El Agente 47 vuelve una vez más a la palestra para darnos una verdadera lección de profesionalidad en el arte de los asesinatos. Con sigilo, disfraces y multitud de objetos punzantes o contundentes nos abriremos paso a lo largo de una importante misión en la que la propia agencia nos persigue para recuperar a una valiosa niña que les arrebatamos al comenzar la aventura.
Todo se pondrá en nuestra contra en esta aventura en la que 47 camina solo frente al mundo tratando de cumplir una promesa que le hace a Diana en su lecho de muerte. Proteger a Victoria es lo único que intentaremos hacer ahora, y no solo la ICA se pondrá en nuestro camino, sino también un poderoso y excéntrico tejano que pone a todos sus matones contra nosotros.
Importante salto tecnológico
El trabajo que ha hecho IO Interactive con el motor gráfico Glacier 2 se dejará ver en todo su esplendor y es que, aún en consolas, el apartado visual del juego es muy sólido y nos sorprende no solo con buenas texturas, sino con escenarios coloridos llenos de elementos decorativos y gran riqueza plagados de vida y movimiento, no demasiado grandes eso sí, pero realmente asombrosos.
Sin duda la gran atracción del juego es su campaña. Con una narración bastante más importante que en otras entregas, plantea ciertas mejoras y ciertas desventajas. Lo bueno es que, como decimos, la historia es más interesante, trabajada, con mayor trasfondo. Nos ofrece algo que desentrañar, conocer sus entresijos y desear saber cómo va a acabar. Lo malo es que debido a esta historia, los escenarios sufren modificaciones respecto a otros capítulos de la saga. En vez de tener inmensos espacios abiertos donde movernos libremente y pasar horas estudiando el terreno, vemos mapas algo lineales que se dividen en secciones o partes. De los 20 capítulos que estructuran el juego, desgranamos unas cincuenta partes que actúan a modo de pequeñas misiones, con objetivos muy concretos y poco espacio par movernos.
Como decimos, esto se debe a que hay una historia que debe avanzar, ciertos datos que tenemos que conocer y unos objetivos muy estructurados por cumplir. En lugar de realizar simples misiones en teatros, barcos, mansiones o manicomios, nos llevan a pequeñas plazas concurridas de Chinatown, orfanatos o pueblecitos. No se puede decir que los mapas sean pequeños realmente, pero sí nos lo parecerán comparados con el resto de títulos de la saga.
Experimenta, diviértete, explora y mata
Una vez criticado esto, hay que decir que sobre el terreno lo único que puede hacer uno es disfrutar. Cientos de "armas" improvisadas, decenas de formas de completar las misiones, múltiples disfraces y varios caminos para llegar al final. Eso es lo que plantea el juego. Si bien es cierto que no siempre habrá que matar a alguien, y en algunas misiones solo hay que ir del punto A al punto B con alguna que otra tarea adicional, encontramos siempre algo con lo que entretenernos.
El juego, además, apuesta por el coleccionismo de objetos, el cumplimiento de desafíos y el reto personal que nosotros mismos nos planteamos. Esto se ve potenciado sobre todo si jugamos conectados a internet, de forma que podremos ver en todo momento la puntuación de la comunidad en cada nivel. Con esto podremos estudiar la forma de recorrer los escenarios pensando cómo podemos conseguir más puntos. Y es que el juego es muy exigente en este aspecto. Si bien en otros juegos veíamos una mera aproximación con rangos que hacían referencia a nuestra violencia o nuestro sigilo, aquí el mero hecho de matar a un guardia o incluso a un civil será severamente castigado con puntos negativos. Completar los objetivos, y sobre todo hacerlo de formas originales contrarrestará ese balance de forma positiva.
Si preferimos no dejarnos llevar por esta clase de aspecto, podemos ver que se abre ante nosotros un gran abanico. Podemos cumplir las misiones de formas muy variadas, a pesar de que estas se muestren muy encorsetadas. De hecho, por primera vez es verdaderamente posible y viable acabar un escenario a tiros, ya que el Agente 47 experimenta una gran mejora en sus habilidades como tirador, algo lógico dada su profesión.
