El 11 de Octubre 2013 | 12:45
Parecía imposible que la serie Inazuma Eleven acabase llegando a occidente hace años, cuando su componente de juego de rol japonés unido al fútbol parecía una idea emasiado loca como para aventurarse a sacarlo fuera de Japón. Fue gracias a que Arait Multimedia vio que la serie de animación tenía potencial y se empezaron a emitir los capítulos de la serie en abierto cuando luego Nintendo vio que a lso niños les estaba gustando el fenómeno 'Inazuma Eleven' y empezaron a traer los juegos con un enorme desfase entre Japón y occidente. Así pues, Nintendo DS empezó a recibir los juegos de 'Inazuma Eleven' en sus últimos meses de vida, y ahora le toca el turno de recibirlos a Nintendo 3DS para tratar de revitalizar sus ventas.
Antes de nada, cabe decir que la versión que tenemos de 'Inazuma Eleven 3: Rayo Celeste' no es más que una parte de un recopilatorio que en Japón tenía las tres partes de la primera saga de 'Inazuma Eleven', la que cubre los eventos de Mamoru Endo, conocido como Mark Evans en su versión inetrnacional. Es por eso por lo que realmente estamos jugando a un juego de Nintendo DS en todos los aspectos técnicos y se va a notar cuando hablemos de ellos. Otro punto a destacar es que la diferencia con 'Inazuma Eleven 3: Fuego Explosivo' es el de una historia anexa a la principal, con lo que no debería haber problemas por si alguien quiere un jugador en concreto.
La historia principal sigue estando protagonizada por Mark Evans, el entusiasta portero jugador del equipo de fútbol instituto Raimon, que tras ganar campeonatos regionales y a nivel nacional, ahora le toca ganar el título mundial. Como es de esperar, habrá partidos contra equipos que parecen imposibles propios de las series de animación de una temporada de veinticuatro episodios. No es una trama que sorprenda por su metodología ni por su originalidad, pero es lo bastante adecuada para un juego del estilo y pensada cómo no, para los niños, con el mensaje de lo importante que es la amistad y jugar al fútbol. Sin embargo, un problema que le notamos a la historia, es que limita el libre desarrollo del juego, con lo que en partidos importantes, en vez de usar nuestro equipo de ensueño, tenemos que usar jugadores predeterminados que nos pueden estropear una estrategia que ya teníamos pensada.
¿De verdad es para niños?
Level-5 insite en que el juego está pensado para los no tan pequeños de la casa, más o menos el mismo publico al que se supone que va destinada la serie 'Pokémon', de los siete a los catorce años. Pero conforme vamos jugando, vemos que es un juego demasiado complicado para ese espectro de edad.
Dicho de una forma directa, se trata de un juego de rol en el que controlamos a once personajes contra once personajes camuflado como juego de fútbol para los más pequeños. No negamos que sea una buena idea, es más, tiene mucho potencial si a eso le sumamos las posibilidades de personalizar un equipo al más puro estilo 'Pokémon'. Y eso nos promete muchas horas de diversión si añadimos que usa funciones de StreetPass para poder enfrentarnos a todo tipo de equipos.
Sin embargo, un problema que le vemos a la hora de personalizar equipos es que como dijimos, muchos personajes principales están condicionados por la historia y para poder superarla, habrá que entrenarlos duramente en pachangas y contra otros equipos. Esto condiciona enormemente el desarrollo de los jugadores ajenos a la historia principal, con lo que habrá que esperar a terminar el juego para poder entrenarlos libremente y sin ataduras y allí es cuando el juego mostrará todo su potencial. Y es que no hay nada más reconfortante que jugar con tu equipo de ensueño contra los mejores equipos del mundo, aunque sea en un modo fuera de la historia.
Los partidos se controlan únicamente con la pantalla táctil de la consola, y con eso indicamos a los jugadores a dónde se tienen que ir, qué técnicas utilizar, a dónde chutar... En los partidos más pequeños resulta relativamente cómodo y fácil, pero ya jugando contra otros equipos es bastante incómodo el tener que estar pendiente de los diez jugadores de nuestro equipo y los otros diez del otro. No solamente por las posiciones, sino porque cada uno cuenta con sus estadísticas, equipamiento y habilidades y muchas veces nos olvidamos quien tiene esa habilidad que siempre hace que marquen gol y quien solamente tiene técnicas para esquivar a sus rivales. Ahí radica el principal problema que tiene este 'Inazuma Eleven' para los niños: es muy complicado y tiene demasiados elementos de los que estar pendiente, y hasta un adulto se siente abrumado por todos los parámetros. Llegamos a pensar más de una vez que el juego tiene una dificultad injusta y hay veces que usa las normas a su favor y los pitidos de las faltas brillan por su casi absoluta ausencia.
