El 8 de Noviembre 2015 | 16:22
La llegada de Dreamcast supuso una autentica revolución en varios aspectos, pero sin duda uno de los más destacados fue la introducción del juego online en las consolas. El Sonic Team recibió el encargo de crear el primero de los títulos que aprovecharían esta función, un juego sencillo pero que atrapase al jugador, algo que todo usuario de Dreamcast debería tener y que les animase a jugar con otros usuarios de todo el mundo. Ese algo fue 'Chu Chu Rocket!', un juego que no se compraba en las tiendas, si no que se regalaba a los usuarios a modo de "tarjeta de visita" para la nueva experiencia online.
El 'Pac-Man' del siglo XXI
Los ChuChus no son unos ratones convencionales, ¡son ratones del espacio! Y viven todos juntos en su estación espacial; un avanzado complejo situado en una galaxia muy lejana. Todo parece ir de maravilla para los ChuChus, pero un día su peor pesadilla se hace realidad... ¡Los KapuKapus han invadido las instalaciones! Estos perversos gatos siderales son puro apetito, ¡y su plato favorito son los pobres ChuChus! El pánico se apodera de toda la estación, y los pobres ratones corren desesperadamente por sus vidas sin saber a dónde dirigirse. Por suerte cuatro héroes han puesto a disposición sus cohetes para organizar la escapada, ellos son el intrépido Chuih que pilota el cohete azul, la soñadora ChuPea a los mandos del cohete rojo, el despistado ChuBei comandando el cohete amarillo, y el despreocupado ChuBach a bordo del cohete verde. La capacidad de los cohetes no es problema, pueden transportar a tantos ChuChus como sea necesario. ¡Pero si no se dan prisa no quedará ningún ratón que salvar! De ti depende guiar a los ChuChus hasta los cohetes e impedir que acaben en las tripas de algún KapuKapu, ¡pero ten cuidado de no llevarlos hasta un pozo sin fondo!
'Chu Chu Rocket!' es un estupendo ejemplo de cómo un juego sencillo puede enganchar si está bien planteado, lo que viene a ser la mecánica con la que nacieron los videojuegos cuando la tecnología no daba para otra cosa. Esta sencillez tenía otra ventaja añadida, y es que hace 16 años las infraestructuras para conectarse a Internet no eran como las de ahora, por lo que cuanto más simple fuese el juego, menos problemas de conexión sufriríamos.
El modo de juego principal nos muestra un escenario cerrado sin scroll de ninguna clase, que puede ser un campo abierto o una especie de laberinto a lo 'Pac-Man'. Cada jugador dispone de un cohete de su color, y hay que colocar paneles con flechas direccionales en las cuadriculas que forman el escenario. ¿Para qué? Para guiar la marea de ChuChus que llegan al escenario buscando un cohete. Los ChuChus corren siempre en línea recta, y al chocar contra una pared giran siempre a su derecha.
Las flechas se colocan con cada uno de los cuatro botones del mando, y los ChuChus cambiarán de dirección al llegar a una flecha según hacía dónde indique ésta. Cuando un ratón entre en un cohete, estará a salvo y se sumará nuestro contador. El jugador que más ChuChus logre poner a salvo cuando el cronometro llegue a cero, será el vencedor. Pueden participar hasta cuatro jugadores simultáneos, y todos deberán luchar por colocar sus flechas para guiar a los ChuChus hacía su cohete.
Naturalmente estas flechas no solo pueden usarse para guiar los ratones a nuestro cohete, si no que también sirven para desviar los que se dirigen al cohete de nuestros rivales, y es aquí donde comienza la fiesta. Las batallas acaban convirtiéndose en una lucha sin descanso por mantener el río de ratones hacía nuestro cohete al tiempo que tratamos de fastidiar a los otros tres jugadores. Esto ya de por sí genera un pique importante y garantiza risas ya sea jugando de manera local, u online.
Para amenizar las cosas, junto con los ChuChus aparecerán ocasionalmente en el escenario los KapuKapus; voraces gatos que se zamparan todo ratón que toquen. Estos gatos siguen el mismo patrón de movimiento que los ratones, con la diferencia de que si chocan de frente con una flecha, la debilitarán, y si chocan una segunda vez, la eliminarán. Que un gato entre en un cohete supone la pérdida de buena parte de los ChuChus que hemos rescatado, por lo que guiar a los gatos hacía los cohetes rivales es una estrategia un tanto sucia pero muy efectiva (y divertida).
Everybody Move!
También aparecerán en ocasiones ChuChus especiales de color dorado que equivalen a 50 ChuChus normales de golpe, naturalmente todos los jugadores querrán hacerse con ellos, pero al hacerlo tendrán que descuidar su cohete, y ese puede ser el momento idóneo para colarles a traición unos cuantos gatos. También hay ratones de color rosa que activarán una ruleta de posibles efectos especiales, como aumentar la velocidad o reducirla, hacer que solo aparezcan gatos, o cambiar de sitio los cohetes de los jugadores.
El caos resultante es más que suficiente para que nos echemos una tarde entera de risas y piques con los colegas, pero 'Chu Chu Rocket!' esconde más ases en su manga. Disponemos de un modo desafío en el que tendremos que afrontar determinadas misiones que podemos jugar en solitario o en modo cooperativo para dos jugadores. Estas misiones pueden requerir cosas como salvar una cierta cantidad de ratones en un tiempo determinado, o vaciar un cohete a base de enviarle gatos.
