El 16 de Noviembre 2014 | 16:12
Japón es conocido, entre otras muchas cosas, por su capacidad para imitar las creaciones de otras culturas con bastante acierto. Un día los creativos de Sega decidieron hacer esto con la taquillera película 'Die Hard' ('Jungla de Cristal') y crearon un genial beat'em up en 3D con el nombre de 'Dynamite Deka'. Para traer el juego a occidente se decidió evitar posibles conflictos legales bajo el abrigo de Fox Interactive, de este modo se consiguió la licencia de la película de Bruce Willis. Sin embargo el juego no era totalmente fiel al film, de modo que se le llamó 'Die Hard Arcade' para denotar un estilo más desenfadado y justificar así las incoherencias argumentales con la película.
El policía con peor suerte del mundo
El detective John McClane ha viajado desde Nueva York a Los Angeles para pasar las Navidades con su familia, pero cuando John visita la central de policía de Los Angeles para hablar con sus compañeros, recibe la noticia de que el edificio Nakatomi ha sido secuestrado por una banda de terroristas fuertemente armados, ¡y es allí donde trabaja su mujer! Por si fuera poco, entre los rehenes está la hija del presidente de los Estados Unidos, lo que hace la situación aun más peliaguda. McClane intenta por todos los medios que sus compañeros policías le dejen ir con ellos a ayudar, pero estos se oponen al ver su estado de nerviosismo. No dándose por vencido, McClane trata desesperadamente de llegar hasta el edificio, lo que provoca que la policía asigne a un agente para que le vigile, ese agente es Kris Thompsen, una novata recién salida de la academia que no le quita el ojo de encima. Pero McClane sabe como convencer a la gente, y logra engatusar a Kris para que al menos le deje llegar hasta el edificio Nakatomi. Sin embargo en cuanto salen de la comisaría, McClane ve un helicóptero de operaciones especiales apunto de despegar y salta dentro de él, no dejando más opción a Kris que la de seguirle. El helicóptero llega a la azotea del descomunal rascacielos y rápidamente es acribillado por los terroristas, McClane y Kris logran salvarse de milagro, pero ahora tendrán que vérselas en solitario contra la peor banda de criminales del mundo, una organización que actúa bajo las órdenes del siniestro White Fang
En 1996 llegaba a los salones recreativos nipones 'Dynamite Deka', un beat'em up tradicional en el que los agentes Bruno Delinger y Cindy Holiday debían limpiar de terroristas un rascacielos a golpe limpio mientras trataban de rescatar a la hija del presidente. En occidente y ya con la licencia de 'Die Hard' ('Jungla de Cristal'), se cambio la trama para tratar de asemejarla a la de la película. El resultado fue una historia que combinaba ambas tramas y que os contamos al principio de este análisis. La placa arcade escogida para este título fue la ST-V Titan, que básicamente era una Sega Saturn adaptada para maquinas recreativas y que empleaba cartuchos en lugar de CD's (Saturn podía soportar ambos sistemas). Esto propició que un año más tarde llegase a la consola de Sega una conversión "pixel perfect" que básicamente nos llevaba el arcade a casa.
La mecánica de juego es la tradicional en este tipo de títulos, podemos escoger si jugar en solitario o en modo cooperativo, y nos vamos enfrentando a hordas de enemigos a mamporro limpio hasta que no quede ninguno en pantalla y podamos así movernos a la siguiente zona. De vez en cuando aparecerán bosses y sub-bosses que pueden ponernos en serios aprietos, y ante los que esta vez no tendremos ningún ataque especial que reservar para usar contra ellos. Por suerte disponemos de un amplio catálogo de objetos de ayuda que podremos recoger a lo largo de las fases, desde simples escobas, a lanzacohetes, pasando por tuberías, pistolas, ametralladoras, y diverso mobiliario para estampar en las testas de nuestros enemigos. No obstante habrá que andarse con cuidado, pues los enemigos también son capaces de utilizar estos objetos contra nosotros, de modo que habrá que ser rápido y hacerse con ellos primero.
Una de las particularidades de este juego es la de estar realizado íntegramente en 3D, pues aunque se juega como un beat'em up de los de toda la vida, tanto personajes como escenarios son enteramente poligonales. Esta mezcla de control clásico y gráficos 3D provoca que el desplazamiento del personaje por la pantalla sea algo extraño, pues nos moveremos "por pasos" y de forma lateral, con lo que si nos vamos al fondo, o nos acercamos a la pantalla, nuestro personaje ira dando pasos laterales. Este desplazamiento un tanto "ortopédico" puede molestar a algunos, pero es solo cuestión de acostumbrarse.
Jump! Punch! Kick!
Otra de las curiosidades del juego son los Quick Time Events, o QTE. Que entonces por cierto aun no se llamaban así, pues este nombre se les empezó a dar gracias a 'Shenmue'. Básicamente son secuencias de acción que transcurren entre zona y zona y donde deberemos pulsar rápidamente el botón que salga en pantalla. Si acertamos continuaremos avanzando sin problemas. Mientras que si fallamos recibiremos daños, o tendremos que hacer frente a alguna pelea extra que nos haga perder tiempo.
