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Análisis 'Hatsune Miku: Project Mirai DX', una expresión de cariño y delicia audiovisual para 3DS

SEGA

Por Sergio Carlos González Sanz

El 4 de Septiembre 2015 | 18:11

SEGA se saca de la chistera un título que no debería faltar en las bibliotecas de aquellos que disfrutan con el género. No engaña a nadie y cumple con creces en su cometido. Ah, y suena de lujo.

Siempre he pensado que el género de la música donde se valora nuestra precisión y ritmo es algo que se vive y disfruta muchísimo mejor en un dispositivo portátil, así que con todavía 'Theatrhythm Final Fantasy' en la boca del estómago y antecedentes como 'Rhythm Heaven' o 'Elite Beat Agents' para las portátiles de Nintendo, cuando se anunció que SEGA traería a Occidente este 'Hatsune Miku: Project Mirai DX', hubo motivos para ilusionarse.

Y es que tras su paso por Japón, la saga 'Project Mirai' conjuga sus dos entregas para Nintendo 3DS y se juntan en una sola, con prácticamente todo el contenido de los mencionados y una serie de detalles que lo alejan de ser una experiencia, digamos, arcade, sino que apuesta por la profundidad, con elementos que ahora comprobaremos si encajan del todo y una idiosincrasia que lo hace un producto único.

Desprendiendo buenas ideas desde el principio

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Hatsune Miku es un icono en Japón, una figura que vende por sí sola todo tipo de merchandising y que ha sido víctima de todo tipo de imitaciones y plagios; tiene algo que gusta prácticamente a todo el mundo y la música que incorpora, tan japonesa, son motivos más que suficientes para que cojas unos buenos cascos y le des una oportunidad. No creo que sea necesario llegar al final para decir que, si estás dudando entre echarlo o no el guante, deja de pensar, porque 'Hatsune Miku: Project Mirai DX' merece mucho la pena.

Creo que nunca he jugado a una obra rítmica como Ouendan, pero he de reconocer que 'Hatsune Miku: Project Diva F' me encandiló en PlayStation Vita. Con esas premisas, no pensaba que este título fuese a hacer tan bien su trabajo, hasta el punto de convencer en lo audiovisual con una calidad que abruma, y es que si hay algo por lo que será recordada esta entrega es por su afán por el detalle.

Cuando empezamos la partida aparecemos en un apartamento que previamente habremos seleccionado; hay diferentes configuraciones, y a partir de ahí habrá que ir ahorrando dinero para comprar nuevos productos en la tienda, cambiar de ropa al personaje que hayamos elegido como protagonsita, etc. A donde quiero llegar es que el gameplay puro no acaparará un icono enorme, diciendo de forma implícita que es a lo que quiere que juegues y te olvides de estúpidas adiciones para engordar una nota de prensa, sino que sirven, añaden correctamente más al cartucho.

Mucho más que el gameplay convencional

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Me ha encantado que pulsando un botón en pantalla salgamos al mapa de una ciudad y podamos dirigirnos al estudio, el centro comercial y otros emplazamientos con diferentes funciones que preferimos descubráis por vosotros mismos, ya que no es cuestión de desvelar adiciones en forma de minijuego que, sinceramente, ni mucho menos esperaba.

La posibilidad de crear nuestras propias canciones utilizando un piano, violín, trompeta, flauta, música en 8 bits o con voz abre un abanico enorme de posibilidades, que más tarde podremos compartir con los usuarios de Nintendo 3DS que utilicen StreetPass y tengan el juego comprado. Es todo muy intuitivo, sencillo y con resultados que no quedan nada mal; las opciones para crear temas que lleguen a asemejarse a los ya incluidos en el título son muy reducidas, pero seguro que hay quienes consigan sacarle partido a esta opción y se diviertan sobremanera no solamente jugando sino creando. Ya sabes, música sintetizada, chiptune, VOCALOID...

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Hasta tal punto llega la personalización que podremos cambiar el tamaño de los paneles de la interfaz, el diseño, color, pose de nuestra protagonista... Es tremendo, y aunque insisto en que esto ni favorece ni afecta negativamente a la experiencia jugable, demuestra hasta qué punto se ha tomado con cariño al juego.