47 no se queda sin recursos
Aparte de arrojar cualquier arma puntiaguda al enemigo, puede distraer con varias tretas, como lanzar objetos o interactuar con elementos especiales del decorado. Las armas de fuego se utilizan con mucha más soltura y podemos cambiar el punto de vista de un hombro a otro para afrontar mejor acciones como girar a través de una puerta o encarar un nuevo pasillo. Además entra en juego el popular sistema de coberturas para los juegos en tercera persona, que será en esta ocasión de gran utilidad. Es más, será imposible terminar la mayoría de escenarios sigilosamente si no nos cubrimos contra paredes o mobiliario.
Con el uso del instinto, algo que a muchos disgustará, podemos ver a través de cualquier superficie a las personas que haya cerca. Resaltados en amarillo los que no son objetivos y en rojo los que debemos matar. Con esta extraña mejora que rompe los esquemas de lo que siempre ha pretendido ser un juego más o menos realista, podemos usar el "super-poder" como si de Adam Jensen, de 'Deus Ex: Human Revolution', se tratase. También podemos usarlo para apuntar a los enemigos y ejecutarlos en un instante con una cámara en tiempo bala similar a lo visto en el excelente 'Splinter Cell: Conviction'. Además, si las personas que vemos se están desplazando podremos ver un rastro llameante que revela su trayectoria futura. Por último, y probablemente sea lo más útil y necesario, esta el uso que damos del instinto a la tarea de pasar desapercibidos.
Los disfraces ahora son cosa seria
IO Interactive ha querido poner las cosas difíciles al jugador. Y lo que antes era ponerse un disfraz y pasar desapercibido siempre y cuando actuáramos de forma normal, ahora implica que todo aquel que lleve un traje como el nuestro podrá reconocernos en apenas unos segundos se permanecemos a la vista. Muchas veces basta con darles la espalda, otras veces ni siquiera eso será suficiente, pero con el instinto 47 se tapa la cara en un gesto de "yo solo pasaba por aquí, deje de mirarme" que desconcierta. Esta barra de Instinto se rellena con acciones especiales como matar o dejar inconsciente, esconder cuerpos o cumplir objetivos. Y como decimos el juego prácticamente nos obliga a hacer uso de ella. De modo que los que se muestren indignados con esta "mejora" tendrán que lidiar con ella les guste o no.
En cuanto a las habilidades de 47, no solo dispara con mayor acierto y se esconde en cualquier saliente. También puede ejecutar a un enemigo con sus propias manos, o dejarle inconsciente si así lo desea. Todo mediante un sencillo sistema de machacar un botón durante el tiempo suficiente. Por otro lado, el cable de fibra vuelve a hacer su aparición y con él la posibilidad de estrangular al instante. Gracias a los muchos sitios donde podemos esconder los cadáveres, será relativamente sencillo limpiar la zona sin dejar rastro. Ya que los escenarios no son especialmente grandes, y siempre hay gente paseando de aquí para allá será de mucha utilidad ocultar nuestros pasos convenientemente para no echar a perder la misión.
Un reto a la altura de los mejores
Los modos de dificultad, aparte de los desafios y coleccionables, suman puntos a la jugabilidad. Es recomendable para los menos expertos comenzar en los modos fácil o normal. Si hemos jugado a esta clase de juegos o a capítulos anteriores de la saga podemos atrevernos con difícil o incluso experto si realmente nos vemos capaces. Pero el gran desafío es el modo Purista. Si bien en los anteriores la IA nos ayuda de vez en cuando y los checkpoints se encuentran en el escenario con mayor o menor frecuencia, el modo purista no tendrá piedad. No solo nos impide guardar durante la misión, obligando a reiniciarla si fallamos. Cualquier tipo de ayuda, consejo o incluso la interfaz desaparecerán por completo. Dado el gran reto que plantean estos modos más exigentes, el juego apuesta por empezar flojo, familiarizarse con los escenarios y las posibilidades de completarlos para después rejugarlo todo en una dificultad más alta y buscando acabar cada nivel de la forma más interesante y original posible.
