En 1940 se estrenaba una de las películas más famosas de Walt Disney, una autentica obra maestra que buscaba unir distintos aspectos del mundo del arte creando así un espectáculo increíble sin precedentes en la historia. Medio siglo después llegaban las celebraciones por aquel acontecimiento, y una de ellas incluía el lanzamiento de un juego muy especial para Mega Drive, consola que ya había hecho muy buenas migas con Mickey gracias al inolvidable 'Castle of Illusion'. Sin embargo esta vez no fue la propia Sega quién llevó acabo el proyecto, pues sería la compañía francesa Infogrames (la actual Atari) la responsable del juego, lo que acabaría provocando más de un problema durante el desarrollo.
El aprendiz de brujo
No es nada fácil ser aprendiz del gran hechicero Yen Sid, y menos para un ratón inquieto con ansias de convertirse en un gran brujo. Su maestro le obliga a cumplir toda clase de tareas que poco parecen tener que ver con la magia, lo que ya le ha traído más de un problema al bueno de Mickey. Y es que eso de cargar cubos de agua no parece una tarea digna de un aspirante a gran maestro de la magia, es agotador y pesado, tanto que el pobre aprendiz no puede evitar caer dormido tras la faena. Un sueñecito nunca viene mal, el problema es que durante su descanso, alguien aprovecha para robar las notas musicales mágicas de su maestro. Y sin ellas la música no puede continuar, por lo que el aprendiz deberá recuperarlas en sus propios sueños. Pero debe tener cuidado, porque cuando la magia y la música se combinan, ¡cualquier cosa puede ocurrir! Y si no se da prisa en cumplir su misión, puede que este sueño se acabe convirtiendo en una autentica pesadilla.
Aunque la trama del juego difiere ligeramente de la de la película, este sigue paso por paso buena parte de las escenas que vemos en ella, empezando por las escobas vivientes que le hicieron la vida imposible a Mickey tras usar indebidamente la magia de su maestro. Cada nivel representa fielmente una de las partes del épico film, así como la banda sonora que las acompañaba.
A priori puede parecer que nos encontramos ante otra gran joya plataformera con personajes de Disney para una consola del ayer, pero pronto comenzarán a aparecer problemas que irán empañando el resultado. El primero que nos vamos a encontrar es el control, que aunque en un principio parece responder correctamente, pronto empezaremos a comprender dónde está el problema.
Y es que Mickey dispone de dos ataques mágicos diferentes, uno débil y otro más poderoso. El problema es que estos ataques mágicos cuentan con usos muy limitados, por lo que es recomendable reservarlos para las situaciones más complicadas. ¿Cómo derrotamos entonces a los numerosos enemigos que nos salen al paso? Esa es la pregunta que nos haremos varias veces al comenzar la partida, a no ser que tengamos la suerte de contar con el manual de instrucciones original...
Y es que aunque se supone que podemos acabar con los enemigos saltando sobre ellos, pronto descubriremos que algo falla y la cosa no marcha como debe. Los enemigos nos golpean por muy bien que aterricemos sobre ellos, y ver el demo play que aparece si dejamos el juego correr libremente al principio, tampoco ayuda, ya que allí vemos como Mickey pisotea enemigos sin problema.
¿Qué es lo que falla aquí? Es en este momento cuando cabe pensar en un sistema como el de 'Castle of Illusion', en el que tras saltar hay que pulsar el botón de acción para rebotar con el trasero sobre los enemigos. Pero aquí nada parece alterar el salto de Mickey, y si pulsamos el botón de acción en el aire solo conseguiremos malgastar un hechizo. Es aquí donde muchos desisten, pues es prácticamente imposible avanzar en el juego sin saber cómo derrotar a los enemigos.
Esto tiene buena parte de culpa de las malas críticas que recibió el juego en su día, y no es para menos, pues la frustración es continua y pronto empezaremos a sospechar que nuestra copia esta estropeada o algo así. ¿Qué es lo que falla? Pues básicamente la forma en la que se diseñó el control, y es que para poder rebotar sobre los enemigos hay que mantener pulsado abajo en el pad de control. Si, lo que leéis. Si aterrizamos sobre un enemigo sin mantener pulsado abajo, recibiremos daño y no rebotaremos.
¿No había otro botón?
Este juego os va a hacer desgatar a base de bien las diagonales inferiores de vuestro pad, pues su mecánica de juego requiere estar continuamente rebotando sobre enemigos, unas veces para acabar con ellos, y otras para llegar a lugares de otro modo inalcanzables. ¿Por qué se hizo tan complejo algo que vamos a usar durante todo el juego? Esta es la primera de las preguntas que nos haremos cuando juguemos a este título, pero no será la única.
Una vez resolvamos este problema de control, tendremos la sensación de que todo empieza a funcionar como debe. Gráficamente nos encontramos ante un juego francamente bello, que respeta bien la estética de la película. Quizá no sea el título que más exprime el potencial de Mega Drive, pero hay que tener en cuenta que es de los primeros juegos de la consola. A pesar de ello, veremos algunos efectos curiosos, como las transparencias que se lograban combinando tramas de pixeles con la poca resolución de los televisores de entonces.
Además Mickey muestra animaciones bastante fluidas, y el colorido y la imaginación rebosan por doquier en cada nivel y en cada enemigo. ¿Contamos entonces con un apartado gráfico a la altura? Pues lo cierto es que no, o al menos no con uno exento de problemas. Y es que a veces los enemigos aparecen y desaparecen ante nuestros ojos, y no precisamente por efecto de la magia. En ocasiones incluso se generan enemigos en las narices de Mickey de forma bastante traicionera.