'Die Hard Arcade' fue creado por el equipo AM1 de Sega y por el Sega Technical Institute. Este último es un equipo del que ya os hemos hablado aquí alguna vez en los análisis de otros juegos suyos como: 'Comix Zone', o 'The Ooze'. Lamentablemente este fue el último juego creado por este fructífero equipo nacido en 1992 para desarrollar 'Sonic the Hedgehog 2'. La banda sonora del juego que hoy analizamos corrió a cargo de Howard Drossin, compositor habitual de este equipo de desarrollo. Sin embargo los temas musicales de este juego estaban más alejados del estilo habitual de este compositor, y eran más cercanos al estilo de la película de Bruce Willis.
Hablando de sonido, el juego cuenta con uno de esos doblajes en inglés tan peculiares y característicos de aquella época, plagados de sobreactuaciones y diálogos raros que a unos les despiertan simpatía, y a otros les hacen sangrar los oídos. Y es que el estilo arcade noventero de Sega está aquí en todo su esplendor, rebosando por cara poro del juego. En otras palabras, diversión sin complicación. Gráficamente el resultado es bastante espectacular, gracias a haber nacido en arcades y a la estupenda conversión directa, nos encontramos ante unos gráficos 3D muy sólidos que aprovechan bien las capacidades de Saturn.
Modelos detallados y unas texturas bien definidas que dan un resultado visual bastante agradable. Incluso podemos apreciar algunos efectos gráficos sorprendentes, como ciertas transparencias (generalmente impropias de Saturn) que veremos en algunas ventanas, o en el cristal de un enorme acuario en uno de los escenarios. Las animaciones de los personajes cumplen realmente bien para lo que es un juego de esta época, y el colorido diseño de personajes y escenarios (marca de la casa) está presente de principio a fin. Otro detalle curioso es que la ropa de los protagonistas va mostrando los daños de la pelea conforme vayamos avanzando y recibiendo golpes, un signo más del enorme cuidado puesto en el título por parte de sus desarrolladores.
"Dive Hard"
El juego no es demasiado largo, pero su elevada dificultad ayuda a compensarlo. No obstante existe una curiosa manera de reducir la dificultad aumentando el número de créditos disponibles. Para ello deberemos jugar al arcade 'Deep Scan', un clásico de Sega de 1979 que fue incluido en la versión de Saturn a modo de extra. En este juego manejamos un buque de guerra que va soltando cargas de profundidad al océano. Por debajo de la superficie transitan diversos submarinos, y debemos intentar alcanzarlos con nuestras cargas de profundidad sin que ellos nos hagan pedazos con sus minas.
Si somos hábiles jugando a este divertido juego, iremos ganando créditos extra para 'Die Hard Arcade' con los que podremos continuar cuando nos maten, y así poder llegar más lejos. Es muy recomendable echarse unas partiditas a 'Deep Scan' antes de jugar a 'Die Hard Arcade', especialmente si vamos a jugar acompañados de otro jugador, pues los créditos son compartidos. Todo esto redondea un título al que solamente se le podría echar en cara no tener elementos que inciten a rejugarlo, en forma de desbloqueables y cosas así. Aunque esto tampoco es mucho problema, pues es un juego tan divertido y adictivo que no os importará echaros una partidita de vez en cuando, especialmente cuando queráis jugar con un amigo en plan cooperativo.
El 'Dynamite Deka' original fue relanzado y remakeado para PlayStation 2 años más tarde, lamentablemente esta versión jamás cruzó las fronteras niponas. Esto hace que jugar hoy en día a este título sea complicado, pues aunque encontrar el disco original de Saturn no es especialmente difícil, tener también la consola es ya otra película... Si tenéis PS3, y una cuenta japonesa de PlayStation Network, podéis comprar el remake de 'Dynamite Deka' para PS2 en la Store nipona y jugarlo aquí sin problema. Es incomprensible que Sega no saque estas reediciones de PS2 en occidente, pero por desgracia así es.
El legado de 'Dynamite Deka' se extendió con una segunda parte para arcades que después fue llevada a Dreamcast. En Japón se llamó a esta suecuela directamente 'Dynamite Deka 2', pero aquí nos llegó con el nombre de 'Dynamite Cop'. También es posible ver a Bruno Delinger (el protagonista de 'Dynamite Deka') deambulando por 'Project X Zone' para 3DS, donde por cierto se hace una pequeña broma con su "gran parecido con cierto actor famoso".
¿Otro 'Streets of Rage 4'?
En resumidas cuentas, un juego totalmente imprescindible si sois usuarios de Saturn, especialmente si sois fans de la saga 'Streets of Rage', pues en cierto modo este juego es una especie de "sucesor espiritual" de él. Si no tenéis Saturn, pero podéis encontrar otra forma de jugarlo, hacedlo. Es de esos beat'em up de ayer tan divertidos y que por desgracia tanto cuesta encontrar ya en la actualidad.
Lo mejor:
Conversión perfecta del arcade. Diversión a la vieja usanza para uno o dos jugadores. Incluye como extra el clásico 'Deep Scan'.
Lo peor:
El desplazamiento 3D de los personajes puede resultar algo tosco. Se puede echar de menos una mayor conexión con la película, ¡McClane ni siquiera dice Yippee Ki-Yay!