El 16 de Junio 2012 | 22:42
¿Es posible escuchar el silencio? Esta pregunta lleva planteándose infinidad de siglos, pero su respuesta sigue siendo un misterio (o mejor dicho, un cúmulo de razonamientos filosóficos que cada sujeto prefiere argumentar de acuerdo a sus posturas). De lo que no cabe duda es que ese silencio puede ir acompañado por el susurro de los árboles, el eco de los animales, el crujir del seco pasto que pasa bajo tus pies. Elementos sonoros que rompen la armonía y el ambiente de tensión creado. Esto es 'Limbo'. Bienvenidos.
Y que vengan del más allá
El limbo, ese lugar situado entre el mundo de los vivos y el de los muertos. Un mundo donde las almas deambulan de un lado para otro sin una dirección concreta. De repente, un niño despierta en un paraje donde "no hay color", donde todo lo que le rodea está en blanco y negro, con tonos sepias y con cierta neblina. ¿Es esto el limbo? Pues PlayDead Studios, creadores del juego, es lo que pretenden.
En este título la complejidad visual brilla por su ausencia: no hay interfaz, los escenarios son pobres y poco detallados, y el protagonista es una mota de polvo negro a los ojos del usuario. Estas características que pueden parecer un aspecto negativo son, sin embargo, su mejor carta de presentación. Con un estilo scroll 2D, 'Limbo' resalta por su simpleza artística y sonora, que se apoya en esa sensación embriagadora de temor y miedo hacia lo desconocido. ¿A quién no le da terror explorar un vasto territorio cubierto de árboles y extrañas criaturas?
En 'Limbo' no puedes esperar indicadores o consejos para ver dónde hay que ir, aquí la intuición es la clave para sobrevivir. Eso y la reiteración, una y otra vez, de los puzles donde pierdes la vida. Y sí, son difíciles, hasta el punto de que más de uno provoca que entren ganas de dejar el juego. Pero ahí está la gracia: se puede uno rendir y dejarlo de lado, o bien se puede continuar hasta conseguir la solución.
Tampoco existen armas o herramientas para solventar los problemas. El protagonista salta, corre e interactúa con objetos. Ya está. Si en la lejanía se ven innumerables enemigos toca pensar qué se va a hacer. Si no se hace tampoco pasa nada: se muere y se empieza de nuevo hasta que se use la cabeza, al fin y al cabo es la tónica del juego (la repetición del acto crea un hábito).
Y también provoca sustos. Más allá de la sensación claustrofóbica de ir andando por angostos escenarios, el título de PlayDead se caracteriza por encontrar un peligro donde menos se espera uno. Trampas que descuartizan al protagonista y que no se han visto previamente; lagos sin demasiada profundidad donde se ahoga nuestro escuálido personaje; o arañas gigantes que hay que combatir de manera ingeniosa. Peligros que acechan en cada esquina y que hay que prevenir.
La única pega de 'Limbo' es que es muy corto. En una tarde se ventila toda la historia, aunque gran culpa de esto la tiene la adicción que profesa su ambientación. Además, también se podrían haber explotado otros puntos, como una mayor interacción con el sombrío escenario que rodea al jugador. No obstante, y a pesar de ello, 'Limbo' es una fantástica odisea que va directa a la capacidad sensorial del usuario. No se debe buscar un porqué a recorrer esos laberintos, simplemente hay que dejarse llevar, colocarse unos cascos y mimetizarse con el entorno. Sólo así se podrá escuchar el silencio.
Lo mejor:
Todo: su ambientación, la complejidad de los puzles, su apartado estético, la sensación de angustia en determinados casos…
Lo peor:
Es muy corto. Explotar más las variables en cuanto al apartado jugable.