ACCIÓN JAPONESA

'Phantom Breaker: Battle Grounds', acción japonesa pixelada

Ese juego se consolida como una de las primeras sorpresas de este año tanto como para los amantes de los juegos nostálgicos como de los japoneses.

Por Benjamín Rosa Fernández 15 de Marzo 2013 | 16:36

Hay veces en las que uno se pone a observar los próximos juegos que vendrán para cualquier consola, a la espera de que salga alguna sorpresa que no se ha publicitado mucho en los medios. Una vez vi 'Phantom Breaker: Battle Grounds' para el Bazar de Xbox Live Arcade y su aspecto gráfico y primeras imágenes me cautivaron a la primera.

Muchos se van a preguntar de dónde sale este juego, pues se trata de un spin-off de 'Phantom Breaker' también para Xbox 360 y producido por 5pb. Games, un juego de lucha que iba a llegar a Estados Unidos pero se encuentra inmerso en una especie de limbo legal. Mientras tanto nos podemos deleitar con este spin-off que hace que no tengamos que haber jugado al juego.

Peleas en Shibuya

La historia del juego es muy secundaria debido a su poco atractivo argumental y que la forma de contar está muy mal llevada. Pero por suerte no es necesario entenderla puesto que su estilo totalmente arcade propio de recreativas está perfectamente conseguido.

No es un juego con una jubabilidad excesivamente profunda, pero ya es más que muchos juegos del género. A su favor tiene un sistema de mejora de personajes con experiencia y niveles, los cuales nos dan puntos para mejorar las estadísticas o las habilidades de los protagonistas. Sin embargo, cuando hayamos superado el modo Historia y un poco del modo Arcade del juego, vemos cómo el nivel ya no sube más. Esto es debido a que existe un DLC que nos sube el nivel máximo al 99 y de paso incluye al personaje de Makise Kurisu de 'Steins;Gate'.

La idea del DLC no es mala dado que incluye un personaje y al descargar se ve que no es un personaje ya incluido en el juego, pero el límite de nivel puede afectar mucho, sobre todo a los que quieren superar el juego en modo Pesadilla. Por suerte el personaje de Kurisu es tan completo como cualquier otro, y el precio es relativamente bajo comparado con otros que solamente añaden trajes o nos desbloquean elementos que ya están incluidos en el disco y el precio total sería el mismo que por un juego Arcade de alto precio, además con cien puntos de logro adicionales.

Volviendo al tema de la jugabilidad, los combates del juego resultan todos muy entretenidos con su capacidad de encadenar ataques débiles, de media potencia o fuertes junto a otros ataques especiales. Cuesta acostumbrarse a ellos, pero no hace falta más que adaptarse tras el primer nivel de prueba. El dinamismo está siempre presente y la lucha contra enemigos estralafalarios como otakus de Akihabara o seres amorfos que parecen sacados de Neon Genesis Evangelion funciona a la perfección. Sin embargo, los combates pueden pecar de repetirse mucho y de que la duración del juego es de algo más de hora y media en dificultades altas, con lo que gran parte de su atractivo está en desbloquear todas las habilidades y superar puntuaciones máximas. Hay peleas contra jefes, pero no son más que otros personajes que se desbloquean al superar el modo Historia dos veces en casi todos los casos y que carecen de cierto carisma que los haga únicos como los hermanos gordos de 'Golden Axe'.

Como antaño

En el tema de desbloqueables, el juego cumple. Como dijimos, algunos de los jefes son desbloqueables para que el jugador pueda catarlos. Se trata de cuatro al superar la Historia en dificultad Media y otros dos en Difícil, pero ninguno de ellos es jugable en el Modo Historia, sino más bien en el modo Arcade, cooperativo y Battle Grounds. Aunque esto tiene más bien poca importancia dado que el Arcade no es más que el modo Historia con las escenas narradas totalmente eliminadas, con lo que a efectos prácticos para el jugador es casi lo mismo.

El conjunto de todo lo mostrado es más que satisfactorio y da la sensación de ser un juego como los de antes con partidas rápidas, desbloqueables y puntuaciones elevadas sumado a la tecnología moderna como multijugador en línea y muchos más enemigos en pantalla. Cabe decir que es un título muy específico para cierto sector, y quienes quieran juegos muy largos con campañas de varias horas quizás no encuentren lo que buscan aquí.

Japonés hasta el final

A nivel visual, salta a la vista la similitud con 'Scott Pilgrim contra el Mundo: El videojuego'. Y no es para menos debido a su estilo totalmente pixelado y con un estilo muy parecido al de Paul Robertson. En movimiento es cuando el apartado gráfico reluce y se convierte en toda una delicia para la vista. No tiene una poligonación como la de 'Heavy Rain', pero da igual porque se ve bonito, aunque algo impersonal por el uso del estilo con fuerte influencia de la animación japonesa.

La música también se merece nuestra atención. No es la mejor del mundo, pero sí es la más indicada y los diversos temas que hay encajan bastante bien con los niveles en los que suenan y no siempre se hacen repetitivos. El tema de doblaje es el esperado: voces japonesas. Habrá quien las defienda a muerte, pero cuando uno escucha las mismas voces reiteradamente durante más de una hora es cuando empiezan a cansar. Pero el reparto está bien escogido y cumplen su función de parecer chicas de más de veinte años que se sienten como adolescentes porque los personajes así lo requieren.

En definitiva, 'Phantom Breaker Battle Grounds' se puede calificar como una de las primeras sorpresas que nos ha dado el año. No es el juego más perfecto del mundo, pero cumple con su objetivo de entretener durante lo que dura y tratar de motivar al jugador para que lleve a los personajes al nivel más alto y se consiga todos lo logros. Cubre bastante bien el espectro de jugadores que busquen algo más sencillo y directo que la serie 'Uncharted', y también el de jugadores amantes del anime y el manga. El principal problema es la presión constante del DLC que nos limita el nivel máximo, pero su utilidad está fuera de toda duda una vez adquirido.