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ASES DEL CIELO

'IL-2 Sturmovik: Battle of Stalingrad', experiencia muy realista con campaña muy arcade

1C Game Studios regresan con una nueva entrega de este potente simulador de vuelo de la Segunda Guerra Mundial.

Por Sergio Castaño 9 de Diciembre 2014 | 23:00

El estudio 1C vuelve a la carga con una nueva entrega de su simulador aéreo de la Segunda Guerra Mundial. En esta ocasión 'IL-2 Sturmovik: Battle of Stalingrad', que como su nombre indudablemente indica se centra en la sangrienta batalla de Stalingrado, que durante 5 meses de conflicto contó con más de un millón de bajas para los rusos y ochocientas mil aproximadamente para los nazis, con varios miles de aviones derribados durante misiones de patrulla, transporte, e intercepción.

Con un escenario como este, que ha dado lugar a películas memorables y también a algunas de las partes más emocionantes de algunos de los shooters ambientados en la Segunda Guerra Mundial, uno se espera que los desarrolladores tomen todo el poderío narrativo para crear un punto de interés y de unión entre la experiencia jugable y la realidad histórica detrás de todo esto. Nada más lejos. Este juego es un simulador de vuelo, de eso no nos cabe duda, pero se preocupa poco por cualquier intento de ligar con la realidad y dar al título un toque de realismo que los mayores fans del género habrían agradecido.

Nada más entrar en el juego encontramos tedioso el hecho de tener que registrarnos en el propio sistema de cuentas del estudio cada vez que queremos acceder al juego. Una vez hecho esto tenemos ante nosotros todas las opciones jugables, que pasamos a detallaros a continuación.

Campaña muy libre, quizás demasiado

Por su puesto empezamos con la campaña. Esta se divide en cinco actos o capítulos, introducidos por un pequeño vídeo que nos da algunos detalles sobre la batalla de Stalingrado. Una vez hecho esto, tenemos ante nosotros el mapa completo de la región, mostrando las líneas del frente de cada ejército, así como sus bases principales. Sin duda la parte que despunta en la campaña del juego es su planteamiento en campaña. Desde el mapa podremos elegir aeródromos, si bien es un primer momento no hay más opciones que una. Pero a medida que avanzamos tendremos más bases desde las que empezar, e incluso según avanzamos en la campaña serán de ambos bandos las opciones disponibles.

Podemos jugar tantas misiones como queramos, ya que el sistema nos genera misiones aleatorias cuando seleccionamos un aeródromo. así escogemos el lugar de despegue, el tipo de avión y sus armas y municiones y después el tipo de objetivos y el juego crea una zona y una serie de enemigos aleatorios para nosotros. Mediante este sistema podemos jugar tantas veces como queramos por capítulo, y cuando alcanzamos un determinado número de misiones superadas se desbloquea el siguiente capítulo de la campaña. Pero nada nos impide quedarnos jugando más misiones del actual capítulo en el que nos encontremos. De esta forma podemos ganar tanta experiencia como queramos antes de avanzar.

Hay que progresar para ganar mejoras

Las misiones nos dan experiencia por completarlas satisfactoriamente, siendo la cantidad de experiencia mayor cuanto más difícil es el cometido. Con esta experiencia desbloqueamos armas, municiones o tipos de camuflaje para los diferentes aviones del juego, un total de 5 por bando. Las misiones que fallamos no se pueden repetir, simplemente nos dan cero experiencia y nos devuelven al mapa de campaña para probar suerte con otra misión, por lo que fallar en realidad no tiene repercusión alguna.

El problema con este sistema de campaña es que, por un lado nos da libertad para jugar lo que queramos, pero por otro es enormemente arcade. Seleccionar misiones aleatorias sin ningún valor narrativo o para la campaña de la guerra. Jugar casi únicamente para ganar experiencia, que de hecho es el otro punto negativo del juego. Algo que le quita el poco realismo que se le haya dado desde un principio al planteamiento del juego.

Después tenemos las misiones rápidas, que están todas desbloqueadas desde un primer momento. Pero el planteamiento es el mismo que en la campaña, si bien estas se centran en combates aéreos y no misiones de ataque a tierra. Cada uno de los iconos que aparecen en pantalla representa un tipo de combate, con más o menos aviones en cada bando. Seleccionamos una, escogemos el tipo de avión y nos lanzamos al ataque.

