El 12 de Enero 2020 | 18:15
Un año tuvimos que esperar en Europa el lanzamiento de este título con respecto al resto del mundo, donde fue publicado a finales de 1992. Pero la espera mereció la pena, pues íbamos a recibir el que probablemente sea uno de los matamarcianos más legendarios de esta consola y de su generación. Si completábamos el juego tres veces seguidas en máxima dificultad, aparecía un mensaje anticipando su inminente secuela, la cual jamás llegó. Algo que en cierto modo ayudó también a aumentar su estatus como juego de culto.
Una última esperanza
El planeta Corliss se ha convertido en el último bastión dentro del sistema planetario Illis, que vivió en paz y armonía durante generaciones hasta que apareció la Armada de Aniquilación, un cruel imperio alienígena que buscaba dominar toda la galaxia. No hay oposición posible, lo único que se puede hacer es esperar hasta que caiga este último fortín y el imperio salga victorioso. Sin embargo, todavía podría quedar una última esperanza, ya que los escasos recursos disponibles han sido invertidos en la creación del D117B, un único caza de combate apodado con el nombre de Axelay. ¿Podría una sola nave acabar con la invasión de un imperio especial entero? Parece poco probable... Pero es en situaciones desesperadas cuando ocurren los milagros, de modo que será mejor que reces lo que sepas mientras te pones el traje de piloto.
Según Konami, el principal motivo por el que nunca tuvimos aquella prometida secuela de 'Axelay' fueron las discretas ventas del título original. ¿Pero cómo pudo vender tan poco el que a día de hoy es uno de los shoot'em ups mejor valorados del sistema? La respuesta a eso es sencilla, la saturación que se vivía por aquel entonces de juegos del mismo estilo. Nave estelar, el espacio, hordas alienígenas, y millones de disparos que efectuar y esquivar.
'Axelay' cumple todo esto al pie de la letra, sin salirse del guion establecido, sin una temática ingeniosa o cualquier otra cosa que llame la atención de los usuarios (ni siquiera con un señor de campo tocando el banjo en la portada). Y aun con todo esto se trata de un juego rematadamente bueno, una unión de factores que, como apuntábamos al principio, se convierte en el caldo de cultivo ideal para crear un juego de culto.
Gráficamente 'Axelay' no tiene el menor reparo en utilizar uno por uno los portentos visuales propios de Super Nintendo: Rotaciones, zooms, transparencias... Pero lejos de limitarse a una mera demostración de fuerza de lo que era capaz el sistema, en este juego dichos elementos se utilizan con gran ingenio para ofrecer un apartado visual que nos sumerge en un mundo de ciencia ficción futurista.
Así por ejemplo podremos sobrevolar una preciosa ciudad de noche, con las lucecitas brillando bajo nuestra nave. O verdes campos y otros paisajes paradisiacos que nos transportaran a estos mundos fantásticos. El diseño de algunos enemigos es también digno de elogiar, especialmente el de los jefes finales, con descomunales robots andadores, o gigantes de fuego que parece que vayan a brotar de la pantalla en cualquier momento para agarrarnos.
Marcha espacial
Si nuestros ojos serán felices con este juego, también lo serán nuestros oídos, pues podremos deleitarlos con las formidables composiciones de Taro Kudo, quien trabajó también en las bandas sonoras de algunas entregas de sagas tan famosas como 'Mario', o 'Castlevania'. Estos temas resultan tremendamente pegadizos, y ayudan a que la experiencia de juego en general nos resulte inolvidable.
En el aspecto jugable, nos iremos encontrado con cambios de perspectiva entre niveles, jugando con el scroll horizontal y vertical. Normalmente este tipo de juegos suele apostar por una sola de estas propuestas, pero 'Axelay' las va intercalando con el claro objetivo de romper la monotonía y que el desarrollo nos resulte más fresco y divertido.
No obstante, esto también puede suponer un problema para aquellos jugadores a los que nos les guste alguno de estos dos tipos de jugabilidad, ya que irán recibiendo una capa de cal y otra de arena durante toda la partida. Tenedlo en cuenta si este es vuestro caso, pero para el resto esto supone un agradable cambio entre estilos que hace todavía más interesante su propuesta jugable.
