MUTE, DE NETFLIX

'Mute', de Netflix: violencia, luces de neón, avances tecnológicos y Alexander Skarsgärd

El cyberpunk parece regresar con toda la fuerza que le faltó durante estos últimos años, y quizás el reciente estreno de 'Blade Runner 2049' tenga mucho que ver.

Por Maribel Baena 26 de Febrero 2018 | 20:53

El cyberpunk parece regresar con toda la fuerza que le faltó durante estos últimos años, y quizás el reciente estreno de 'Blade Runner 2049' tenga mucho que ver. La nueva tecnología vuelve a unirse con un nivel de vida bastante bajo para mostrarnos cómo la informática puede llegar a cambiar completamente la sociedad que ahora mismo conocemos. Mas estos cambios no siempre tienen por qué ser a mejor, como bien demuestra el nuevo estreno de Netflix, 'Mute'.

El pasado 23 de febrero, 'Mute' llegó a Netflix con una acogida mucho peor de lo que se hubiera podido esperar. Y es que el estreno de 'Altered Carbon' (cuya crítica hizo nuestro compañero Xose Llosa, y podéis leer aquí) ha ensombrecido bastante 'Mute'. No es lo que la plataforma esperaba, sin lugar a dudas, pero es lo que ha acabado sucediendo; aunque recordad que se puede disfrutar perfectamente de dos cosas (o muchas más) sin necesidad de que estas solapen. ¡Así que corred a ver 'Mute' si os gusta el cyberpunk y aún no lo habéis hecho! El director, Duncan Jones, ha apostado fuerte en este caso.

'Mute' se ambienta en un futuro totalmente distópico, pero para nada feliz. Viajamos a la Alemania de dentro de unas cuantas décadas, donde el alemán y el inglés se han convertido en idiomas oficiales; poco se puede ver claro de la situación política del país, aparte de lo convulsa que es. Nos encontramos en un momento de conflicto armado, donde se ve que Estados Unidos ha conseguido mucho más poder del que había tenido hasta ese momento. Las nuevas tecnologías lo han absorbido prácticamente todo: a cada paso hay luces de neón, robots que cumplen funciones humanas, estética completamente tecnológica, avances increíbles...

Dentro de este contexto, el protagonista de 'Mute' es un hombre llamado Leon (Alexander Skarsgärd) que, efectivamente, es mudo. No es mudo de nacimiento, sino que un accidente que tuvo durante su infancia le llevó a perder la capacidad de hablar; podría haberse recuperado de haberse sometido a una operación relativamente sencilla, pero sus padres formaban parte de la tradición Amish (totalmente alejada de estas tecnologías) y no lo permitieron. En este punto, la película no abre ningún tipo de debate real sobre las implicaciones que este tipo de religiones o culturas pueden llegar a tener en la vida de aquellos que las siguen. Si bien es cierto que muestran cómo Leon se ve perjudicado por las decisiones de sus progenitores, no ahondan más, no critican este hecho. Se limitan a mostrarlo, y a dejar que sean los espectadores los que tomen sus propias decisiones.

Una película de venganza más, aunque con estética cyberpunk

La trama de 'Mute' es terriblemente sencilla. Leon está enamorado de una chica, y esta desaparece de un día para otro, sin dar ningún tipo de explicaciones; a partir de ahí, él se ve obligado a buscarla, entrometiéndose en un asunto mucho más complicado de lo que hubiera podido imaginar. Si habéis visto películas como 'Venganza', de Liam Neeson, seguramente sepáis a qué ateneros con este estreno.

La diferencia fundamental es que, al introducir una estética cyberpunk, todo cobra un especial atractivo. A todo esto se suma una especie de handicap añadido: Leon no solo es mudo (algo que, al parecer, es un gran problema en esta sociedad) sino que también es un gran analfabeto tecnológico, con todo lo que ello implica. Su familia era Amish, vivía completamente apartada de los avances futuristas que vemos durante toda la película, y aunque él ya no vive con ellos, se nota a la perfección que se ve perdido en este contexto. No se explica cómo se alejó de su familia, pero como espectadores podemos hacernos una idea e imaginar que, quizás, su incapacidad para hablar tenga mucho que ver con su decisión de vivir por su cuenta y riesgo.

