El pasado 13 de enero se cumplían 20 años exactos desde que 'Destruction Derby 2' llegase a las tiendas europeas en su versión para PlayStation. Unos meses antes ya había debutado en América para la propia consola de Sony, así como para PC. El juego llevaba el distinguido sello de Reflections, veterano estudio de desarrollo británico que lleva tres décadas haciendo grandes títulos y aún lo sigue haciendo hoy en día. Por si fuese poco, también venía de la mano de Psygnosis, que con los años se convertiría en el hoy desaparecido Studio Liverpool de Sony.
¿Otra vez por aquí?
¿En serio te quedaste con ganas de más? ¡Los hay que no tiene aprecio por su integridad física! Pues no vamos a ser nosotros quienes te lo impidamos, a tu disposición están los coliseos de demolición más famosos, donde raro es el coche que sale con las cuatro ruedas en su sitio. Elige tu chatarra rodante favorita y sal ahí a dar otro espectáculo, pero esta vez procura completar al menos una vuelta al circuito antes de acabar en una ambulancia camino del hospital. ¿Lograron ponerte todos los huesos en su sitio? Quizá la próxima vez no tengas tanta suerte, al fin y al cabo tu coche ni siquiera salió ardiendo la última vez. Parece que tu jefe de equipo te está llamando, si, ese que tiene cara de enterrador. Intimida un poco pero en el fondo es un buen tipo, siempre les envía una corona de flores a las viudas. ¿Aún sigues aquí? ¡Pues sal ahí a demostrar lo que vales! Aunque sea en trocitos.
Como toda buena secuela debe hacer, 'Destruction Derby 2' toma uno por uno los elementos básicos de su predecesor, y refina la fórmula a fin de mejorar la experiencia. De este modo nos encontramos las mismas carreras emocionantes llenas de choques espectaculares donde cualquier cosa puede pasar. La victoria no se decide hasta el último momento, y confiarse puede ser una muy mala idea.
Desde el menú principal podemos escoger el tipo de carrera, el circuito, o la dificultad entre otras cosas. Dicho nivel de dificultad se decidirá según el coche que escojamos entre los tres disponibles. Como es habitual, no todos los circuitos estarán disponibles desde el principio, pero podremos irlos desbloqueando al ganar campeonatos.
Podemos participar en carreras de demolición donde el objetivo no será únicamente completar cierto número de vueltas, si no también conseguir la mayor cantidad posible de puntos atacando a otros corredores. La IA de los oponentes no tendrá miramientos con nosotros, por lo que podéis dejar la caballerosidad a un lado.
También es posible competir en carreras clásicas donde ganará aquel que llegue primero a la meta, sin embargo la IA de los otros coches es la misma que en la modalidad anterior, por lo que habrá que andarse con mucho ojo si queremos ganar. No es extraño encontrarse con vehículos doblados o aparatosos accidentes, por lo que ni siquiera yendo primeros tendréis tiempo para aburriros.
Y como es lógico, regresan los derbis de destrucción que dan nombre al juego. Estos se desarrollan en una especie de ruedo circular, donde los coches comienzan todos apuntando hacía el centro. Cuando se da el banderazo de salida, todos corren a chocar en el centro del ruedo con devastadores consecuencias. Aquí el vencedor será el último que permanezca en pie, para lo cuál será buena idea usar un poco de estrategia. Este modo cuenta con sus propios circuitos, y ha sido extensamente mejorado con respecto a la primera entrega.
Tu decides
Dentro de cada uno de estos modos, podemos seleccionar también cómo queremos competir, así por ejemplo podemos afrontar una única carrera sin complicaciones, o participar en un campeonato por puntos. Tampoco faltarán los típicos modos como contrarreloj, o practica, para poder aprendernos los caóticos circuitos antes de correr en ellos.
Lo que puede llevarnos a engaño es el modo multijugador, ya que podemos cometer el error de creer que se compite a pantalla partida, o interconectando dos consolas PlayStation como en su predecesor. Sin embargo lo que nos permite esta opción es registrar los datos de hasta 9 corredores por separado, que irán compitiendo en los diferentes modos por turnos rotatorios.