Dejando a un lado la jugabilidad, nos quedan los apartados técnicos. Como hemos dicho el motor Glacier 2 hace un gran trabajo, sin llegar a ser impecable. Es uno de los juegos más vistosos y mejor presentado gráficamente en lo que llevamos de año, aunque no alcanza cotas inusitadas. El modelado de 47 está realizado con mil y un detalles. Su expresión facial, su traje, sus armas y sus movimientos nos dejan un primer plano realmente cuidado. Los personajes secundarios son más que aceptables, rozando el nivel del protagonista, y los personajes meramente ornamentales adolecen de un menor trabajo, pero el conjunto global no falla en ningún momento, dando un aspecto muy rico y variado que goza de vida y color.
Al haber optado por pequeñas secciones de juego en larga sucesión, en vez de grandes espacios y de número escaso, los desarrolladores pueden jugar más con el entorno. Todo tipo de decoraciones, brillos, luces y sombras, efectos como fuegos artificiales, lluvias o lámparas de neón. La variedad está patente en el juego, llevándonos a toda clase de ambientes que podrán gustarnos más o menos, pero no se podrá negar que todos ellos son un refuerzo positivo para la vista.
Solidez técnica y gráfica
Además técnicamente el juego funciona muy bien. En consolas el juego no sufre por mostrar cientos de personas en una misma plaza o hacerlas correr a todas despavoridas si nos liamos a tiros. Además, al margen de algún que otro bug o fallo con las físicas el mundo funciona bien y se relaciona con nosotros perfectamente. Habrá, como suele ser común, cierta lacra en la Inteligencia Artificial. No siempre los NPCs actuarán como deseamos, o como cabría esperar. Esto nos causará algún que otro disgusto sobre todo si tenemos que cargar la partida por ello. Pero por lo general la experiencia será satisfactoria a medida que nos movemos por el juego.
En el apartado musical el juego tiene una gran música que altera el ritmo si nos vemos en peligro y suaviza el tempo si estamos escondidos tratando que no nos vean. Cuando alcancemos puntos clave de la aventura o veamos escenas cinemáticas de gran tensión escucharemos fuertes notas que nos pondrán en tensión y añadirán ese toque que nos levanta los pelos de emoción al juntar este apartado sonoro con todo lo demás.
Por último tenemos el modo Contratos que no deja de ser un curioso añadido al juego principal. Entrando en cualquiera de los escenarios del mapa iniciamos nuestro propio contrato. Marcamos hasta 3 objetivos y según como acabemos con ellos se quedarán estipulados los términos que el resto de jugadores deberán cumplir. Si matamos a un vestidos de policías así será como se deba hacer para obtener la mayor puntuación, Si matamos solo con una llave inglesa, el uso de otra arma penalizará la calificación final. Después de hacer esto, cualquiera que se conecte a internet podrá acceder a nuestro contrato y de igual modo nosotros podemos ponernos a prueba con los que hayan diseñado los demás. Este es el modo perfecto de ver quienes son los mejores asesinos de toda la red.
Acepta el reto, merece la pena
Si nos gustan los juegos en los que hay que ser paciente, estudiar los movimientos del enemigo y esperar el momento preciso para golpear, sin duda este es nuestro juego. Como hemos comentado, se puede recurrir a las armas de fuego con más facilidad y mejor resultado que en otras entregas, pero sigue sin ser recomendable. Lo más interesante, divertido y desafiante es ser capaces de convertirnos en auténticos camaleones, en depredadores invisibles que no dejan nada visible a su paso a excepción de un objetivo muerto y poco más. elegir el arma correcta, el momento precisa y el lugar adecuado es todo un arte que está al alcance de muy pocos, de aquellos que gocen de enorme paciencia, sobre todo cuando hablamos de los tres últimos niveles de dificultad.
Si somos personas más agitadas y nos gusta la buena acción habrá que prepararse. Los enemigos no nos lo pondrán fácil. La munición escaseará con facilidad si no nos movemos y la salud bajará con facilidad. Habrá puntos donde curarnos pero serán escasos. Una vez más, a pesar de la gran variedad de armas de fuego, os recomendamos que probéis a pasar inadvertidos. Es aquí donde reside el verdadero valor del juego. De este modo encontraréis que 'Hitman: Absolution', a pesar de haber cambiado un poco sus bases, resulta un digno sucesor que nos dará varias decenas de horas de juego asombrándonos y atrapándonos en todo momento.