identidad del verdadero responsable de aquella invasión... Durante todo este tiempo, Opa-Opa ha experimentado un vendaval de sentimientos encontrados. Lo que unido al trauma que le dejó la guerra que vivió en su infancia, hace que a veces le cueste distinguir entre la luz y la oscuridad. En medio de toda esta batalla personal emerge una nueva contienda real, pues el imperio Menon ha regresado dispuesto a volver a intentar invadir Fantasy Zone. ¿Tendrá algo que ver todo esto con sus sentimientos? ¿O será simplemente casualidad? ¿Quién estará esta vez al mando del imperio Menon? Las preguntas atormentan a Opa-Opa mientras se lanza de nuevo a la acción, esta vez la guerra no se librará únicamente en los coloridos paisajes de Fantasy Zone...
Tras el indudable éxito del primer 'Fantasy Zone', estaba claro que Sega lanzaría tarde o temprano una secuela, lo que no era tan fácilmente predecible es que lo fuese a hacer en condiciones tan peculiares. Y es que extrañamente el juego no nació en arcades como su predecesor, sino que directamente se publicó en Master System para el mercado doméstico. Esto permitió adaptar especialmente el juego a las capacidades de la consola, llegando a conseguir unos resultados espectaculares que lograban superar incluso a la excelente conversión de la primera entrega.
Lo más llamativo son sin duda los gráficos, capaces de hacer que el primer 'Fantasy Zone' parezca "descolorido". No exageramos en absoluto al decir que nos encontramos ante uno de los juegos más bellos para este sistema, e incluso para los 8 bits en general. El diseño de los niveles es una auténtica explosión de imaginación y color, y ahora cada fase se divide en diferentes zonas con diseños propios para cada una.
Para movernos entre dichas zonas disponemos de unos portales dimensionales que representan una de las principales novedades de esta entrega, ya que ahora será necesario desplazarnos entre diferentes planos para poder destruir todas las bases enemigas, lo que supone un requisito indispensable para poder completar cada nivel. Hay que tener en cuenta que ya no disponemos del radar que nos indicaba cuántas bases quedaban en cada fase, de modo que habrá que explorarlas a fondo para asegurarnos de no habernos dejado ninguna.
Una vez hayamos arrasado todas las bases podremos utilizar un portal especial de color rojo que nos llevará ante el jefe de final de fase, algo que en la primera entrega se hacía de forma automática en cuanto acabábamos con la última base enemiga. Esto nos permite prepararnos para la batalla destruyendo enemigos menores para conseguir las clásicas monedas con las que poder comprar mejoras en la tienda, ya que los jefes pueden resultar mucho más fáciles si llevamos equipado el armamento adecuado en cada caso.
No te fíes de su encantador aspecto
Otra de las novedades de esta entrega es la barra de poder con la que cuenta ahora Opa-Opa, la cual irá aumentando su capacidad a medida que progresemos. Al principio dicha barra no nos servirá de mucho, pero si hacemos que crezca podremos rellenarla mediante botellas especiales de color azul, lo que básicamente nos permitirá tener una barra de vida para evitar caer de un solo impacto. Esto nos vendrá muy bien en las últimas fases, especialmente cuando (como es habitual en la saga) nos las tengamos que ver de nuevo con todos los jefes finales del juego uno tras otro.
La dificultad vuelve a ser bastante elevada, pero también lo es la jugabilidad. Cada vez que fallemos seremos conscientes de por qué ha sido, y estaremos deseando repetir para enmendar nuestro error. Esto se traduce en que el juego posea una gran capacidad para "picarnos", incitándonos a continuar jugando para mejorar a pesar del enorme reto que supone. Esto garantiza también que el juego nos dure más de una tarde, ya que solo los más hábiles con el género lograrán terminarlo en poco tiempo.
Nuestro primer contacto con la banda sonora puede no resultar del todo agradable, ya que el primer nivel comienza con un tema algo estridente al principio. Curiosamente esto parece ser hasta intencional, como para representar lo que le pasa a Opa-Opa por la cabeza al comenzar el juego, ya que después el tono cambia y nos encontramos con temas musicales excepcionales que sacan bien el jugo a la consola. Además el juego es compatible con el chip de sonido FM, de modo que si podemos acceder a dicha función disfrutaremos de una música incluso superior a la del arcade para System E.
