El 23 de Junio 2019 | 16:16
Tras un largo desarrollo cuyos inicios se remontan hasta Super Nintendo, por fin en 1998 los chicos de Rare nos brindaban la primera gran aventura de sus dos nuevas mascotas en exclusiva para Nintendo 64. La sombra de 'Super Mario 64' todavía era muy alargada dentro del nuevo género de las plataformas en 3D, pero los de Rare no se arrugaron ante tal reto, e incluso quisieron ir más allá. ¿Lo consiguieron? Veamos.
La bruja acomplejada
Una malvada y siniestra risa hace presagiar que la temible bruja Gruntilda por fin ha logrado terminar su más macabro invento, un terrorífico ingenio capaz de extraer la belleza de otras criaturas para transferírsela directamente a la horrend... Esto, desfavorecida Gruntilda. Ahora tan solo necesita encontrar a la víctima adecuada, para lo cual pregunta a su caldero mágico cual es la criatura más bella y encantadora del mundo. Ese alguien resulta ser la osita Tooty, quien vive despreocupada en el campo junto a su hermano Banjo. Sin dudarlo ni por un instante, Gruntilda sale disparada en su escoba en busca de la pobre Tooty para secuestrarla y robarle su belleza, abalanzándose sobre ella y llevándosela a su castillo. Es entonces cuando los gritos de Tooty alertan a Kazooie, la inseparable amiga de Banjo, y tras unos minutos intentando despertar al perezoso oso, este por fin mueve el cu... Esto, se despierta y se pone en marcha para rescatar a su hermanita. ¿Lograrán rescatar a Tooty antes de que Gruntilda la deje más seca que un bacalao? ¡Échales una mano, que lo mismo hasta te diviertes!
Tras demostrar su infinito ingenio a la hora de hacer plataformas 2D en la época de Super Nintendo, los de Rare quisieron probar con las (por entonces novedosas) plataformas 3D. El cambio de perspectiva había supuesto un giro drástico para el género, y no eran pocos los que trataban de encontrar la fórmula más adecuada para aprovechar este nuevo tipo de juegos. 'Banjo-Kazooie' fue el primer paso de un camino lleno de grandes éxitos, con joyas como 'Donkey Kong 64', o 'Conker´s Bad Fur Day'.
La fórmula básica consiste en darle al jugador un amplio escenario para explorar libremente, y dentro de este, pequeños desafíos para ir resolviendo a cambio de premios. Superar un nivel no es excesivamente difícil, pero la gracia está en completar todos esos pequeños desafíos y conseguir el 100% de cada fase. Es ahí cuando descubriremos el verdadero potencial de la fórmula propuesta por Rare.
Notas musicales, piezas de puzle, cualquier cosa que sirva como excusa coleccionable. Además de pequeñas misiones que nos encarguen los personajes que nos encontremos, y los ítems propios de cada fase, como por ejemplo valiosas vidas extra. Antes de que nos demos cuenta habremos pasado horas recolectando objetos, una mecánica que engancha y divierte a partes iguales, y que seguramente nos dejará pidiendo más aunque logremos completar el juego al 100%. Ahí es donde radica la clave del éxito de esta fórmula jugable por la que apostaron en Rare, y que tantos buenos momentos nos dio a nosotros y éxitos a ellos.
A esto hay que sumarle una jugabilidad que se adapta realmente bien el paso del tiempo, algo que no muchos plataformas 3D pueden decir. El control responde realmente bien, resultando especialmente sorprendente la precisión de respuesta de los personajes al stick analógico. Cierto es que a veces la cámara nos la puede jugar, pero menos de lo que es habitual en este tipo de títulos. Además por lo general el juego da bastante margen de error, por lo que si fallamos en un salto y caemos, lo más habitual es que simplemente nos toque volver a subir y probar otra vez.
Tanto Banjo como Kazooie disponen de una amplia variedad de movimientos para cada situación, dichos movimientos se van aprendiendo poco a poco para que nos familiaricemos con ellos, y antes de que nos demos cuenta dominaremos una gran cantidad de técnicas que nos van a ser de lo más útiles en nuestra búsqueda del 100%.
Más vale pájaro en mochila...
Además gozamos de cierta libertad para usar dichos movimientos, no quedando limitados simplemente a la situación en la que son requeridos. Por ejemplo, Kazooie dispone de un movimiento de carrera que le permite subir cuestas empinadas, pero dicho movimiento también se puede usar normalmente para desplazarnos más rápidamente por los escenarios. Saber aprovechar estas habilidades buscándoles beneficios adicionales nos ayudará bastante, y además amplía la sensación de libertad general que ofrece el juego.
Los de Rare tampoco solían reparar en el apartado técnico, por lo que os podéis preparar para unos gráficos capaces de mirar por encima del hombro a los de 'Super Mario 64'. Escenarios amplios rebosantes de color y pequeños detalles que alegran la vista con tan solo contemplarlos, así como personajes entrañables con diseños de lo más imaginativo. Y de postre animaciones simpáticas y variadas que hacen que todo parezca cobrar vida.
