El 2 de Mayo 2017 | 17:31
La temporada 1 de 'Feud' ha llegado a su fin, y como es natural en las series de Ryan Murphy, nos despedimos de sus personajes para siempre. Las Bette Davis y Joan Crawford de Susan Sarandon y Jessica Lange nos han acompañado a lo largo de 8 semanas, y a los y las que hemos seguido fervientemente la serie, nos habían conquistado del todo. Para culminar una temporada tan interesante, el episodio final no deja indiferente a nadie. La vida de las dos grandes divas de Hollywood se resumen muy bien en esta hora de tristeza y desgracias.
Cuando comenzó 'Feud', que hemos podido ver en HBO, aparentaba ser un repaso al rodaje de '¿Qué fue de Baby Jane?', con las emblemáticas escenas made in Ryan Murphy de personas cercanas a Bette Davis y Joan Crawford contando los hechos en un programa de televisión, años después. Sin embargo, la sorpresa es que la historia del rodaje apenas ocupó tres episodios, porque si bien había resultado divertido, la historia profunda venía después. En el éxito de la película, en las expectativas para las actrices, en los premios Oscar, en los futuros proyectos de todos los miembros del equipo, en sueños frustrados, y en decadencia absoluta.
Susan y Jessica, un dúo que queremos volver a ver
Respecto a los personajes, verdaderamente no imaginamos a dos actrices que hubieran sido tan idóneas. Susan Sarandon deslumbró al comienzo de la temporada, y su interpretación de la directa, sarcástica y aparentemente segura de sí misma Bette Davis era sublime. Esa forma de hablar, los gestos... parecía que hubiera sido la misma Sarandon la protagonista de 'Eva al desnudo'. A medida que avanzaba la temporada de 'Feud', Jessica Lange, que no había dejado de cautivarnos con un papel que nos recordaba a personajes previos en la serie 'American Horror Story', fue ganando terreno y protagonismo en el desarrollo de las tramas. Sobre todo porque en el segundo rodaje juntas, 'Canción de cuna para un cadáver', parecía apreciarse un mayor fracaso por su parte al verse por debajo de Davis, que había conseguido un puesto de productora ejecutiva y estaba, también, más integrada con el resto del equipo.
Pero fue en el capítulo final cuando ambas mostraban trayectorias similares. La intro de la serie era larga, pero muy reveladora, con todas las imágenes de siluetas en las que se veía a ambas actrices representadas como títeres de los productores de Hollywood, y al final sólo se las veía llorar, una a cada lado de la pantalla. El título del episodio responde a una de las líneas más emblemáticas del guión de '¿Qué fue de Baby Jane?': "¿Quieres decir que durante todo este tiempo podíamos haber sido amigas?". Si Bette y Joan hubieran sido, efectivamente, amigas, hubieran encontrado una en la otra ese apoyo y comprensión que nadie podía darles, y que encontraban ligeramente cuando tenían una conversación sin disputas. Pero el mundo en el que vivían no les permitía ni eso, simplemente las arrojó a una competencia sin sentido y que no eran capaces de controlar. Al fin y al cabo, desde jóvenes habían entrado en una industria que las marcaba muy fuerte desde el principio.
El final más triste para unas vidas desgraciadas
El capítulo, en global, es tremendamente triste. Las dos actrices ven cómo sus vidas han llegado al fondo, todo porque cumplir años en Hollywood implicaba ser un cadáver, una vieja gloria que ya nadie quería. Pero ¿cómo iban a dejar de trabajar, aunque fuera en producciones de bajo presupuesto y bastante humillantes? O aparecer en un programa de televisión, como Bette, en el que te ridiculizaban pese a ser una de las actrices más respetadas en el pasado? Joan terminó en un pequeño apartamento alejada de todas las miradas, sola y aprendiendo a valerse por sí misma. En la serie al menos la Crawford de ficción volvió a tener a Mamacita al lado, aunque en la realidad no fue así. Suponemos que con sus hijas gemelas sí que tuvo ese afecto que hemos podido ver reflejado en el episodio, no siendo así con la hija mayor, que escribió el famoso libro Mummy Dearest, criticando duramente a su madre y que fue llevado a la gran pantalla. Pero hemos podido ver a una Joan más feliz y relajada, quizá porque iba afectándole, poco a poco, su enfermedad, un cáncer que incluso le hizo perder la lucidez. Por eso en este episodio, en sus últimos momentos, imaginaba estar rodeada de gente que le traía buenos y malos recuerdos, como la misma Davis, Jack Warner o la periodista Hedda. Hubiera sido un final precioso para las dos actrices rivales, pero no era más que pura fantasía.
Hablando de familias rotas, Davis tuvo siempre esa espina de una hija que la detestaba, B.D., que también hizo su propio libro. Su otra hija nació con discapacidad intelectual en un momento en el que no se sabía abordar bien esta situación, y no podía más que verla de vez en cuando y apenas oír palabras de su boca. En 'Feud' hemos visto cómo le afectaba la muerte de Crawford, de una manera más negativa que lo que parecía en la realidad, porque de ese momento se recuerda la famosa frase sarcástica de Davis "Mi madre dice que no se pueden decir cosas malas de los muertos. Ha muerto Joan Crawford. Bien".
¿Aprenderá la industria del cine algo de 'Feud'?
Hoy en día tenemos una admiración muy grande por las figuras de Joan Crawford y Bette Davis, y ver cómo se desperdició la oportunidad de seguir viéndolas en acción en papeles a su altura en aquel momento te hace pensar si no se está haciendo lo mismo actualmente. ¡Pero qué tonterías digo! ¡Claro que se hace! Y por eso no son pocas las actrices que reivindican que cuando cumples más de "taitantos" se te siga contratando, y no sólo para hacer de las madres de las actrices protagonistas, jóvenes y guapas, que recibirán el mismo trato en el futuro.
En España tenemos el honor de haber acogido la última aparición pública de Bette Davis. Fue en la 37 edición del Festival de San Sebastián, en 1989, pocas semanas antes de fallecer en Francia. Por aquel momento no tenía la repercusión de hoy en día, fue toda una sorpresa que la actriz, con una salud tan delicada y en un festival no tan conocido, se personara a recoger el premio al reconocimiento a su carrera.
Conlcusión
En global, la temporada de Bette y Joan en 'Feud' ha mantenido el tono de las series de Ryan Murphy. Sobre todo a nivel visual ha sido muy interesante, así como las interpretaciones de sus personajes, pues el protagonismo de Jessica Lange y Susan Sarandon no debe ensombrecer a Alfred Molina, Jackie Hoffman o Alison Wright, entre otros. La serie ha acudido a temas de gran relevancia social en el pasado y presente de la industria cinematográfica, que parece haber avanzado bien poco con el paso de los años, y ha recordado que las actrices más veteranas tienen mucho, o incluso más, que dar con toda su experiencia a las espaldas. La representación de la historia real ha sido muy ingeniosa, con constantes referencias más o menos explícitas, y además ha equilibrado los momentos de humor, más distendidos, y el drama, que ha alcanzado su mayor punto en este último capítulo.
Lo mejor:
-Nos ha enseñado historia del cine -La reivindicación de la mujer mayor en el cine -Susan Sarandon y Jessica Lange inmejorables
Lo peor:
-No todo el público puede estar interesado en este tipo de drama (peor para ellos)