El 20 de Diciembre 2010 | 19:20
Muchas veces la espera merece la pena, por muchos retrasos e inconvenientes que encuentre un proyecto. Con 'Gran Turismo 5' sabemos ya desde que vemos el vídeo inicial que no nos encontramos ante un juego de conducción cualquiera, sino al que podría ser el juego de conducción definitivo.
Introducir el Blu-ray en nuestra PS3 genera una emoción difícilmente describible, hemos esperado mucho, hemos visto mucho y hemos oído hablar mucho. Y ahora es nuestro turno de coger el Sixaxis y pisar el acelerador. Pongámonos en la línea de salida y... ¡adelante!
Calentando motores
Nada más comenzar el juego tendremos la opción, primero, de actualizarlo (Polyphony se está poniendo las pilas para pulirlo al máximo); y además de copiar una gran, GRAN, cantidad de datos al disco duro con el fin de minimizar los tiempos de carga que, igualmente, son bastante pesados, aunque con razón, como veremos.
Una vez ya podemos comenzar a jugar comenzamos con un vídeo con los títulos de crédito con imágenes reales sobre la construcción de un coche, y después volvemos a abrir los ojos como platos como cada vez que aparecía un nuevo vídeo de imágenes del juego. No puede ser que los escenarios sean tan impresionantes...
El menú principal es muy sencillo, tenemos las opciones, el botón de guardar, y cuatro botones principales. Uno es 'GT TV', una especie de zona de extras en forma de canal a la carta con vídeos reales. Otro es el creador de circuitos, del que hablaremos luego. Y a la izquierda tenemos las dos funciones principales: Arcade y Modo GT.
A tu aire
El modo Arcade es igual que siempre, tenemos carreras individuales y por pantalla partida, competiciones contrarreloj y de derrapes. Primero probamos, para calentar, que hace mucho que no jugamos a un 'Gran Turismo', alguna que otra carrera individual. Primero escogemos escenario, separado por categorías diferenciando entre los ficticios, los reales, los ambientados en ciudades, los de condiciones extremas (tierra y nieve) y nuestros propios circuitos. No podemos empezar de otra manera que estrenando la pista de Madrid.
Pasamos a escoger coche. En el modo Arcade tenemos un gran número de coches para escoger, aunque la cifra de disponibles casi marea. Todos separados por marca, características y tipo (estándar, premium, especiales...). Los verdaderos amantes de la conducción han encontrado en este juego una verdadera alma gemela, con la mayor colección que uno pueda imaginar, y todos cuidados en detalle.
Eso sí, el sistema de daños es un poco simplón y desluce bastante, siendo lo único que realmente le aleja un poco de la palabra "real". Escogemos uno de los coches de Arcade y elegimos si queremos transmisión automática o manual, como siempre.
Tendremos tres modos de dificultad distintos. En el fácil, pensado para principiantes, te muestran cuál sería el itinerario perfecto para cada circuito, señalándote cuándo y cuánto tienes que frenar. Los novatos lo verán como un regalo divino, mientras que a los expertos les resultará algo insultante.
De paseo por la capital
Cuando comienza la carrera cuesta concentrarse en ganar, ya que el escenario, como en realidad todos los del juego, deja boquiabierto a cualquiera. Es la mayor maravilla vista en un juego de conducción. Las ciudades, las luces, los efectos del tiempo, todo es absolutamente impresionante, trabajado al máximo.
En el caso de Madrid está todo, y cuando digo todo, es todo. No sólo los edificios emblemáticos como el Metrópolis o la Puerta de Alcalá, si nos fijamos (aun a riesgo de acabar en una colisión múltiple) tenemos hasta las tiendas reales e incluso los ya famosos carteles de "Compro oro".
Con el resto de escenarios ocurre igual. Por ejemplo, ver los reflejos del sol y los coches en los carteles de Picadilly Circus del circuito de Londres hace pensar que nadie podrá superar esta calidad nunca. Las pistas nocturnas también resultan preciosas, con los efectos de las luces e incluso los reflejos de las señales frente a los faros.
Los escenarios extremos muestran una muy buena calidad en los efectos de la nieve o la lluvia, y merece la pena poner el modo de cámara del interior para sentirnos realmente perdidos al no ver nada por culpa de las inclemencias del tiempo.