No es difícil cogerles cariño a los personajes del juego, no solo por sus simpáticos diseños, sino también por su desbordante carisma. Las bromas entre ellos serán continuas, con un humor muy especial (marca de la casa) que no repara en acidez para arrancarnos una sonrisa. Incluso encontraremos numerosas bromas de carácter adulto que probablemente ningún crio capte, pero que harán estallar en carcajadas a cualquier adulto ante la sorpresa de ver a estos personajillos insinuando ciertos temas.
Quizá sea en este punto en el que nos encontremos el único aspecto negativo del juego, y es el hecho de que no llegase traducido al castellano. Hace falta tener cierto dominio del inglés (también está disponible en francés y alemán) para captar las finas ironías y bromas de los personajes, aunque para cumplir los objetivos básicos del juego basta con un nivel de inglés básico. En otras palabras, el idioma no os va a suponer demasiado problema para completar el juego, pero si para poder admirar el fino humor de sus diálogos, que es en gran medida lo que lo hace tan especial.
Por suerte el tema del idioma no afecta a las voces, ya que los personajes hablan su propio idioma y todo se desarrolla mediante textos. Esto sirvió además para ahorrar espacio en el cartucho, pero curiosamente le dio al juego otro toque extra de simpatía con los peculiares sonidos que emiten los personajes, propios de los mejores dibujos animados. Algo que también se extiende a los efectos de sonido, que también derrochan simpatía al estilo de la mejor animación de antaño.
Finalmente redondeando el apartado sonoro nos encontramos con la genial banda sonora de Grant Kirkhope, compositor que se ha ganado a pulso la admiración de legiones de jugadores durante generaciones por sus entrañables composiciones. Por descontado que dichos temas también se apuntan al estilo desenfadado y animado del resto del juego, poniendo la guinda de un pastel que a buen seguro os querréis comer una y otra vez.
¿Apetece una rejugadita?
Y es que no importa cuánto tiempo os lleve lograr el 100% del juego, seguro que buscáis repetirlo más veces. Pues estamos sin duda ante uno de esos títulos de los que uno no se cansa nunca, y que siempre apetece rejugar cada cierto tiempo por mucho que ya nos lo sepamos de memoria. En este aspecto la duración viene a ser algo intrascendente, pues aunque hubiese durado tres años, nos habría dejado igualmente pidiendo más.
Y de hecho podría haber dado incluso más juego de no ser por algunos problemas técnicos insalvables, ya que los chicos de Rare ingeniaron un sistema que permitía conseguir ciertos ítems exclusivos del juego a base de interactuar con su secuela 'Banjo-Tooie'. Por desgracia dicho sistema requería desconectar el cartucho de la consola con esta encendida y poner el de su secuela en su lugar, algo que funcionaba bien en los primeros modelos de Nintendo 64, pero que no era posible en versiones posteriores.
Si ya lo conocíais, es bastante probable que estas líneas os hayan dado ganas de volverlo a jugar, eso si es que su incorporación a 'Super Smash Bros. Ultimate' no lo había hecho ya. Y si no lo conocíais, os recomendamos fuertemente descubrirlo cuanto antes, ya sea para poneros al día antes de que aterrice en el juego de lucha de Nintendo, o para descubrir uno de los mejores juegos de plataformas de todos los tiempos.
Para jugarlo en la actualidad, lo más cómodo y rápido es hacerse con 'Rare Replay' para Xbox One, donde podemos encontrar el juego con algunas pequeñas mejoras visuales y jugables, como el mencionado sistema que permite interconectarlo con su sucesor 'Banjo-Tooie' y que no fue posible en su día por cuestiones técnicas propias de Nintendo 64. También hay fuertes rumores de que podría llegar a Switch como parte del acuerdo para 'Super Smash Bros.', así que podéis esperar un poco a ver si hay suerte.
Si preferís el cartucho original para vuestra fiel Nintendo 64, a día de hoy se puede conseguir completo por precios que oscilan entre los 30 y los 60 euros, según estado y edición. Si os basta solo con el cartucho, lo podéis conseguir por menos de 20 euros sin demasiada complicación. Por suerte se trata de un título bastante común gracias a su enorme popularidad, por lo que no tenéis excusa para no añadirlo a vuestra colección personal de Nintendo 64.
Una maravilla tanto en el apartado técnico como en el jugable, lo que hace que siga siendo perfectamente capaz de enganchar y divertir a pesar de tener ya 21 años a sus espaldas. Imprescindible para todo usuario de Nintendo 64, así como para todo jugador que guste del género de las plataformas en 3D. Descubrid por qué se ha ganado a pulso su puesto en 'Super Smash Bros.' y no lo lamentaréis.
Lo mejor:
Jugabilidad imperecedera que engancha como pocas. Derrocha carisma y sentido del humor. Impecable a nivel técnico.
Lo peor:
No está disponible en castellano. Que el original perdiese la ingeniosa interconexión con su secuela por problemas técnicos.