Desarrollado nada menos que por HAL Laboratory, padres de series tan famosas como 'Super Smash Bros.' o 'Kirby'. Este juego llegó a las Famicom japonesas bajo el nombre de 'Exciting Rally: World Rally Championship', y probablemente allí se habría quedado de no ser por un hecho cuanto menos curioso. Y es que por alguna razón desconocida Mattel decidió llevar el juego a las NES occidentales, pero misteriosamente España fue el único país que recibió este cartucho. Esta peculiar situación lo ha convertido en toda una rareza muy buscada por los coleccionistas, pero este juego esconde más cosas capaces de sorprendernos.
¡A por el campeonato!
Participar en el campeonato del mundo de rallies es algo que solo está al alcance de unos pocos privilegiados, hay que estar hecho de una pasta especial para adaptarse a las durísimas condiciones a las que se enfrenta un piloto de esta categoría, tan duras que son capaces de imponer respeto a un piloto de Formula 1. Guiar esas poderosas máquinas por caminos de tierra embarrados, esquivando rocas, árboles, y precipicios, requiere tener unos nervios de acero y una habilidad al volante de otra galaxia. Y por si esto no fuese suficiente, a ti te tocará también ejercer de mecánico y configurar tu coche de la manera más eficiente posible. Un simple error al escoger los neumáticos puede poner fin a tu carrera, ¡e incluso a tu vida! Si aún así quieres afrontar este reto, será mejor que corras a registrar tu nombre en la lista de participantes. ¡Y si te acompañan algunos amigos, mejor!
A priori puede parecer que 'Championship Rally' no es más que otro juego de carreras de tantos que salieron en su época, sin embargo cuando comencemos a jugar descubriremos que oculta una complejidad impropia de su tiempo. De hecho es difícil asumir que se trate de un juego tipo arcade como era habitual en su momento, ya que encontraremos no pocos elementos propios de un juego más orientado a la simulación.
Naturalmente nos encontramos algo que está a años luz de lo que hoy en día entendemos por un simulador de conducción, e incluso para su época, su perspectiva aérea a lo 'Micro Machines' nos haría dudar de su complejidad. Sin embargo es en una pequeña infinidad de detalles donde apreciaremos que este juego nos va a exigir algo más que acelerar, frenar, y girar.
Pero antes de empezar a descubrir estas complejidades, el juego nos pedirá que introduzcamos nuestro nombre, apodo con el que se nos identificará durante el resto de la partida. Al hacerlo, podemos observar como hay nada menos que 8 casillas para registrar nombres, aunque al principio solo podemos registrar uno. Será en el menú principal donde podamos registrar hasta 7 más, permitiendo a nuestros amigos unirse a la fiesta.
Sin embargo no vayáis a pensar en locas carreras multijugador a lo 'Micro Machines', ya que toda la competición en este juego se realiza mediante contrarrelojes. De este modo si competimos contra nuestros amigos, lo haremos por turnos, registrando el mejor tiempo que podamos antes de pasarle el mando al siguiente jugador.
Para este tipo de competición disponemos de varios rallies distintos basados en pruebas reales del campeonato del mundo, como Montecarlo, o Suecia. Y dentro de cada uno de estos populares rallies, tendremos diferentes etapas (es decir, circuitos) para escoger. Es sorprendente la variedad de entornos que ofrece el juego, ya que tanto los gráficos como las condiciones que nos encontraremos, son exclusivos de cada prueba.
Adelantado a su tiempo
Así por ejemplo podremos competir sobre asfalto, tierra, o nieve, y estas variantes no se limitarán únicamente a un cambio estético, pues afectarán y bastante al comportamiento del coche. Para poder sacar ventaja en cada tipo de terreno deberemos configurar correctamente nuestro vehículo, calzando los neumáticos apropiados, o escogiendo el tipo de tracción a las ruedas más apropiado.
Disponemos de una sorprendentemente alta variedad de ajustes para configurar nuestro coche, algo no muy habitual en los juegos de coches de su época. Además estas configuraciones pueden variar mucho el resultado, ya que el cronometro castigará sin contemplaciones hasta el más mínimo fallo.
Ya solo con este modo para varios jugadores, podemos pasárnoslo en grande compitiendo entorno a nuestra NES como si de una especie de Scalextric se tratase. Pero también podremos jugar en solitario, ya sea haciendo contrarrelojes individuales para mejorar nuestras habilidades, o compitiendo en el modo campeonato.
Este último recrea las condiciones del campeonato del mundo de rallies real, haciéndonos pasar de una etapa a otra compitiendo contra otros oponentes manejados por la consola. Dichos oponentes no correrán directamente contra nosotros, si no que al igual que en el campeonato real, irán registrando sus tiempos para que después tratemos de superarlos.
