La franquicia más querida de Ubisoft en los últimos años da una vuelta de tuerca a su propuesta para llevarnos a una época muchos años antes de Cristo, más salvaje y hostil que nunca. Lejos de ser un spin-off menor -en cuanto a tamaño- como lo fue 'Far Cry 3: Blood Dragon', 'Far Cry Primal' es una entrega grande con todas las de la ley, porque aunque no lleve un 5 detrás, hablamos de un triple A legítimo en todos los sentidos. No deja de ser sorprendente que la editora gala arriesgue con una licencia que es prácticamente garantía de éxito de crítica y comercal, algo que muchas veces se le niega a Ubisoft, pero es igualmente elogiable. Ahora bien, ¿sabe distinguirse lo suficiente 'Far Cry Primal' de las dos últimas -y brillantes- entregas? Y lo que es más o tan difícil... ¿mantiene el nivel?
Una época con implicaciones concretas
No hay muchos videojuegos ambientados en la Prehistoria, mucho menos en consolas -salvo 'ARK' desde hace poco en Xbox One-, y probablemente no seamos conscientes de lo que conllevaba ser un humano entonces. Esto no era otra cosa que sobrevivir: cazar para poder comer y vestir, recolectar todo tipo de hierbas para hacer medicinas caseras, y sobre todo, matar o ser matado. Todas estas cosas cobran todo el sentido del mundo en un entorno extremadamente hostil como el de 'Far Cry Primal', y el videojuego sabe transmitirlo perfectamente. No cazamos solo para mejorar nuestro equipo, y no matamos enemigos por capricho o por placer, sino porque es la única manera de ver salir el sol al día siguiente. En altos niveles de dificultad la muerte es una constante, porque prácticamente cualquier ser vivo -humano o animal- supone un serio peligro.
'Far Cry Primal' hace también énfasis en la adaptabilidad del hombre, haciendo necesario llevar ropa de invierno para adentrarnos en las frías montañas del norte, prender fuego a nuestro garrote por la noche para alumbrar el camino y mantener alejados a los depredadores... Son detalles muy buenos que afectan directamente a la jugabilidad y hacen muy creíble su mundo, abierto como siempre e igualmente enorme. La variedad de entornos de que presume la tierra de Oros es encomiable también, pasando de zonas esteparias a otras más verdes, ríos, valles, zonas nevadas, etc... Todas ellas con su flora y fauna específica a la que como decía, hay que adaptarse. Dificilmente podría haber sido mejor el trabajo en cuanto a ambientación.
La Prehistoria también implica que el aspecto argumental, obviamente, no es lo más destacado de 'Far Cry Primal', más bien todo lo contrario. No hay una historia de venganza concreta, ni villanos carismáticos -aunque esta vez son dos en lugar de uno- que soporten por sí mismos el peso de la historia, ni giros de guión, ni personajes complejos... Nada de eso, aquí nos vamos a encontrar tres tribus, dos de las cuales luchan por la supremacía -los caníbales Udam y los pirománticos Izila- y los Wenja, la tribu del protagonista -de nombre Takkar- que únicamente quiere encontrar su sitio en Oros y vivir tranquilamente. Esto, obviamente, es incompatible con la presencia de las tribus rivales, y es ahí donde surge el conflicto.
Aunque el argumento no esté a la altura, el diseño de los personajes contextualizado es genial. Si nos fijamos en los Wenja, veremos una tribu de la Edad de Piedra estándar, como cualquiera que hayamos podido ver en alguna película ambientada de época, pero en las otras dos se aprecian diferencias notables. Los Udam son caníbales, lo que les otorga un aspecto salvaje, temible, muchos de ellos con heridas de guerra -en especial su líder, Ull- y por supuesto, nada civilizados a la hora de combatir, aunque han sido capaces de utilizar una especie de niebla venenosa a su favor. Sin embargo los Izila parecen ser los más avanzados, conocidos por su uso y dominio del fuego y donde su líder no es un hombre de gran tamaño como en el caso de los Udam, sino una sacerdotisa de nombre Batari. Cada tribu tiene su idioma específico, ficticio -con subtítulos en castellano- dotando a 'Far Cry Primal' de aún más credibilidad.
