EXPERIMENTAL

'Luftrausers', los avioncitos nunca pasan de moda

Una divertida propuesta indie basada en el género de scroll lateral con un potente sistema de personalización.

Por Sergio Castaño 24 de Mayo 2014 | 16:16

Nos encontramos en un momento en que los videojuegos indie están que arden. Esto es innegable. Además las diferentes comunidades de Internet dedicadas a tal efecto implantan cada vez más sus variados sistemas de ayuda o financiación, con lo que ahora más que nunca encontramos en el mercado propuestas de lo más variado. Algunas memorables, otras francamente ridículas. Lo que sí ocurre es que los géneros clásicos vuelven con mucha fuerza, y ese es el caso del género de scroll horizontal, más concretamente el de aviones. El caso que nos ocupa en este análisis es el de 'Luftrausers', un magnífico shooter lateral de aspecto clásico debido a sus texturas pixeladas y una gama de colores escogida con gran acierto. Si te gustan los retos, la acción sin sentido y las explosiones a miles, creo que esto te llamará la atención.

'Luftrausers' es una creación de Vlambeer, un estudio que se ha propuesto el noble objetivo de traer de vuelta los buenos arcades al panorama actual. Y desde luego lo han hecho en un momento donde lo indie está de moda. Tanto es así que su título en algún otro momento podría haber pasado desapercibido, pero a nosotros nos ha parecido un juego magnífico en muchos sentidos.

Experimento militar

Comenzamos con la premisa, que sin argumento alguno simplemente nos ubica en lo que se supone es la Segunda Guerra Mundial, formando parte de las fuerzas aéreas experimentales. Aquí debemos enfrentarnos a infinidad de enemigos que van desde botes hasta acorazados e incluso submarinos en la superficie del agua, así como diferentes tipos de aviones que surcarán el cielo en forma de cazas o cañoneras. En todo momento estaremos rodeados de balas y misiles de todo tipo, especialmente cuando nos acerquemos a los barcos más grandes.

La mecánica del juego consiste en unas 100 misiones diferentes cuyos objetivos se centrarán en acabar con cierto número de enemigos o la forma en que hacemos esto. De esta manera iremos desbloqueando partes de nuestros aviones o Rausers, que se divide en arma, cuerpo y motor, dando lugar a 125 combinaciones diferentes, según aseguran sus creadores.

A medida que tenemos más y más piezas con las que experimentar, la jugabilidad se hace más interesante. El nivel de reto de este juego es verdaderamente alto, ya que sus controles suponen algo inusual en el género. En 'Luftrausers' nuestro avión estará afectado notablemente por las fuerzas de la gravedad y la inercia. Tanto es así que dependiendo del tipo de piezas que montemos nos resultará más fácil o más complicado girar, acelerar o disparar.

Atento a las físicas

Teniendo en cuenta que podemos encender el motor o apagarlo en cualquier momento, debemos jugar con la capacidad de maniobrabilidad del aparato para sortear obstáculos y perseguir enemigos, intentando no caer al mar. Esto será un reto importante en los primeros minutos de juego, pero debemos acostumbrarnos, ya que la tónica será esta durante toda la experiencia jugable. Y son cosas como estas las que lo hacen tan divertido. El hecho de tener que preocuparse por algo más que disparar y esquivar las balas del enemigo es lo que le da esa clave crucial para hacerlo un juego tan adictivo.

Con las variadas combinaciones que tenemos disponibles podremos viajar a toda velocidad y escapar de los enemigos en un instante, a costa de menor blindaje, o por otro lado, tener un motor potente que cargue con un fuselaje pesado, convirtiéndonos en una diana con alas. Pero todo ello también se puede ver compensado por las numerosas armas de que disponemos. Que van desde balas clásicas con diferente cadencia de tiro o calibre hasta misiles tele-dirigidos, pasando por rayos láser que barren todo el escenario. Cualquier opción es válida, y es que los retos de las misiones varían en función de las piezas que elegimos, haciendo la oferta mucho más variada.

En cuanto a la estética, 'Luftrausers' cuenta con una paleta de colores que nos recuerda a los tonos sepia de fotografía. Con unos marrones, amarillos y rosados muy suaves que sin duda le confieren al título una personalidad muy especial. El cielo y el mar son del mismo color, pero divididos por una fina línea blanca. A medida que nos acercamos al agua podemos ver el reflejo de todo lo que ocurre en el aire y el de las nubes, que en los puntos más altos supondrán el límite de altura del juego. En cuanto a los lados, podemos movernos cuanto queramos. Al fin y al cabo, casi siempre nos veremos rodeados de enemigos.

Una retirada a tiempo es una victoria

El juego cuenta con salud regenerativa, por lo que cuando nos dañen solo tendremos que esperar unos segundos para recuperarnos. La pega es que no podemos hacer esto mientras disparamos, por lo que en ciertas ocasiones habrá que escapar de la acción y evitar el combate. Lo vistoso de esta situación es que, mientras en los shooters actuales con este sistema de salud, la pantalla se suele volver roja a medida que nos hieren, aquí lo que ocurre es que la gama de colores se hace más pálida y se cierra en un círculo en torno a nosotros. De esta forma curiosa sabremos cuanta vida nos queda.

En cuanto a la música señalamos que la banda sonora está compuesta por el grupo Kozilek, que goza de prestigio en el panorama electrónico y cuyos temas le dan al juego el toque perfecto para unir esa jugabilidad frenética y su estética tan especial.

Conclusiones

Hay que decir, como cierre, que el juego no es nada sencillo. Básicamente moriremos miles de veces intentando completar objetivos y probar piezas nuevas. Y precisamente eso nos hará seguir enganchados a él hora tras hora. Sin embargo, los que no logren interesarse por el juego en los primeros veinte minutos, probablemente no serán atrapados por el juego, ya que su mecánica y su dificultad no cambiarán, al igual que sus objetivos que obviamente son repetitivos desde el minuto uno. Para todos los demás, esta es una propuesta más que recomendable.