La jugabilidad es bastante apurada. Sigue la estela de la saga, que continúa pecando de un poco complicada para principiantes, aunque esté juego no está pensado tampoco para ellos, por mucha ayuda que se ponga. Ya se dice, a veces cuesta sacarse más el carnet en 'Gran Turismo' que en la vida real...
El corazón de 'Gran Turismo'
El modo principal, Modo GT, es el verdadero centro del juego. Pasamos a un nuevo menú, que personalizamos al comenzar, en el que correremos en las competiciones de verdad e iremos aumentando nuestro garaje. Dividido en cuadrículas, tenemos los concesionarios, las salas online, los talleres...
Este modo se divide en dos opciones, A-Spec, en el que conducimos nosotros, y B-Spec, en el que hacemos de director de la escudería y ordenamos a nuestro piloto cómo tiene que comportarse a lo largo del circuito.
Este sistema es un poco limitado y resulta simplemente interesante ver cómo reacciona cada personalidad de nuestros pilotos, pero no deja de parecer más que un extra para fanáticos.
En A-Spec volvemos a dividir las competiciones por dificultad y por niveles, hasta que no alcanzamos un determinado nivel no podemos acceder a las siguientes carreras. En cada una se nos pedirán unos requisitos distintos, así que conviene que tengamos un garaje bastante variado.
Al principio dependeremos de los coches de segunda mano, que estarán disponibles también a medida que subamos de nivel, antes de entrar en los concesionarios de verdad. Cuando aumentamos el nivel, además de darnos dinero para comprar vehículos nuevos, abrimos "eventos especiales", que son tipos de carreras más específicos, como los karts (muy difíciles de controlar) o el NASCAR.
Siempre conectados
'Gran Turismo 5' está muy centrado en la capacidad de conexión de PS3, por eso ofrecen bastantes opciones en las salas online, donde podemos competir con otros 15 jugadores de cualquier parte. Si decidimos crear la sala, escogeremos número de corredores, escenario, condiciones, tipos de vehículo, y un largo etcétera que vuelve a demostrar el nivel de personalización que ofrece el juego.
Las posibilidades de mejora de los coches en el modo A-Spec es tan amplia que podremos pasarnos horas (si tenemos dinero suficiente) cacharreando en el mecánico. Obviamente no íbamos a estar esperando tanto tiempo un juego para que luego durara dos horas...
Un aspecto que falla bastante es el sonido. Aunque algo mejorados, los ruidos del coche siguen sonando demasiado artificiales. Y la música es el punto más negativo del juego. Repetitiva, sosa y monótona, a veces incluso termina por desquiciar. Es una suerte que mientras estamos compitiendo el ruido de los coches no nos deja oírlos.
Rutas limitadas
El modo de creación de circuitos es, de momento, excesivamente cerrado. No es un editor como tal, sino un generador de pistas. Escogemos una base (entre muy pocas) y el número de tramos que queremos, hasta 7. De cada tramo cambiamos los parámetros de dificultad, apertura de las curvas o anchura de la pista, pero poco más, el juego se encarga de todo lo demás.
Tras muchísimas horas de juego puede resultar útil si te has aprendido de memoria los demás circuitos (que son bastantes), pero como editor es bastante cerrado y no tiene mucho interés.
Llegando a la meta
Polyphony ha diseñado un juego que no es un juego, es una obra de arte. Los escenarios son, sin exagerar, posiblemente los más cuidados en detalle de todos los que he visto en un título de estas características. Son los que pueden darle el título de "real" a 'Gran Turismo 5' porque están tan bien hechos que deslumbran a cualquiera.
Lo mismo que los diseños de los coches, icnluso por dentro porque la vista interior es una pasada aunque totalmente inútil. Pero el sistema de desperfectos y una jugabilidad poco evolucionada lo alejan de su objetivo de simulador definitivo de conducción.
No se le puede negar que es el título más serio y más "profesional" del mercado, perfecto para fanáticos del mundillo. Pero puede ser que como videojuego no resulte tan adrenalínico como otros de su mismo género. De todas maneras, hasta que veamos un título que explote tanto la capacidad de PS3 y que demuestre todo el trabajo que lleva detrás, nos falta mucho más tiempo de espera.
Lo mejor:
Los escenarios y los efectos de luces y meteorología son insuperables. Nunca podremos probar todos los coches que tiene, una delicia para coleccionistas. Muchísimas posibilidades.
Lo peor:
Pocos cambios en la jugabilidad. El apartado sonoro es bastante patético. Bastante difícil para principiantes.