SÍRVAME TRES

'Mushroom Wars', adicción y simpleza sí pueden ir cogidas de la mano

Creat Studios lanzó en octubre de 2009 un original RTS para PlayStation Network donde la sencillez es el elemento clave de la obra.

Por Nacho Requena 9 de Junio 2012 | 23:29

No hace falta gastarse millones de euros para hacer un gran videojuego. Sí, está claro que he dicho una tontería que está más que constatada en la generación actual, pero a veces es aconsejable dejar claro esta premisa porque más de uno puede pensar que "gran inversión es igual a videojuego bueno", y no es así. 'Mushroom Wars' es un claro ejemplo de producto que requiere un bajo desembolso, pero que ofrece diversión a raudales.

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Allá por 2009 Creat Studios lanzó para PlayStation Network un RTS muy original y sencillo. La mecánica de éste era igual que la de cualquier título de estrategia: tomar todas las posiciones del mapa para así alzarse como vencedor. Ahora bien, el aspecto "novedoso" recaía en que aquí no controlábamos las unidades que creábamos o seleccionábamos, como sí pasaba en otros RTS, sino que sólo podíamos ejecutar un comando: mandar el 25%, 50% ó 75% de nuestro ejército a conquistar ese punto citado.

Esta vertiente jugable podía parecer poca cosa, pero no, fue (y es) tremendamente adictiva y la esencia de 'Mushroom Wars'. Lo único diferente que podíamos hacer era que las estructuras conquistadas subiesen de nivel, se transformasen en fortificaciones defensivas (como torretas que disparan) o cuarteles generales (que nos daban poder extra). Por tanto, la figura de "crear" pelotones yacía exclusivamente en esas primeras "casas" conquistadas, convirtiéndose prácticamente en el pilar del juego. A partir de aquí, la astucia del jugador era lo más importante ya que tenía que calcular qué porcentaje de unidades enviar, bien para defender o para atacar.

Ojo de halcón

Gran importancia de la victoria o derrota la tenía la agudeza visual del usuario. Había que echar un cálculo a simple vista para saber si los pelotones rivales superaban en número a los nuestros. Por ejemplo, imaginad que tenemos una posición con 74 soldados, pero el enemigo está enviando una gran legión a conquistar ese punto. Nuestra misión es verificar si nos superan en número, y si ocurre esto pues transportar más tropas desde otra "casa" hasta ésa que va a ser atacada.

Todo esto se presentaba con un aspecto visual inmejorable todavía hoy en día. Con mucho colorido y unos personajes que iban desde marcianos hasta extraños champiñones, la vista se situaba en un plano 2.5D que permitía visualizar todo el escenario. Los mapas donde disputábamos las batallas también estaban muy detallados, con una gran variedad de diseños (desde montañas hasta superficies lunares de un planeta). El estilo cartoon que lucían los personajes era el idóneo para que todo adquiriese vida propia, ya que le daba un toque artístico único, no siendo maduro, pero tampoco llegando a ser infantil.

En cuanto a las mecánicas de juego, 'Mushroom Wars' contaba con un modo campaña, otro libre y otro multijugador (tanto local como con otros jugadores a nivel online). Más allá de éstos, resaltar que, dentro del modo historia, no todo era conquistar territorios, sino que también algunas batallas tenían sus propias reglas. Por ejemplo, se nos podía pedir que ocupásemos todas las posiciones en menos de cinco minutos, o que alcanzásemos una cifra de puntos concreta en base a defender determinadas fortificaciones. El título contaba con una gran diversidad de "misiones" que ampliaban las horas de entretenimiento hasta cotas insospechables, en gran medida porque cada batalla era un mundo aparte.

'Mushroom Wars' es un gran juego, que destaca por adaptarse al lector en el mejor o peor de los casos (se puede variar la dificultad). A pesar de que ya han pasado tres años por sus espaldas, sigue ofreciendo más diversión que muchísimos títulos que copan las estanterías de las tiendas, y ya no decir de los bazares virtuales. Si sois miembros de PlayStation Plus lo tenéis totalmente gratis (aconsejable descargarlo, de verdad); y si no os recomiendo pasar por caja alguna vez: lo merece.