De sobra es conocido el caso de "transmutación" que sufrió 'Super Mario Bros. 2' a partir del 'Yume Kojo: Doki Doki Panic' para Famicom, pero no tan conocido es el caso similar que protagonizó Alex Kidd en 1989 con 'Alex Kidd High-Tech World' a partir de un juego lanzado dos años antes en Japón llamado 'Anmitsu Hime', basado a su vez en un popular anime. El resultado fue lógicamente muy distinto a lo habitual en los juegos de este simpático personaje. ¿Pero estaría a la altura de lo que cabría esperar de la por entonces mascota de Sega?
Una importante misión
Una inesperada visita llega a casa de la familia de Alex Kidd portando noticias sobrecogedoras para nuestro orejudo amigo... ¡Han abierto un nuevo salón recreativo en la ciudad! ¿Tendrán ese nuevo arcade de Sega que tanto mola? Alex no puede esperar para verlo... Pero por desgracia el mapa que revelaba la ubicación de los recreativos se ha roto en pedazos, y estos han quedado esparcidos por todo el castillo. Solamente reuniéndolos todos podrá encontrar tan valioso tesoro antes de que cierre a las 5 de la tarde. ¿Le dará tiempo? Seguro que tú comprendes bien al bueno de Alex en tan desesperada situación y le echarás una mano para conseguirlo. Pero ten cuidado, pues no será una tarea sencilla. Por el camino tendrás que derrotar a malvados ninjas y resolver acertijos que te harán brotar humo por las orejas. ¿Qué por qué hace falta todo eso para jugar a una recreativa? ¿Qué clase de pregunta es esa? ¿Acaso preferirías ir a comprar pasteles con una princesita?
No son pocos los casos de títulos que en salieron en Japón de cierta manera para ser después reconvertidos en otra muy distinta al llegar a occidente ('Decap Attack', 'Kirby's Ghost Trap', o 'Die Hard Arcade' por citar solo algunos), algo que normalmente se hacía porque se pensaba que el producto original no encajaría con los gustos occidentales, aunque a veces también influía el hecho de estar basado en alguna franquicia de la que no se tenían los derechos fuera de Japón.
Con 'Alex Kidd High-Tech World' ocurren ambas cosas, y claro, reconvertir un juego donde una princesita busca una nueva pastelería que acaba de abrir, puede traer consecuencias para lo que estábamos acostumbrados dentro de la serie 'Alex Kidd'. Para empezar el plataformeo clásico de la serie queda relegado a un par de niveles donde deberemos saltar por las ramas de los árboles para escapar del ataque de unos ninjas, enemigos a los que podemos derribar arrojándoles alguna clase de objeto indeterminado a modo de disparo.
El resto del juego es básicamente una aventura donde tendremos que explorar escenarios e interactuar con otros personajes, lo que lo aproxima casi más a un RPG. Lo curioso es que aproximadamente la mitad del juego se desarrolla dentro del castillo donde viven Alex Kidd y su familia, por lo que no esperéis demasiada variedad de escenarios. De hecho este es uno de los puntos flacos del juego, ya que es fácil perderse por las estancias del catillo teniendo en cuenta que apenas hay detalles en el decorado que podamos usar como referencia.
Saber y ganar
La misión inicial de recomponer el mapa de los recreativos es sin duda el mayor reto al que nos vamos a enfrentar en el juego, ya que el resto de la aventura es bastante sencilla. Para encontrar los fragmentos del mapa tendremos que explorar bien todas las estancias y hablar con todos los personajes que veamos, pues aunque no logremos directamente un trozo de mapa con ello, es posible que al menos encontremos una pista que nos permita hallar alguno.
Esto en principio podría suponer algo interesante, pues la idea de explorar y resolver pequeños puzles resultaría sin duda un concepto atractivo para muchos. Sin embargo el desarrollo es cuanto menos, raro... Y es que a veces las mecánicas son un tanto extrañas, como por ejemplo encontrarnos una escalerilla de mano dentro de una pequeña vasija. En ocasiones lo personajes nos someterán a pequeñas pruebas, pero estas son a veces excesivamente complicadas, con preguntas propias del más sesudo concurso de televisión, o con mecánicas que básicamente se apoyan en el método del ensayo y error.