A esto hay que sumarle unas ralentizaciones que si bien no son especialmente notables, si que son molestas, pues tienden a acelerar y frenar sutilmente a Mickey en mitad de los saltos, complicándonos su control. Por si fuera poco encontraremos bastantes problemas de físicas, plataformas que se atraviesan, suelos invisibles, fosos en los que no caemos, y demás cosas por el estilo. Además hay que sumarle algunas plataformas móviles bastante traicioneras, bien porque van demasiado deprisa, o porque directamente actúan de forma extraña sin previo aviso.
¿Se puede jugar bien? Si, con algo de paciencia y práctica, aprendiendo a evitar estos problemas. Pero son obstáculos con los que sería preferible no tener que lidiar, y que nos dejan la continua sensación de que algo no funciona bien en este juego. Por si fuera poco hay que añadir una distribución de niveles algo caótica, pues a veces terminaremos una fase sin saber cómo, simplemente llegando hasta cierto punto de la pantalla. Y otras habrá que encontrar un hada revoloteando, que por cierto también nos da acceso a ciertas zonas ocultas opcionales.
A veces completaremos una sección y volveremos al lugar donde estábamos unos minutos atrás, sin saber muy bien hacía dónde tenemos que ir. Otras veces acabaremos repitiendo la misma sección por error, y sin opción de cancelarla y volver atrás, obligándonos a superarla de nuevo. Para colmo debemos encontrar cierta cantidad de notas musicales antes de terminar el nivel, o de lo contrario nos tocará repetirlo entero.
Se agradece el toque de exploración, y además invita a rejugar y pasarnos el juego varias veces para encontrarlo todo. Pero la caótica distribución de los niveles no lo convierte en una tarea sencilla, y una vez más se pondrá a prueba nuestra paciencia. Otro elemento extraño es que en el juego no aparecen jefes finales, simplemente llegamos hasta tal punto y se acaba la fase. No sabemos si por decisión de los desarrolladores buscando algo diferente, o porque no les dio tiempo a ponerlos.
Las prisas no son buenas
Y es que es en esa falta de tiempo donde encontramos precisamente la raíz de estos problemas, con los años hemos sabido que este título fue "rusheado" en su época. Es decir, que tuvo que ser terminado a la carrera para poder cumplir con las fechas de lanzamiento. Es bastante probable que hubiese desavenencias entre Sega e Infogrames, y que estas fueran las que propiciaron este desarrollo accidentado. Sea como sea, esta sensación de estar jugando a algo a "medio cocinar" nos acompañará durante todo el juego.
Y es una verdadera lástima, pues si aún con estos fallos queda un juego de plataformas medianamente interesante, pensar en lo que habría podido conseguirse con algo más de tiempo de desarrollo nos hace relamernos. Probablemente estaríamos ante otro de los grandes plataformas de Disney de esta consola y de esta época, en vez de tener que lidiar con fallos provocados por un desarrollo accidentado.
¿Se puede entonces disfrutar de este juego? Si, con algo de paciencia y rebajando un poco nuestro listón crítico. Pero no deja de ser una verdadera lástima saber que podríamos haber tenido un juegazo a la altura de la lo que merece la película original, y que en lugar de ello nos quedamos con algo a medio terminar por culpa de una fecha de entrega marcada a fuego en el calendario.
Si al menos el apartado sonoro se hubiese salvado de problemas, podríamos darnos por satisfechos, ya que al fin y al cabo la música es la base de Fantasia. Pero tampoco aquí nos libramos de problemas. Las adaptación de las composiciones clásicas a Mega Drive es simplemente pasable, pudiendo haberse conseguido algo mucho mejor con algo más de cuidado. De hecho algunos de estos mismos temas de música clásica suenan en otros juegos para esta consola, y lo hacen con bastante más acierto y calidad.
Hasta los escasos efectos de sonido parece que tampoco se libraron, pues algunos son ciertamente raros o no encajan, como cuando Mickey lanza un hechizo y suena una especie de golpe sobre una cacerola. Al menos una cosa si que se le puede reconocer al juego, y es que captura buena parte del ambiente extraño e incluso siniestro de la película original. De hecho el último nivel en el infierno puede resultar ciertamente inquietante, especialmente si tenemos en cuenta el publico objetivo hacía el que iba dirigido este juego.
En resumen; nos encontramos ante un claro "lo que pudo haber sido y no fue", que aún a pesar de todos los problemas todavía es capaz de entretener si superamos todos los contratiempos. El resultado final es un juego ciertamente extraño que en más de una ocasión nos descolocará los sentidos, algo que por cierto también conseguía la película original, aunque por otras causas. Si sois fans de Mickey, y especialmente de Fantasia, merece la pena al menos probarlo. Pero para el resto quizá sería recomendable buscar otras alternativas, pues hay una extensa lista de plataformas similares de la época con bastante más calidad.
Si queréis darle una oportunidad, ya sabéis que de este tipo de juegos con copyright externo rara vez se hacen reediciones, así que ni os molestéis en buscarlas. Si tenéis una Mega Drive por casa, conseguir el cartucho original es bastante fácil y asequible debido a su mala fama. Si no tenéis la consola, podéis recurrir a la emulación como última instancia. Eso si, que no se os olvide que para acabar con los enemigos hay que mantener pulsado abajo en el pad al saltar sobre ellos, o no llegareis muy lejos.