Como cualquier juego de rol que se precie, necesita algo de exploración por el mundo y así es. Lamentablemente, la historia en sí no te hace explorar y tienes que hacerlo tú solo llegado a un punto de la historia. Además, el explorar el país por tu cuenta sin seguir la historia es casi testimonial y sirve para poco más que conseguir más jugadores no relacionados con la historia, algunos objetos que posiblemente te olvidarás de que tienes y no usarás en partidos, y la liga de partidos amistosos.
Pero si superamos estos fallos, aunque sea algo difícil, podemos ver que el juego tiene un enorme potencial como producto para jóvenes coleccionistas y jugadores entregados, tal y como hace 'Pokémon'. Quizás no tiene una legión de seguidores tan fuerte como la serie de 'Nintendo', pero no quita que sea divertido encontrar a alguien mediante StreetPass y ganar a su equipo de ensueño.
De Nintendo 3DS a Nintendo 3DS
Cuando dijimos que se trata de un juego de Nintendo DS pasado a Nintendo 3DS, lo decimos porque es algo que se ve a simple vista. Los gráficos y sprites que usa son sencillos, pero son los más adecuados y es difícil pensar en algo mejor, pero que al menos no usen la técnica de espejarlos cuando un personaje mira hacia otra dirección, algo que se nota con personajes con un diseño que no es simétrico.
Los sprites los podemos salvar, pero los modelados son ya otra cosa más seria, y es que los jugadores son unos cuantos cuerpos que actúan de molde y plantilla a los que les cambian la cabeza según el jugador y le repiten las animaciones. No es algo en sí malo, pero podría estar más trabajado. Luego, está el tema del efecto 3D, y es algo que solo se nota en las animaciones de los personajes, pero su efecto es tan disimulado que apenas hay diferencia entre jugar con el efecto activado o no.
Por lo menos el sonido cumple, y las melodía sencillas y agradables encajan a la perfección con cada mapa del juego y las de los partidos son bastante pegadizas y acertadas. Mención especial requiere el doblaje, el mismo que el de la serie de televisión distribuida por Arait Multimedia. Es algo que se agradece mucho, pero chirría que algunos jugadores que no deben haber superado la mayoría de edad tengan una voz propia de alguien de veinte años, o que dos jugadores tengan casi la misma voz.
Conclusiones
Nos cuesta mucho creer que 'Inazuma Eleven 3: Rayo Celeste' sea un juego pensado con los niños en mente. El principal problema que tenemos es el de su control en unos partidos, no decimos caóticos, pero sí complicados y con demasiados elementos que tener en cuenta hasta para un adulto versado en los RPGs. Además, en muchas ocasiones parece que ni el propio juego respeta sus propias normas y nos lo pone difícil y abusivo en los partidos con más gente.
Hay que hacer un gran esfuerzo por dejar pasar por alto los problemas que da, y detrás de esos fallos, vemos un juego que se defiende por sí mismo y podría haber dado para más. No es malo, y la idea es buena, pero la ejecución no termina de convencernos del todo si no estamos dispuestos a darle tiempo y paciencia.
No es un juego de 3DS propiamente dicho, pero entendemos las razones por las que han decidido traernos esta versión: dar catálogo a una consola poco antes de la campaña navideña y aprovechar la función de StreetPass de la consola para potenciar el juego entre jugadores, y por esto no nos vamos a quejar porque lo consideramos idóneo para ser un juego de este estilo.
Lo mejor:
Tiene mucho contenido que conseguir. El concepto es bien original y puede dar lugar a mucha variedad de situaciones y una larga duración.
Lo peor:
Técnicamente mejorable a nivel gráfico. Los partidos son una mezcla entre casi incontrolables, aleatoriedad y una máquina abusona hasta que te acostumbras al estilo. La historia es muy infantil.