Nos medimos contra otros pilotos

Después tenemos el modo multijugador, para el cual nos sirven los puntos de experiencia que nos desbloquean aviones y armas. Aquí podemos ver servidores de hasta 32 jugadores, es decir, 16 personas por bando. Decimos personas y no pilotos, ya que existe la posibilidad de volar en el puesto de artillero de los bombarderos, una opción que puede llegar a ser gratificante cuando salvamos las alas a nuestro avión y el piloto hace un gran trabajo bombardeando la base enemiga. Pero la verdadera lucha está con los cazas, y aquí no encontramos matchmaking de ningún tipo, así que tendremos que enfrentarnos a completos novatos o a expertos absolutos.

Sin duda el juego donde sí despunta es en su realismo de controles y opciones. Podemos seleccionar el tipo de HUD, los elementos indicativos que aparecen en pantalla e incluso si queremos ver los consejos y ayudas. Con todas estas opciones podemos hacer que el juego casi nos lleve de la mano o que suponga un realismo atroz sin indicativos de ningún tipo, teniendo que pilotar y combatir a ojo, como en la vida real.

En cuanto a los controles, olvidaos de probar suerte con teclado y ratón, es sencillamente imposible, dado que el juego no reconoce ningún tipo de sensibilidad y hacer un giro a la derecha implica que el avión girará eternamente si no compensamos al otro lado, con un sistema del todo indescifrable. Pero esa no era su intención. El juego está pensado y trabajado para jugar con una combinación de joystick imprescindible y algunas teclas del teclado para cambiar opciones, abrir o cerrar flaps y tren de aterrizaje, recargar el arma, cambiar de posición si estamos en un bombardero, y un largo etcétera.

Apartado técnico

Si nos centramos en su tecnología, el juego ofrece un apartado visual más que bueno. Los detalles de los aviones resultan muy satisfactorios y ver el interior mientras pilotamos, con sus tripulantes y sus consolas por todas partes, da un gran realismo en este sentido. Hemos llegado a controlar el artillero del morro de un bombardero en pleno combate, girando la cabeza hacia atrás para ver al piloto (jugador real en multijugador) viéndoselas complicadas para maniobrar el aparato y deshacerse de unos cazas enemigos muy insistentes. Detalles como este sí consiguen que uno se sumerja en el juego de lleno.

El apartado sonoro exige mucho, y es que la guerra tiene siempre toda una sinfonía de sonidos que requieren de gran realismo para transmitir emoción al jugador. Y cuando se trata de aviones, concretamente aviones antiguos, el sonido del motor, de las palas, el giro de las ametralladoras, la munición siendo despedida o cambiada cuando se acaba cada ristra de balas, las compuertas de las ruedas o de la bodega de las bombas, los virajes arriesgados, estrellarse contra el suelo o pasar rozando el ala de un avión enemigo. Todo esto necesita un mimo especial para que el jugador se sienta dentro de la acción, y en términos generales el juego lo consigue muy bien. Acompañado siempre por una música que si bien no está muy presente, es realmente un punto positivo, ya que es mejor jugar sin música de fondo y escuchar los sonidos del avión en exclusiva.

Conclusiones

En resumen 'IL-2 Sturmovik: Battle of Stalingrad' no es un juego que se preocupe por la realidad histórica de su propio nombre. Las condecoraciones y ascensos que conseguimos no son realistas y el sistema de misiones aleatorias y la experiencia le restan aún más en este sentido. Pero por contra estas opciones añaden jugabilidad, libertad y muchas horas de juego, lo que de algún modo compensa. El multijugador no está muy concurrido, por lo que se disfruta poco, pero cuando encontramos población en un servidor podemos tener los combates más encarnizados y la experiencia más fiel de este género. Debemos ser honestos y decir que muchos aspectos del juego le restan valor, ya no solo dentro del género sino para la saga en sí, pero también hay que reconocer que no es un juego para todo el mundo y que los fans pueden encontrar aquí un buen desahogo y horas de diversión.