Dentro de los juegos de acción en primera persona hay una franquicia que ha tenido relativo éxito durante este último lustro: 'Resistance'. Exclusiva de la consola de Sony, este FPS no es un alarde de técnica y originalidad, pero sí cumple notablemente en las tres entregas lanzadas para PS3, así como la única de PSP. Ahora Nihilistic Software lanza 'Resistance: Burning Skies' para PS Vita, versión que podemos afirmar sin miedo a equivocarnos que es la peor de toda la franquicia hasta la fecha.
Una quimera mal formada
La historia de 'Burning Skies' arranca cuando el virus quimera invade Estados Unidos (tras haber destrozado Europa). Cierto es que este momento ya lo vivimos en la segunda parte, pero en esta ocasión veremos el desembarco de los enemigos en tierras yanquis, es decir, no después de unos años (como ocurrió con 'Resistance 2'). Además, el protagonista también cambia de rol, que pasa de ser un experimentado soldado a Tom Riley, un bombero neoyorquino al que la tragedia le coge mientras extingue el fuego de un almacén. Tras ver todo asolado por esos extraños mutantes, Riley dedica toda la aventura a buscar a su mujer e hija, así como intentar salvar al mayor número de vidas posibles.
Con este panorama se presenta un 'Resistance' de toda la vida: mismas armas, enemigos, características, etc. Si se piensa detenidamente, no es mal planteamiento, al fin y al cabo hay juegos que se reciclan infinidad de veces y siguen siendo notables (la repetición de ideas es una tónica en el sector cultural actualmente). Sin embargo, en el caso de 'Burning Skies' todo tiene defectos, y cuando decimos "todo" es absolutamente todo (IA, jugabilidad, gráficos, apartado sonoro…).
Si empezamos con la IA, ésta es horrorosa. Sin más. Los enemigos pasan junto a ti y no te ven; disparan cuando les viene en gana; los aliados se posicionan delante de tu objetivo tapándote el campo de tiro; hay un tipo de quimera que se lanza hacia ti sin buscar cobertura, al más puro estilo jackass. Podríamos enumerar mil ejemplos más, pero es que no hay por dónde cogerla, ya que no tiene ni asa ni cuerda para alcanzarla.
Esta IA afecta directamente al plano jugable. Decir que este campo es también paupérrimo se queda corto. Hay mil casos para exponer, como ir avanzando por un pasillo y recibir fuego enemigo sin saber muy bien desde dónde nos disparan (pero das media vuelta y ahí está una quimera que ha aparecido por arte de magia). De igual manera, hay otros hechos, cuanto menos, curiosos: como que estés parapetado tras un objeto y de repente cae una quimera del cielo detrás de ti (pero así tal como os lo contamos).
La jugabilidad se ve perjudicada no sólo por la IA, sino también por otros campos como el de los gráficos y errores característicos. ¿Una quimera corriendo como pollo sin cabeza y atascada en un objeto? Es viable. ¿Rivales suspendidos en el aire? Pues claro, por qué no. En 'Resistance: Burning Skies' todo es posible, digno de un estudio al que le falta un betatester (o éste se ha rascado sus partes haciendo su trabajo).
Pero no todo acaba aquí. El apartado gráfico es atroz, con unos dientes de sierra idóneos para cortar filetes del Mercadona. Los escenarios cuentan con unas texturas pobres, mal definidas y unas localizaciones vacías de elementos que le den vida. Asimismo, los personajes aliados están poco elaborados, con animaciones faciales toscas y robustas. En líneas generales, el apartado técnico de 'Burning Skies' es más propio de PS2 que de PS Vita (y las explosiones son visualmente antiestéticas).
El aspecto sonoro también va por esos derroteros. Más allá de que esté doblado aceptablemente al castellano, es bochornoso que en algunos momentos el audio no salga, perdiendo parte de los diálogos. Además, esto también ocurre con las armas: explosiones que no suenan; la minigun no se escucha girar y de vez en cuando hace un ruido raro; granadas que lanzas y no escuchas si han explotado; y un largo etcétera. Y con la ambientación igual: tristísimo ir recorriendo niveles sin música de fondo, o jugar al modo multijugador y que sólo se escuchen tus pasos. Este aspecto desangelado da una impresión paupérrima al juego, pero sólo es otro fruto más de la nula elaboración plasmada.
Más de uno habrá visto ya la nota y pensará que cómo leches le damos un 50/100 a 'Resistance: Burning Skies' después de sacar seis párrafos dándole cera. Pues sencillo: tiene muchos fallos pero en conjunto el título aprueba raspado, ya que puede jugarse a pesar de sus dientes de sierra, sonidos que no salen y su rocambolesca IA. Ahora bien, no os gastéis dinero en este producto salvo que lo encontréis MUY barato (y recalco el "muy"). Al menos el platino es fácil de sacar.