El 9 de Mayo 2016 | 15:26
Si me preguntaran por cuál fue mi recreativa favorita en sus años de gloria, tendría que negar con la cabeza. "Ni idea". No he pasado el suficiente tiempo en uno de esos salones como para siquiera cogerle cariño a una de esas máquinas. Sin embrago, sé reconocer una en cuanto la veo. La misma sensación que habría tenido al entrar en una sala de recreativos la tuve cuando empecé mi partida en 'Megamagic: Wizards of the Neon Age'. En mi opinión, esa estética o esa ambientación, como queráis llamarlo, invita precisamente a esa sensación de ponerte frente a una pantalla arcade: la música ochentera y el diseño del conjunto de la pantalla, sin duda es un claro referente a lo retro.
Un RPG ochentero moderno
'Megamagic', por otro lado, me recordó sustancialmente a cuando empecé mi partida en 'Golden Sun'. Igual esta referencia no os suene a muchos de vosotros, pero lo cierto es que fue uno de los grandes RPG que pudimos disfrutar en Game Boy Advance. ¿El porqué de la comparación? Ni idea, puede que simplemente me sintiera nostálgica. El caso es que en 'Megamagic' nos ponemos en la piel de Phoebe, un chico que, al igual que Hans en 'Golden Sun', tiene que aprender a controlar sus nuevos poderes. Ahí entramos nosotros. Aunque la mecánica de combate de 'Megamagic' es un tanto más complicada que los de 'Golden Sun'.
El combate se basa en un point and clic en el que tendremos que desplazarnos por el escenario para tratar de recibir el menor daño posible. Mientras, podemos seguir atacando a nuestros enemigos hasta que nuestra barra de magia quede inoperativa. Entonces, ¿qué? ¿Estamos solos ante el peligro? Por supuesto que no. A nuestra disposición tendremos la posibilidad de invocar a grims, criaturas enemigas que una vez las hayamos investigado lo suficiente (donde investigar significa matar a un número determinado de las mismas), podremos hacerlas aparecer a nuestro lado para que nos ayuden.
En este punto me quería detener porque lo cierto es que el equipo de Beautifun Games han sabido sacar partido a esta mecánica más allá de que sea una simple herramienta de combate. Mediante los grims han diseñado una serie de rompecabezas gracias a que podemos invocar y movilizar a estas criaturas a nuestro gusto. Me pareció muy interesante porque me gusta encontrarme con un diseño y un aprovechamiento inteligente de los recursos para hacer que el videojuego sea más interesante. Pensemos que en 'Megamagic' vamos desplazándonos por el mapa a través de pantallas de carga. Es un camino lineal que podría haber sido muy aburrido si no hubiéramos contado con la posibilidad de resolver puzles con los grims.
Pero, ¿y la historia? Sin ánimo de querer hacer spoilers, quiero señalar que no es que me haya parecido una historia demasiado original. Es la típica historia que te suena a muchas otras que ya has visto, leído o jugado. Es además lineal, no da lugar a que el jugador tenga libertad para explorar y la única posibilidad que hay es seguir avanzando. Sin embargo, el punto a destacar de este aspecto son los personajes y, en concreto, sus diálogos. Si algo me gusta de los protagonistas de una historia es que tengan personalidad (que no trasfondo, ojo). Conseguir que un personaje tenga personalidad no es complicado pero sí requiere colocar bien determinados elementos. En 'Megamagic' lo han conseguido gracias al dibujo de cada personaje, el cual te transmite ya una serie de ideas, y en los diálogos. La forma de hablar de cada uno hace que las distintas conversaciones no solo sean divertidas y frescas (lo que es de agradecer en un juego en el que se te está transmitiendo mucha información a través del diálogo y no de narrativa ambiental), sino que además consiguen imprimir en cada personaje una determinada forma de ser. Al final, sin quererlo, les coges cariño.
Otra cosa que me gustaría destacar de 'Megamagic: Wizards of the Neon Age' es que ha sido un juego que en los pocos ratos libres que tengo durante mi día a día, echaba de menos jugar y seguir avanzando. El sistema de combate, aunque sigo diciendo que es complicado hacerte a él, es muy entretenido. Además, aunque no hay un árbol de habilidades que hay que ir desbloqueando, sí podemos ir recogiendo diferentes objetos cuya recolección nos servirá para aprender nuevos hechizos y, como he dicho antes, invocar a nuevos grims. Parece una tontería, pero si sois amantes del farmeo en los videojuegos, este punto os puede resultar más que interesante.
En este sentido, y tanto por sus mecánicas como por su conversación fresca y moderna, me ha gustado mucho 'Megamagic'. No me ha parecido que sea un juego con altas pretensiones, sino que de forma humilde y con un gran sentido del humor, es una propuesta de entretenimiento más que respetable.
Pocos juegos han conseguido que suelte una carcajada.
Lo mejor:
Ambientación y diseño de personajes.
Lo peor:
Complejidad de las mecánicas.