Porque al fin y al cabo poco podemos decir de la jugabilidad convencional; tenemos 48 temas completos, algunos ya conocidos y otros totalmente nuevos en la saga, pudiendo elegir entre "Touch Mode" (Modo Táctil) "Button Mode" (Modo Botón), cada uno con sus respectivos niveles de dificultad y personalización para hacer la partida lo más ajustada posible a las preferencias de cada usuario.

Decisiones acertadas

Siento decir que, una vez más, la dificultad no está bien regulada, siendo el modo fácil extremadamente sencillo y el difícil muy complicado si no estamos familiarizados con estas mecánicas. Pero tranquilo, que si ya sabes de qué va esto vas a pasarlo en grande, porque no hay ningún tipo de tutorial y se da todo por sentado; tú decides si quieres usar los objetos de apoyo o si quieres tocar una y otra vez el mismo tema hasta conseguir la ansiada puntuación S+, donde todas las notas habrán sido tocadas "Cool" (sí, está completamente en inglés, pero no es algo precisamente negativo, ya que no hay ningún tipo de argumento).

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Donde verdaderamente marca la diferencia 'Hatsune Miku: Project Mirai DX' es en su apartado audiovisual. Me explico. Dando por hecho que todo lo que respecta al sonido debe estar a un nivel excelente, sorprende que el apartado técnico sea así de brillante. Ojo, esto es una Nintendo 3DS, pero haber optado por modelados chibi ha sido la mejor de las decisiones; no hay dientes de sierra, aliasing o texturas mal modeladas. Es un auténtico goce poder tocar las canciones fijándonos en la pantalla superior -donde aparecerá el recorrido de las notas- y disfrutar al mismo tiempo de un concierto con su parafernalia de bailes y movimientos. El efecto 3D, sin ser excesivo, es muy profundo, por lo que la sensación de inmersión es máximo si estás con los auriculares puestos.

¿En qué se traduce todo esto? Simplemente que empieces a jugar y cuando quieras darte cuenta sean las tantas de la noche. La revista Famitsu creyó conveniente catalogarlo de excelente, con 9/9/9/9 (36/40). No creo que sea para tanto, pero espero que entendáis a raíz del análisis que todo lo que quiere ofrecernos lo hace a las mil maravillas, sin engañar a nadie, sin querer ir más allá de lo que Nintendo 3DS puede ofrecer.

Un producto que sabe a quién quiere llegar

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Con el paso de las horas puede que te canses una vez hayas tocado los 48 temas, entonces te plantearás sacar el cartucho de la máquina y buscar otro, lo cual no es óbice para que tiempo más tarde vuelvas a darle una oportunidad en un viaje en transporte público, por ejemplo. Su accesibilidad, sencillez en la interfaz y rapidez para ponerse al mando (aunque los tiempos de carga sean tediosos...) como en la duración de los temas -no superarán prácticamente nunca los 4 minutos-, hacen de este producto ideal para llevar siempre encima.

Esto es 'Hatsune Miku', con sus mecánicas, canciones y estilo; si no te gustaba la saga, aquí no vas a ver motivos para cambiar de opinión, pero si por el contrario disfrutaste de las últimas incursiones de la misma en otras plataformas, creo que tu portátil estereoscópica se merece reproducir este título, que llegará con 19 cartas de Realidad Aumentada en su versión física, la cual se pondrá a la venta el próximo 11 de septiembre.

Va a pasar desapercibido, es evidente; no cuenta con una base instalada de usuarios excesivamente elevada, pero qué importa, ¿verdad? Creednos, vais a disfrutar mucho del título de SEGA, porque transmite cariño y no hace más que aportar positivismo con su alegría y estilo, sin pasarse con el fanservice y siendo respetuosa tanto con el usuario como consigo misma, algo que en muchos títulos procedentes del país del Sol Naciente olvidan.

8,0

Lo mejor:

-Cantidad y variedad de temas. -Modos adicionales. -Posibilidades de personalización. -Sensación de inmersión gracias al efecto 3D y su usas auriculares.

Lo peor:

-Muy enfocado al público acérrimo, poco accesible para el resto. -Tiempos de carga excesivos.

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