Dicho arcade presenta pequeñas diferencias con el original de Master System, como una pantalla de presentación más elaborada (para llamar mejor la atención de los jugadores dentro del salón recreativo), y la presencia del clásico radar de bases de la primera entrega, a fin de agilizar el juego y que los jugadores no se pierdan explorando cada nivel. También se reduce el parpadeo de sprites del original, algo propio del limitador de sprites que se usaba en Master System para que la consola pudiera representar en pantalla más objetos de los que era realmente capaz de mover.
En su conversión para MSX el juego perdió fluidez y detalle, pero aun así quedó un matamarcianos bastante majo para este sistema. En cuanto a Famicom, los chicos de Sunsoft hicieron un estupendo trabajo al portearlo, consiguiendo un resultado fluido y jugable además de conseguir mantener buena parte del colorido del original. Lógicamente ambas versiones están por debajo del de Master System, pero es digno de elogiar el empeño al convertirlos teniendo en cuenta las diferencias de hardware.
Más vale tarde que nunca
Durante muchos años 'Fantasy Zone 2' permaneció como título exclusivo de estos sistemas, y la serie jamás contó con una secuela verdaderamente propia para arcades. Esto fue lo que llevó a Naoki Horii de M2 a plantearse la posibilidad de llevar el juego a recreativa en condiciones allá por el año 2008. El resultado fue un completo remake creado para la placa System 16 de Sega, la misma que utilizaba el 'Fantasy Zone' original. O mejor dicho, para la placa System 16C, una variante de la placa original creada especialmente para la ocasión con una RAM de mayor capacidad.
La idea original era incluir dicho remake en el recopilatorio 'Fantasy Zone Complete Collection', que fue lanzado para PlayStation 2 y recogía toda la saga 'Fantasy Zone' en un solo disco exclusivo para Japón. Esto se llevaría a cabo mediante emulación (algo que se les da realmente bien a los chicos de M2), lo que les permitió "inventarse" esta variante de la placa con más RAM. Sin embargo, a Sega le gustó tanto la idea que decidió fabricar una tirada limitada de arcades reales del juego, con lo cual la placa System 16C acabó convirtiéndose en un hardware real.
Dicho remake se creó teniendo en mente cómo habría sido 'Fantasy Zone 2' si realmente hubiese salido así en su época, respetando el original de Master System, pero añadiendo nuevos elementos para aprovechar el potencial de la recreativa. Afortunadamente dicho remake no se quedó como algo exclusivo para los nipones, ya que años más tarde fue llevado a 3DS por la propia M2 dentro de la serie Sega 3D Classics, añadiendo de paso un espectacular efecto 3D y nuevos modos de juego.
Esta versión sigue siendo a día de hoy la mejor forma de disfrutar de 'Fantasy Zone 2', aunque eso no nos quita de jugar también al original de Master System. Esto es algo que sabían bien en M2, y de hecho el recopilatorio físico de los Sega 3D Classics que nos llegó aquí incluía también los 'Fantasy Zone' originales para la consola de 8 bits de Sega a modo de extra desbloqueable, pudiendo además jugarlos con sonido FM opcional y con el habitual efecto 3D de la serie 3D Classics.
Probablemente veamos este título también dentro de los actuales Sega Ages para Switch, donde de hecho ya está presente el primer 'Fantasy Zone'. Pero mientras tanto, la mejor forma de jugar a este título es con el recopilatorio físico para 3DS de los Sega 3D Classics. No obstante, si lo que queremos es el cartucho original para Master System, entonces tendremos que prepararnos para pagar bastante más, ya que se ha convertido en una rareza muy buscada que puede superar tranquilamente los 60 euros.
Una maravilla en todas sus formas
Ya sea en reediciones actuales o con el cartucho original en nuestra Master System, 'Fantasy Zone 2' es un verdadero ineludible para aquellos a los que le guste el género de los matamarcianos, así como para todo buen fan de Master System. Un título que destaca en todos y cada uno de los aspectos, desde sus gráficos capaces de alegrarnos el día por sí solos, a su jugabilidad desafiante e infinita. Y todo esto pudiendo escoger entre el sonido estándar de Master System, o el del estupendo chip FM. Simplemente maravilloso.
Lo mejor:
Gráficamente es de lo más bello que nos han dado los 8 bits. Respeta las mecánicas básicas del original, pero añadiendo las justas novedades. Es compatible con el chip FM. La profunda trama que esconde.
Lo peor:
Su elevada dificultad puede hacer que más de uno acabe lamentando haber subestimado su "encantador" aspecto.