Todo tiene que evolucionar, hasta lo que parece más simple es capaz de dar un poco más de sí, y los juegos de baile son un claro ejemplo. Todo comenzó con una sencilla alfombrilla con cuatro flechas para seguir unos sencillos pasos en la pantalla. Había nacido 'Dancing Stage'.
Pero llegó Wii, y con ella la "simulación" de una pista de baile no podía ceñirse a mover los pies en cuatro direcciones. El Wiimote cambiaba las reglas del juego y 'Just Dance' lo demostró. Los diferentes sensores de la consola y mando permitían seguir los pasos de una coreografía completa con un diseño muy característico.
La creación de Kinect y Move metió a dos sujetos más en la fórmula, que ya había dado muy buenos frutos en tiendas. Surgió la competencia en forma de 'Dance Central' y 'Dancestar Party'. Ubisoft no se podía dejar ganar. Era el momento de colonizar otras tierras.
'Just Dance 3' mantiene la misma premisa que las dos anteriores entregas, que no es otra que pasarlo estupendamente bien intentando copiar los pasos del juego mientras sudas un poco y el resto se ríen tanto de ti como contigo. Y quizás Kinect es la mejor manera de disfrutarlo.
El periférico de Microsoft permite movernos con total libertad sin más accesorios, lo que hace más divertido bailar por el salón. El inconveniente, ya no sólo de Kinect, sino de este tipo de juegos, es que debemos tener un gran espacio para jugar. No sólo por comodidad, sino también para que nos capte bien y no tengamos que escuchar avisos constantemente.
Valorar el esfuerzo
Una incógnita de juegos como 'Just Dance 3' es cuánto son capaces de rastrearnos, en qué basan la puntuación. 'Just Dance 3' no nos lo explicará, y excepto la gente con mal perder, tampoco importa. Cuando nos demos cuenta estaremos riéndonos a carcajadas sin importar quién haya ganado.
Pero es un aliciente igual que valoren el esfuerzo de dar vueltas y tirarnos por el suelo. Así, regresan las valoraciones típicas de la franquicia y le suman los puntos de "Mojo" o estado de ánimo, que se irán acumulando tras cada baile y nos darán más rutinas o listas de reproducción, tanto para el juego normal como para el Sweat Mode de ejercicio puro, un punto a favor para las partidas en solitario.
A un aumento de la calidad de gráficos, sin mucha pretensión pero con varios efectos más pulidos aprovechando el poder de Xbox 360, se le suma una lista de canciones con auténticos temazos que suplirán el hecho de que obviamente en 30 temas haya mucho relleno (más si nos dedicamos a comprar nuevas canciones online). Un juego de baile actual no puede permitirse no tener 'Barbra Streissand' o 'Party Rock Anthem', y ahí están.
Las coreografías son mucho más fáciles que por ejemplo 'Dance Central', pero también las convierten en algo más divertido, más fiestero. Movimientos relativamente fáciles para hacer el indio, incluso hay canciones como una basada en los 'Power Rangers' o 'Let's go to the mall' de la serie 'Como conocí a vuestra madre' que está diseñadas para esos menesteres. Vuelven las coreografías para parejas y cuartetos, bailables con cualquier número de personas, pero se disfrutarán más al completo.
Coreógrafo profesional
El menú es el gran problema del juego al no ser ni rápido ni intuitivo. Todavía es pronto para pedirle a Kinect precisión para que no tardemos una eternidad solamente en escoger la canción que queramos. En contraposición, la función exclusiva de Xbox 360 de crear coreografías es más un bonus track que algo a tener en cuenta, pero termina por ser algo gracioso, más aún si dejamos a un amigo intentar emular nuestros propios pasos.
'Just Dance 3' es una evolución lógica de la franquicia con más ritmo. La adaptación a Kinect está muy conseguida, pero queda la sensación de que se podría conseguir algo más. Igualmente, ya sea para hacer un poco de ejercicio o porque nos guste el baile (o no), cumple su cometido con creces. Como party game que es, ofrecerá ratos muy graciosos alrededor del televisor aunque perdamos toda dignidad. Aunque la dignidad siempre ha estado muy sobrevalorada.