Una de las novedades de esta entrega, es la posibilidad de efectuar paradas en boxes. Si nos fijamos bien en la pantalla durante la carrera, veremos un indicador en la esquina que muestra el daño que ha sufrido nuestro coche. Cuando dicho daño sea muy severo, podemos entrar a boxes y repararlo a base de resaltar la parte dañada y machacar el botón correspondiente. Esto nos hará perder unos segundos muy valiosos, pero a veces será la única forma de lograr terminar una carrera.
En el aspecto gráfico y técnico apreciaremos una notable mejora con respecto a su predecesor, especialmente en el sistema de daños del vehiculo y las físicas. Visualmente no es el título más destacado del género para la consola de Sony, pero con la enorme cantidad de coches en pista, y el cuidado sistema de daños, se le perdona. No obstante es posible sufrir algunas ralentizaciones cuando muchos coches se juntan en pantalla, especialmente durante los derbis de destrucción en los coliseos.
La banda sonora vuelve a apostar por temas cañeros y oscuros de trash metal, que imprimen al juego un toque siniestro pero a la vez divertido. Además podemos escuchar todos estos temas musicales desde un útil test de sonido que encontraremos en el menú principal. Los efectos de sonido reflejan bastante bien los choques y colisiones, así como el rugido de los motores. Y como comentarista de lujo tendremos a Paul Page, un popular locutor de carreras tipo IndyCar Series.
El control se resiente un poco por el hecho de ser enteramente digital, pero es algo comprensible si tenemos en cuenta que los mandos analógicos llegaron más tarde a la consola de Sony. A pesar de esto se puede jugar bastante bien, y de hecho la jugabilidad es uno de sus puntos fuertes, ya que os costará despegaros del mando cuando os pongáis frente a él.
Destrucción en solitario
Si hubiese que ponerle una pega seria al juego, está atañería sin duda a la falta de un multijugador a pantalla partida. Y es que un título de estas características pide desesperadamente dicha opción, siendo además una piedra en la que ya tropezó su predecesor. Por suerte se acabó tomando buena nota de esto para 'Destruction Derby Raw', la tercera entrega de la serie que permitía competir hasta cuatro jugadores simultáneos a pantalla partida.
Junto con la versión para PlayStation nos llegó la de PC, que mejoraba notablemente el aspecto gráfico. También estuvo en desarrollo una conversión para Saturn de mano de Probe, sin embargo dicha versión fue finalmente cancelada por motivos desconocidos. Es posible que Sony firmase algún tipo de exclusiva con respecto a la saga, ya que de hecho el resto de entregas de la serie ya solamente vieron la luz en las maquinas de Sony.
A pesar de que el juego recibió buenas críticas, y logro colarse entre el selecto grupo de clásicos de conducción para PlayStation (llegando sin problemas a la serie Platinum), no ha contado con ningún tipo de reedición actual. Algo aún más extraño si tenemos en cuenta que su predecesor si que esta disponible para descargar desde la Store de PlayStation.
Esto ha provocado que el juego original esté un poco por encima de los precios habituales en este tipo de títulos, por lo que os recomendamos buscar la edición Platinum del mismo si os queréis ahorrar unos euros. Dicha edición suele rondar los 10 o 15 euros, pero si buscáis una de las dos originales (la hay con caja doble o con caja simple), probablemente tendréis que desembolsar algo más. Entorno a 20 o 30 euros.
Recordad que dicho disco lo podéis usar en cualquier modelo de PS2 o PS3, gracias a la retrocompatibilidad que ofrecen ambos sistemas con la primera PlayStation. Además podréis acceder a algunas mejoras gráficas que ayuden a compensar el paso del tiempo, especialmente al jugarlo en televisores de hoy en día.
'Destruction Derby 2' supo mejorar en prácticamente todo a su predecesor, y encumbrarse como un título muy querido y recordado por aquellos que tuvieron la suerte de poder disfrutarlo en su momento. Su frenética acción hace que no nos aburramos ni por un segundo, ofreciendo emocionantes carreras llenas de colisiones y saltos espectaculares. Todo esto con una ambientación muy especial, capaz de hacerlo interesante de jugar incluso hoy en día.