Las herramientas de supervivencia antes del hierro
La madera y la piedra son los materiales principales para la fabricación de útiles, de una cantidad y variedad sorprendentes. Un arsenal compuesto de arco, lanza y garrote suponen unas limitaciones evidentes a la hora de combatir, porque para atacar a distancia -siempre la mejor opción- no es lo mismo disparar ráfagas de balas con un rifle automático que una flecha cada tres segundos. Esto hace que la acción sea radicalmente diferente a lo visto anteriormente en 'Far Cry', pero también lo hace más difícil. El sigilo siempre es la alternativa más a tener en cuenta, pero si las cosas se complican, no resulta nada sencillo salir airoso de la situación y muchas veces, de hecho, la mejor opción va a ser la huída.
Afortunadamente, hay pequeñas estrategias para llevar el combate a nuestro favor, como por ejemplo prender flechas para hacer arder varios enemigos al mismo tiempo, pero ni mucho menos disponemos de unas habilidades aptas para sentirnos poderosos frente a los numerosos enemigos que nos vamos a encontrar en ocasiones. Precísamente por eso siempre habría que intentar pasar desapercibido, con unas mecánicas que evidencian más que ninguna otra que estamos jugando a un 'Far Cry', ya que están todos los elementos clásicos: la señal que se torna blanca si estamos expuestos, ejecuciones enlazadas de dos enemigos, la posibilidad de romper las alarmas -en forma de cuernos-...
Sin embargo, Takkar no está solo en su aventura. 'Far Cry Primal' da la posibilidad de poner a su servicio a prácticamente todas las especies animales de Oros, cada una con sus características concretas. Comienza con solo un búho -útil para marcar enemigos- pero según avanzamos en el hilo del chamán, podemos acceder a animales más poderosos como lobos, leones, osos, los sorprendentes tejones y el temible y espectacular dientes de sable. Estas fieras no solo ayudan en combate, sino que mantienen a los otros depredadores alejados, lo que permite explorar Oros con más tranquilidad. Uno de mis mayores miedos respecto a este juego era que esta mecánica lo facilitara demasiado, que los animales lo hicieran todo mientras el jugador es un mero espectador: me alegro haberme equivocado porque en absoluto es así. Sin embargo, la mecánica de doma de animales sí podría haber sido más compleja, ya que simplemente lanzando un cebo, acercándonos sigilosamente al animal y manteniendo pulsado un botón, la bestia se pondrá de nuestro lado.
Pero hay que hablar de las misiones de caza de los animales más temibles de todo Oros, unos ejemplares excepcionales cuya captura obliga a planificar nuestras acciones, encontrar su rastro, colocar trampas y finalmente, entablar un enfrentamiento físico como si de un jefe final se tratara. Ni siquiera falta una barra de salud para el animal en los que son, sin duda, algunos de los mejores y más intensos momentos del juego.
A pesar de todo, un 'Far Cry'
Hay elementos que hacen que 'Far Cry Primal' sepa distinguirse de sus predecesores. Pero en cuanto a estructura de juego, misiones, eventos, etc... vemos reflejada perfectamente la esencia de la franquicia. A la hora de separar esta entrega de las dos anteriores, por ejemplo, tengo sentimientos encontrados. Por una parte, me es imposible recomendárselo a quien disfrutara los dos anteriores, porque es lo suficientemente diferente para que reniegue de este, pero por otra, me hubiera encantado que Ubisoft hubiera tirado la casa por la ventana, le hubiera quitado el 'Far Cry' al título -y también el 'Primal', ya que ya existe un juego con ese nombre- y hubiera creado algo totalmente nuevo. Probablemente haya faltado valor, y el estar encuadrado dentro de una franquicia querida le da a este videojuego un empaque que tal vez no habría tenido de otra manera, pero qué grande, de verdad, qué grande habría sido 'Far Cry Primal' si hubiera roto por completo con todo. Porque de hecho, ya es un muy buen juego.
ESTE ANÁLISIS SE HA REALIZADO EN BASE A LA VERSIÓN DE PS4