También tendremos el modo puzzle, que supone sin duda una interesante opción para cuando jugamos solos. En este modo se nos mostrará un tablero con una configuración predeterminada, y deberemos salvar a todos los ratones empleando una cantidad limitada de flechas. Estos puzzles requieren paciencia y darle mucho a la sesera, ya que primero colocamos las flechas con el juego en pausa, y después pulsamos el botón de acción para ver cómo se desenvuelve todo.
La dificultad de este modo puzzle irá aumentando con cada escenario que superemos, y los últimos escenarios os pueden mantener horas pegados tratando de buscar la solución. Lo mejor es que gracias a un completo editor, podremos crear nuestros propios puzzles y pasárselos a nuestros amigos para ver si son capaces de resolverlos. Cuando estaban activos los servicios online de Dreamcast, podíamos enviar estos escenarios creados por nosotros y descargar los de otros jugadores, tal y cómo se hace hoy en día con juegos como por ejemplo 'Super Mario Maker'.
Resulta sorprendente la cantidad de horas de juego y diversión que puede dar este título a pesar de su sencillez, incluso aunque hoy en día no se pueda acceder ya a los servicios online, podemos sacarle bastante jugo jugando de forma local con nuestros amigos. Sega logró su objetivo de acercar el juego a prácticamente todos los usuarios de la consola, creando así una importante comunidad online gracias al servicio Dreamarena. Esta comunidad sería crucial en el futuro para otro títulos más grandes como 'Phantasy Star Online', juego que por cierto fue también obra del prolifero Sonic Team.
Y es que no estamos ante un jueguecillo más con el que pasar la tarde con los colegas, pues cada vez que hoy en día jugamos online en una consola, se lo debemos a que hace 16 años estos gatos y ratones invadieron el ciberespacio para abrirnos todo un nuevo mundo de posibilidades. Y además lo hicieron de forma completamente gratuita, ya que el juego se regalaba y Sega no cobraba nada por los servicios online. Bastaba con tener la consola y una conexión telefónica de Internet para que diese comienzo la diversión.
Se acabó la guerra
Pero si 'Chu Chu Rocket!' ya fue importante en su momento por abrir las puertas del mundo online, dos años después de su lanzamiento iba a ser importante por otro motivo más. Y es que este fue el primer juego que publicó Sega en una consola de Nintendo a nivel mundial, si bien ya hubo en Japón algún que otro título anterior perteneciente a la saga 'Sakura Taisen' para Game Boy Color. Precisamente fue su sucesora, la Game Boy Advance, la que fue escogida para recibir esta segunda versión de 'Chu Chu Rocket!', y hay que decir que dicha elección no pudo ser más acertada.
Naturalmente en la portátil de Nintendo no estaban disponibles las funciones online, pero si que podíamos jugar mediante cable link con otros jugadores. Y el hecho de que cada uno utilizase su propia pantalla, sirvió para ofrecer una nueva experiencia cuanto menos interesante. En esta versión no solo estaban disponibles los modos de la versión de Dreamcast, si no que además se añadieron cientos y cientos de puzzles que habían sido creados por los usuarios en Dreamcast y subidos a los servidores online, por lo que teníamos diversión para años.
Además se mejoró el editor de escenarios, pues ahora podíamos crear niveles para todos los modos de juego, mientras que en Dreamcast solo se podían hacer para el modo puzzle. Esta mejora de la personalización fue un paso más allá al permitirnos crear también nuestros propios personajes para el juego, mediante un editor de sprites. Este editor nos dejaba dibujar hasta cuatro planos de animación tanto para ratones, como para gatos, pudiendo hacer que el juego estuviera protagonizado por todo aquello que pariese nuestra imaginación.
Todo esto hizo que la adaptación para Game Boy Advance fuese incluso mejor que la original para Dreamcast, convirtiéndolo en un autentico imprescindible de esta consola. En tiempos más recientes tuvimos adaptaciones para iOs y Android, aunque por desgracia la versión de Android fue retirada hace unos meses por problemas de incompatibilidad con dispositivos actuales. 'Chu Chu Rocket!' pertenece así a la larga lista de grandes juegos de Sega que permanecen a la espera de recibir una nueva oportunidad y que probablemente funcionarían bien en sistemas actuales.
Este olvido hace que las únicas vías para jugarlo hoy en día sean prácticamente las mismas que hace más de una década. La versión para Dreamcast es sin duda el juego más fácil de conseguir de esta consola, debido a que prácticamente todo usuario de ella lo tenía. La versión para Game Boy Advance es algo más esquiva, pero fue incluida en cartuchos dobles junto con otros títulos de Sega, y dichos cartuchos si son bastante fáciles de encontrar. Este juego pide a gritos una versión actual, pues funcionaría de maravilla en una consola como por ejemplo 3DS, así que ojala que Sega nos lo traiga de vuelta pronto.
Todo un imprescindible para amantes de la diversión directa sin complicaciones, pues hace un uso perfecto de la mezcla entre sencillez y capacidad de enganchar. Sus modos de juego os mantendrán pegados durante cientos de horas, ya sea jugando en solitario o en compañía. Y es que estamos sin duda ante un gran ejemplo de innovación, revolución, e ingenio. Esas cosas que hoy en día parecen no estar ya de moda.
Lo mejor:
Pura adicción y además gratis (en Dreamcast). La introducción del juego online. Horas de diversión ya sea jugando solo o con amigos.
Lo peor:
Que por motivos evidentes ya no se pueda acceder a las funciones online.