Así nuestros récords determinarán nuestra posición, y los puntos que recibiremos al terminar cada prueba del rally. Llegar a completar el campeonato entero nos llevará un buen rato, y además ganar no será nada fácil, por lo que es posible que tengamos que reintentarlo algunas veces. Por suerte no será necesario hacerlo todo de un tirón, ya que disponemos de un sistema de passwords para poder continuar nuestra partida más adelante.
Dominar el juego puede llevarnos algo de tiempo practicando, especialmente si no estamos familiarizados con este tipo de juegos de carreras con perspectiva aérea. La clave del control está en comprender que izquierda es izquierda, y derecha es derecha indiferentemente de la posición de nuestro vehículo con respecto a la pantalla. Es decir, tendremos que fijarnos hacia donde apunta el morro de nuestro coche y girar como si fuésemos dentro de él.
¡Cuidado que puede despeinarte!
Una vez nos adaptemos a este sistema de control, nos sorprenderá la gran sensación de velocidad que consigue el juego, francamente buena para su época. Sin embargo esta alta velocidad nos dejará poco tiempo de reacción para tomar las curvas, por lo que será bueno aprenderse el circuito para anticiparse a ellas y girar antes de que lleguen.
Por suerte para las curvas más difíciles dispondremos de una guía mediante flechas direccionales que ejerce como nuestro copiloto. Estar atento a ellas será crucial, ya que chocar contra los muros prácticamente deja parado en seco nuestro coche haciéndonos perder un tiempo muy valioso. Es aquí donde entra además otro de los factores de complejidad que ofrece este juego, y es que si nuestro coche se atasca con un muro, no bastará con acelerar y "frotarse" contra el obstáculo para salir a empujones, si no que deberemos poner la marcha atrás y salir del atolladero como haríamos en un coche de verdad.
Además los daños excesivos pueden dejar fuera de combate nuestro vehículo, por lo que más nos vale aprender a manejarlo o no llegaremos muy lejos. Por si esto no fuese suficiente complejidad, por el camino encontraremos obstáculos como charcos de agua, saltos, o incluso otros coches competidores accidentados. Saber sortearlos nos dará ventaja, y no hacerlo nos castigará severamente en el cronómetro.
No es fácil dominarlo, y más si no estamos acostumbrados a este tipo de juegos. Pero si lo conseguimos, descubriremos la sorprendente sensación de recompensa que nos deja el ser capaz de correr a esas velocidades sin chocarnos, una especie de vértigo que pondrá a prueba nuestros reflejos, y alimentará nuestra búsqueda de un reto que nos ponga a prueba. En otras palabras, saciará nuestra sed de velocidad.
Cierto es que se podrían haber mejorado algunas cosas, como la posibilidad de escoger entre distintos tipos de vehículo, o algún modo adicional donde los coches compitan directamente y no por tiempos. Pero para lo que ofrecían habitualmente los juegos de este género en aquel entonces, podemos decir que la experiencia es altamente satisfactoria tal y como es.
En lo referente al apartado técnico, los gráficos son más que correctos y reflejan a la perfección el ambiente de cada rally. La variedad de pistas es más que aceptable, y los circuitos están llenos de detallitos y color. Si a esto le sumamos la increíble sensación e velocidad, y la total fluidez con la que se mueve todo, podemos decir que el juego cumple sobradamente en este aspecto también.
Una joya oculta para NES
La banda sonora está compuesta por temas variados y extensos para cada una de las distintas pruebas, sin embargo solo suena en los menús, por lo que durante la partida tan solo escucharemos los efectos de sonido, que simplemente cumplen su papel sin más. Las composiciones son animadas y sacan buen provecho del sonido de nuestra NES, hasta el punto de que seguramente nos quedemos unos segundos en el menú deleitándonos con ellas. Sin embargo se echa de menos algo de música durante la partida.
En resumen, un estupendo juego de carreras, muy adelantado a su tiempo en ciertos aspectos, y altamente divertido y exigente. Llegar a dominarlo puede llevarnos su tiempo si nos somos habituales del género, pero recompensa sobradamente el esfuerzo. Su gran apartado técnico redondea un título más que recomendable para nuestra fiel NES, eso si es que logramos hacernos con él.
Ya solo el cartucho suelto nos puede costar tranquilamente unos 80 euros, y eso aquí en España que es donde salió el juego. Conseguirlo completo puede dejarnos seco el bolsillo con precios de tres cifras, por lo que nadie os culpará si preferís emularlo aunque solo sea para probarlo antes de desembolsar los precios que se piden por él.
Puede que no sea el juego de coches más accesible de NES, pero si uno de los más divertidos. Ideal para aquellos amantes del motor virtual que no tengan limites a la hora de jugar a juegos del ayer, así como para coleccionistas que quieran hacerse con toda una rareza para NES sin tener que sentirse culpables por pagar grandes cantidades por un juego de dudosa calidad. Por este si que merece la pena pagar algo más de lo habitual.