A esto hay que sumarle la necesidad de tener un dominio del inglés medio-alto, lo que puede suponer un severo escollo para muchos jugadores que no llegarán siquiera a salir del castillo. Hoy en día podremos resolver fácilmente algunas de estas cuestiones y acertijos con una rápida búsqueda por Internet, pero en su momento es como para preguntarse cómo esperaban los desarrolladores que los jugadores encontrasen algunas de las complicadas respuestas, lo que una vez más nos lleva a la mecánica del ensayo y error.
La cuestión es que no podemos tirarnos todo el tiempo que queramos pensando en estos acertijos, o buscando soluciones, ya que el juego impone un estricto límite de tiempo, el cual podremos comprobar con los relojes diseminados por el castillo. Si tardamos demasiado en avanzar llegarán las 5 de la tarde, cerrarán los recreativos, y nos tocará volver a empezar. El juego da a entender que incluye opción de guardado, pero en realidad se trata de un clásico y engorroso sistema de passwords.
¿Qué hora es?
Además hay personajes que solo aparecen a partir de determinadas horas, lo que supone un detalle técnico curioso para la época, pero también hace más engorroso y complicado el avance dentro del juego. Así por ejemplo podemos entrar varias veces a una habitación y no encontrar a nadie, pero si vamos a partir de cierta hora aparecerá algún personaje clave. Esto básicamente nos obliga a estar continuamente dando vueltas y comprobando las estancias, lo que puede resultar un tanto tedioso.
Una vez conozcamos la solución de todo podremos completar el juego en apenas media hora sin mucha complicación, pero tampoco hay demasiados alicientes que inciten a rejugarlo más allá del hecho de tratar de superarlo más deprisa la próxima vez. Si no os importa hacer un poco de trampa y buscar las soluciones en Internet, en apenas un rato podéis darlo por terminado y devolverlo a la estantería.
A nivel técnico tampoco debemos esperar nada que nos deje con la boca abierta, pues el diseño de los personajes es bastante sencillo, al igual que el de los escenarios. Las animaciones de Alex son incluso menos fluidas que en aventuras previas, y tampoco encontraremos demasiada variedad. El apartado sonoro tampoco es especialmente destacable, e incomprensiblemente ni siquiera encontraremos el clásico tema musical de la saga tan asociado a este personaje.
Con todo esto no es de extrañar que Sega no haya vuelto a reeditar el juego, ni siquiera en la Consola Virtual de Wii, donde si que estuvieron disponibles otras aventuras de nuestro cabezudo amigo. Por suerte es también la entrega más fácil de conseguir en su versión original para Master System, hasta el punto de poderlo encontrar completo por menos de 30 euros, algo poco habitual en esta serie.
Mejorable pero aceptable
Como dato curioso, 'Alex Kidd High-Tech World' guarda bastantes aspectos en común con otro gran clásico de Sega que salió muchos años después, aunque parece ser más bien fruto de la casualidad. Dicho juego es nada menos que 'Shenmue', ya que la casa de Ryo guarda cierto parecido con el castillo de Alex. En ambos juegos debemos interactuar con personajes para que nos den pistas de cómo avanzar. Ambos dependen del reloj para que se desarrollen ciertos acontecimientos, y en ambos acabamos visitando unos recreativos con máquinas de Sega. Hay algunos puntos más en común entre ambos títulos, pero esos os dejaremos descubrirlos a vosotros mismos.
Probablemente estemos ante la entrega más floja de toda la saga 'Alex Kidd', pero aun así todavía sigue quedando un título con el que echar la tarde explorando y resolviendo acertijos. Si ya os habéis jugado los demás 'Alex Kidd', entonces dadle una oportunidad a este a fin de completar la saga. De lo contrario os recomendamos empezar por cualquier otra de las aventuras de este héroe de grandes orejas, especialmente por su aventura más emblemática, 'Alex Kidd in Miracle World'.