Confluyen, pues, dos realidades opuestas: por un lado está Leon, con su incapacidad tecnológica, y por otro lado está este nuevo mundo, donde la informática y los avances futuristas son el presente. Leon no es un Amish como lo que conocemos actualmente, sino que es un Amish del futuro; también aboga por una vida sin tantas tecnologías, pero se ha adaptado a un contexto en el que no le queda más remedio que usar algunos de los nuevos inventos.

Mas, por lo demás, lo que encontramos en 'Mute' es otro tanto de lo mismo: persecuciones, mafias, violencia, misoginia, sexo y ansias de poder. Pese a que todo está adornado con luces de neón y máquinas que nos harían la vida mucho más sencilla, los problemas de los seres humanos continúan siendo exactamente los mismos. Quizás la "evolución" no nos ayudará tanto como pensamos si no evolucionamos nosotros junto con las nuevas tecnologías.

Nada brilla especialmente, excepto las luces de neón

Ni la trama es llamativa, ni los personajes consiguen cautivarnos, ni el contexto llega a transmitirnos la suficiente credibilidad. La sensación es un "quiero y no puedo", un querer llegar a ser un gran estreno y acabar quedándose en una película más. Sí es cierto que la fotografía y la banda sonora consiguen llenar este vacío que deja la trama, pero no llegan a ser lo suficiente.

No obstante, todo depende mucho de la perspectiva desde la que se mire. Si con 'Mute' esperáis encontrar una película de acción con una estética diferente, seguramente quedéis más que satisfechos. Mas si lo que buscáis es un filme tan prometedor como 'Blade Runner', es mejor que no la veáis, puesto que os decepcionará. El éxito de 'Altered Carbon' también ha tenido mucho que ver con esto; y es que si la serie es de sobresaliente, este estreno es más bien de notable bajo, incluso de suficiente alto.

El elenco en sí no es ningún problema. Skarsgärd consigue demostrar que las palabras no siempre son necesarias, y que comunicarse es muchas veces una cuestión más de ganas que de cualquier otra cosa. Porque Leon es capaz de hacerse entender con una simple mirada; un hombre paciente, generoso, preocupado y un poco aislado de todo el mundo que le rodea (algo inevitable, teniendo en cuenta sus antepasados). El antagonista, Cactus Bill (Paul Rudd), tiene una personalidad conflictiva que nos lleva a detestarle desde prácticamente la primera escena (quizás tenga algo que ver la insistencia con la que masca chicle). Pero la película se queda en la superficie en ambos casos: ni ahonda en la historia de Leon ni en la de Cactus, algo que quizás hubiera podido ser interesante, sobre todo teniendo en cuenta que 'Mute' dura dos horas.

Sí es cierto que el papel de la mujer en este futuro distópico deja mucho que desear. La única mujer que realmente cobra algo de protagonismo es Naadirah (Seyneb Saleh), y no deja de ser una excusa para darle aún más protagonismo a Leon. El resto de mujeres que aparecen son, en su gran mayoría (por no decir en su totalidad) prostitutas o mujeres que se dedican a hacer bailes eróticos para satisfacer a los hombres. No hay mujeres que cobren ningún tipo de protagonismo, no hay ninguna que acabe siendo imprescindible.

'Mute' no es una gran película, pero podría haber llegado a serlo. Tiene carencias muy importantes: la historia no da de sí todo lo que pudiera haber dado, los protagonistas no cobran toda la importancia que pudieran haber cobrado, y el final es tan predecible que casi ni merece la pena llegar hasta él. No obstante, se salva por la calidad de la imagen y por el planteamiento final, por ese mostrar cómo confluyen las nuevas tecnologías con personas que se adaptan y personas que no.