Antes de comenzar cada fase, podremos escoger el tipo de armamento que portará nuestra nave. Esto supone un problema la primera vez que nos enfrentemos a un nivel, ya que no sabremos lo que nos vamos a encontrar. Al igual que cuando juguemos por primera vez, al no tener muy claro que hace cada tipo de arma. Es por esto recomendable que la primera partida nos la tomemos como una especie de prueba para comprobar lo que nos vamos a encontrar, en lugar de entrar a hacer valoraciones con un simple primer contacto.
Podremos rotar entre diferentes tipos de disparo con tan solo pulsar los botones L o R, pudiendo adaptar así nuestro armamento a cada situación. Por ejemplo, ante un jefe final con un claro punto débil, será más recomendable un disparo concentrado y potente que le machaque sin piedad. Pero cuando nos enfrentemos a enjambres de pequeños enemigos, nos será mucho más útil un disparo menos poderoso, pero que extienda su radio de acción por toda la pantalla.
No apto para pulgares blandos
Finalmente tendremos que ser muy rápidos y precisos con la cruceta del mando, ya que es la única forma de mantener nuestra nave a salvo de todo lo que se nos va a venir encima. Los escenarios no solo están plagados de enemigos que no cesan de dispararnos, sino también de aviesas trampas buscando que nos choquemos contra ellas, algunas valiéndose de los mencionados efectos gráficos para despistarnos, por ejemplo ocultándose astutamente entre la niebla. El nivel de dificultad en general es ciertamente elevado, y más si tenemos en cuenta que deberemos jugar en máxima dificultad si queremos verlo todo.
Esta desafiante dificultad será un punto extra a favor del juego para los fans habituales de este género, quienes saben que con paciencia y determinación se puede hacer cualquier cosa. Pero el resto de jugadores puede no tardar demasiado en sentir sobre sus hombros el peso de la frustración, haciendo que para ellos 'Axelay' resulte una "cara bonita", pero con un carácter indomable.
Durante muchos años, 'Axelay' fue totalmente exclusivo de Super Nintendo, hasta que fue publicado en la Consola Virtual de Wii, la cual ya no es accesible a día de hoy. La que si lo sigue siendo es la de Wii U, donde también apareció este título. Esta es sin duda la forma más asequible de jugarlo actualmente sin tener que recurrir a la emulación, aunque sería deseable que Konami lo incluyese cuanto antes entre los títulos de Super Nintendo disponibles para Switch.
En el caso del cartucho original, es posible conseguirlo por unos 30 o 40 euros suelto. Pero con caja y manual los precios se disparan hasta alcanzar las tres cifras. Es lo que suele ocurrir cuando se combina el estatus de "juego de culto", con las endebles cajas de cartón de Super Nintendo. Normalmente recurrir a la versión japonesa del juego suele abaratar un poco el coste, pero en este caso no supone una gran diferencia.
Tened cuidado también con las (cada vez más frecuentes) reproducciones que no se identifican como tal, pues 'Axelay' se encuentra entre los títulos favoritos de los amigos del dar gato por liebre. Por suerte el color plateado de las pegatinas de los juegos de Konami no es fácil de reproducir, de modo que se puede utilizar esto para identificar fácilmente si estamos ante un cartucho original, o una repro. Si no brilla, sospechad.
Haciéndole justicia
Aunque es difícil que algo relacionado con 'Axelay' no brille, pues estamos ante el que es sin duda de los mejores representantes del género para Super Nintendo, por no decir de la generación de los 16 bits entera. Puede que en su momento no se le supiera apreciar como es debido, pero nunca es tarde para enmendar el error y disfrutar de esta joya. Eso si, insistimos una vez más en lo de la dificultad, para que no os llevéis sustos si veis que nos podéis completar ni el primer nivel.
Lo mejor:
Gráficamente espectacular. La banda sonora. Combina jugabilidad de scroll lateral y horizontal.
Lo peor:
Si solo os gusta el scroll horizontal, o solo el vertical, puede suponeros un problema. El nivel de dificultad puede hacer desistir a muchos. Su propuesta es poco original, aunque tampoco necesita más.