El 27 de Febrero 2012 | 11:01
'Final Fantasy XIII' inauguró un nuevo capítulo en la que es posiblemente la saga de rol más famosa de la historia de los videojuegos. El listón estaba tremendamente alto, y tras haberse despedido de PlayStation 2 con un prescindible 'Final Fantasy XII', muchos esperábamos que Square Enixechara la vista atrás y aprendieran de lo que les hizo intocables en el género RPG.
Nada más lejos, la aventura de Lightning demostró una calidad gráfica sin parangón, pero una historia tremendamente sosa y lineal. La sensación no fue ni mucho menos la esperada. Y por eso volvieron a hacer algo que es una rareza en la saga: una secuela directa. 'Final Fantasy XIII-2' es su segunda oportunidad, es evidente que no tendrán otra. ¿Han sido capaces de recuperarse? Por suerte, en gran medida lo han hecho.
Si podemos definir de alguna manera a esta nueva entrega para PlayStation 3 y Xbox 360 es "la otra cara de la moneda". Si en el número trece Lightning salvaba a su hermana Serah, en la segunda parte es la liberada la que sale en busca de su hermana, a la que todos creen que forma parte del cristal que mantiene el Nido en su sitio. No estará sola, un misterioso chico venido, dice él, del futuro, se encargará de su protección por orden expresa de su hermana, que se encuentra en Valhallah luchando a muerte.
Square Enix deja de lado los grandes elencos para centrarse en solamente dos personajes jugables, sin olvidarnos del pequeño Mogu, que recupera el brillo perdido de los Moguris. Este sistema hace que podamos organizar mejor el crecimiento de sus habilidades y las formaciones que llevaremos preparadas para la batalla. Serah es totalmente opuesta a su hermana, mucho más dulce y amigable, pero sabe luchar, hará todo lo posible por encontrar a Lightning. Noel es el típico personaje de 'Final Fantasy' lleno de misterio y clave en la trama, del que iremos conociendo su pasado, o futuro, poco a poco, como ocurrió con Tidus en 'Final Fantasy X'.
Maraña temporal
Si la linealidad fue el principal punto negativo del anterior videojuego, el estudio ha decidido hacerlo una locura llena de posibilidades y cambios. ¿La manera más fácil? Meter el tiempo de por medio. La trama dará vueltas a escenarios nuevos o ya conocidos pero cambiando la época y los acontecimientos, modificando el futuro, y el pasado. Consigue lo que no hizo el anterior, y es mantener el interés con una historia profunda pero relativamente fácil de seguir, aunque una vez llevemos varios portales abiertos no quede muy claro cuál es nuestro siguiente paso.
Como he mencionado, serán portales los que nos ayudarán a movernos por localizaciones y espacios cronológicos. Estos aparatos aparecen sin ninguna explicación, y también traen paradojas temporales en forma de objetos o criaturas que no deberían estar en esa época, acabando con ellas devolveremos el sentido al continuo espacio-tiempo. Es la trama principal, resolver el laberinto que nos lleve a Valhallah. Con artefactos los "encenderemos" y abriremos más línea temporal, una maraña de sitios y fechas, que de nuevo mantienen la idea radicalmente opuesta de la aventura de Lightning.
Los mapas son de nuevo más ricos en posibilidades que los pasillos eternos del anterior. Diseñados con detalle, tendremos mucho espacio que explorar y deberemos regresar a la mayoría más de una vez para encontrar zonas nuevas. Los hechos que hagamos en un sitio pueden afectar a otro en un tiempo anterior o posterior, así que podemos encontrar algún que otro cambio. En los escenarios se nota el trabajo siempre impecable en el aspecto visual, y sumado al Umbral de las Eras, punto de movimiento entre las localizaciones en el espacio y el tiempo, nos deja claro que, como siempre, tenemos muchas horas por delante, algo que agradecer siendo la moda actual que un juego sea más bien un suspiro. Eso sí, los tiempos de carga son un gran problema que repercutirá demasiado en el ritmo del juego.
Cria monstruos y aprovecha sus poderes
En los combates regresa el BTC, es decir, batallas en tiempo continuo. La barra se va llenando tanto para enemigos como para nosotros y atacaremos sin turnos, siendo normalmente una amalgama de luces y movimiento. Igual que en el anterior, 'Final Fantasy XIII-2' contará con menos opciones de ataque al desarrollar roles. La ofensiva pondrá las habilidades automáticamente, aunque las podremos elegir de forma manual. El cristarium nos servirá para mejorar nuestras posiciones de castigador (ataque físico), fulminador (ataque mágico), sanador, inspirador (apoyo), etcétera.
La gran novedad dentro de la batalla será la mesnada. En ella criaremos enemigos que habremos capturado previamente y los uniremos a nuestras formaciones de uno en uno. Evolucionan con un cristarium más pequeño y sirven como un buen apoyo si los tenemos en buena forma. Su ataque principal recuerda a los turnos de los eones de 'FF X', aunque sean menos potentes y espectaculares. Mientras que este sistema está pensado en su justa medida para no cruzar la línea de 'Pokémon', hay algo que rebaja la dificultad en la batalla, y es que cada vez que comencemos una estemos completamente curados. Le resta un factor de reto, y convierte a las pociones y muchos objetos en algo casi inservible, pero no es tan importante par ser un punto negativo. Quizás es más fácil en su mayor parte que otros juegos de la franquicia, pero podemos escoger niveles más complicados al inicio de la partida. Más sorprendente es la pérdida de los puntos de guardado y el utilizar guardado automático que podremos utilizar en cualquier momento. Como impera la actualidad.
El juego se completa con los típicos "extras" que tanto gustan a Square Enix, como son los QTE en ciertos combates, el lanzar a Mogu para que encuentre tesoros o el casino de Xanadú, un lugar lleno de juegos de azar para desestresarnos de tanto viaje temporal y donde podremos canjear fragmentos por habilidades o realizar carreras de chocobós. En un juego tan largo de vez en cuando merece la pena salir de la rutina. La sensación de inmersión en la trama nos la darán también las numerosas ocasiones en las que tendremos que elegir qué dice un personaje en cada momento, como si fuera una aventura gráfica.
Aunque la frase de "segundas partes nunca fueron buenas" suele ser por desgracia lo imperante, también en los videojuegos, en este caso nos encontramos ante otra excepción. 'FF XIII-2' mejora todo en lo que falló su predecesor, aunque lo haga quizás demasiado extremo, volviéndolo un poco caótico. Pero al menos es un título que, aunque largo, mantiene el interés por mucho que su banda sonora sea absolutamente infernal o que nos parezca que los vídeos son demasiado largos. La aventura de Serah y Noel recupera bastante el brillo de la saga, y definitivamente merece la pena darle una ganada segunda oportunidad.
Lo mejor:
Como siempre, la historia. El viajar en el tiempo, consigue eliminar la linealidad. La evolución de los personajes. La duración. La mesnada, muy fácil de acostumbrarse.
Lo peor:
La horrible banda sonora. Lo tedioso que puede resultar a veces con tanto vídeo y tiempos de carga. Lo caóticas que son las batallas. Le falta algo aún para ser como las entregas de antaño.