Análisis de 'Dynasty Warriors 8 Empires' para PS Vita, el musou estratégico

Es normal que cualquiera que no siga esta franquicia no tenga ni la menor idea de lo que va este 'Dynasty Warriors 8 Empires', ya que la política de Koei Tecmo es lanzar la correspondiente entrega numerada, la versión 'Extreme Legends' con un buen puñado de DLC ya incluídos y esta última. ¿Qué tiene de peculiar? Aunque sea una perogrullada, se trata de la más completa, pero no tanto por los añadidos en forma de personajes y armas, sino por ese sorprendente toque de estrategia tipo Risk prácticamente inseparable de la vertiente de acción. A pesar de tratarse en base de eso, el original más algunas novedades, estas son tantas que 'Dynasy Warriors 8 Empires' merece tratarse como un juego en sí mismo, donde no solo los fans de las batallas masivas clásicas del musou encontrarán su hueco, sino también los que gusten de crear estrategias o incluso traicionar a su señor e ir por libre.

Acción y estrategia a partes iguales e indivisibles

Se podría decir a grandes rasgos y sin profundizar demasiado que el objetivo en 'Dynasty Warriors 8 Empires' se trata de crear un imperio, pero sería algo tan simple... Elegir uno de los muchos personajes jugables y ponerse al servicio de algún poderoso señor feudal es solo el comienzo, porque tras el escenario mostrado en forma de mapa al estilo Risk, como ya mencioné antes, se esconden todo tipo de tramas de las que el jugador es tan protagonista como quiera, porque las posibilidades son enormes en este aspecto estratégico del juego.

Personalmente mi personaje servía a los Yellow Turbans, siendo poco menos que un mero lacayo, pero a medida que recogía méritos, se convirtió en uno de los ojitos derechos del líder. Estos méritos se recogen a base de completar desafíos en el campo de batalla, y sirven nada menos que para tener voz y voto durante los consejos de guerra que se convocan cada cierto tiempo. Durante estos, es posible situarse en contra de la decisión que tome el que manda, y hacerlo de varias maneras: empática, amenazante... La reacción del jefe puede ser diferente, y podrá cambiar de opinión o no, pero lo mejor es que si ignora nuestro punto de vista y lo hace de manera poco elegante, tal vez otras fuerzas llamen a nuestra puerta intentando reclutar nuestros servicios. No conviene contrariarlo porque sí, ya que la mayoría de opciones que toman suelen ser bastante razonables, como invadir ese pequeño territorio contiguo a nuestro recién creado imperio o defender ese que está en peligro, pero, ¿acaso no es tremendamente divertido rebelarse al poder?

La traición está a la orden del día. A medida que nos hacemos un nombre en el combate, los demás señores acudirán a nosotros intentando ganarno para su causa, propuestas que obviamente podremos aceptar o rechazar. ¿Seremos leales a nuestro señor a pesar de su último desplante? ¿Se la jugamos uniéndonos a su mayor enemigo? O incluso... ¿creamos nuestro propio imperio? Las posibilidades son sorprendentemente abundantes, y las tramas políticas solo son el principio.

Temporalmente, 'Dynasty Warriors 8 Empires' se distribuye en meses, en los cuales podremos hacer una buena cantidad de acciones como reclutar personal para nuestro propio ejercito -el nuestro, no el de nuestro señor-, construir edificios como academias militares o tiendas de objetos, vender recursos o, porqué no, descansar. Y todo esto mientras nos ocupamos de mantener contentos los territorios bajo nuestro poder. Todo esto, en definitiva, añade muchísima variedad a la clásica fórmula 'Warriors', algo que en un género como el musou es muy de agradecer y prácticamente necesario.

Una vez definida la hoja de ruta, hay que ponerla en práctica en el campo de batalla, donde las sorpresas van a ser menos para los fans, y es que ya sabemos lo que nos vamos a encontrar: combates contra centenares de enemigos clónicos y no demasiado listos -y menos mal, porque son unos cuantos- y mucho aporreo de botones, con la puntual aparición de algún que otro jefe. Podremos elegir entre una buena variedad de misiones como Invadir, Defender, Raid, o unirnos a una batalla ya existente, aunque el objetivo de todas ellas es básicamente el mismo: hacerse con el poder del campamento principal enemigo, controlar la mayoría de campamentos del terreno o bien eliminar al general rival.

Para deshacernos de las enormes masas de enemigos a los que nos vamos a enfrentar, el botón cuadrado es nuestro más fiel aliado, y es que la mayoría de las ocasiones es suficiente para dar cuenta de ellos, aunque no siempre. Afortunadamente, se han añadido algunos golpes especiales para momentos especialmente complicados o las llamadas Estratagemas, colocadas sabiamente en forma de cartas y manejables con la pantalla táctil de PS Vita, y que tienen un aporte más estratégico. Vienen en forma de curación, apoyo con catapultas... A veces uno está tan ensimismado dando rienda suelta a la espada que se olvida de lo necesarias que son.

Esta masividad se traduce en un apartado técnico justo, pero nada que debiera escandalizarnos a estas alturas. La aparición de enemigos de la nada es una constante, así como los vacíos escenarios -pero suficientemente variados-, aunque puede presumir de una tasa de frames bastante respetable a pesar de la cantidad de personajes en pantalla e incluso de cierta espectacularidad en algunos golpes especiales. Puede que este apartado sea algo que en una PlayStation 4 cante mucho, pero en una PS Vita está a buena altura.

El 'Warriors' más completo

Dándole una vuelta de tuerca al en ocasiones repetitivo género del musou, Omega Force consigue crear un videojuego más variado de lo que nos tienen acostumbrados, y es que el implementar ciertos toques de estrategia -también en 'Bladestorm Nightmare'- aporta la frescura y el descanso necesarios. Sin embargo, es imprescindible disfrutar ambas vertientes, accion y estrategia, para poder sacarle todo el partido a 'Dynasty Warriors 8 Empires', ya que tienen exáctamente la misma importancia durante el transcurso del juego. Es más, diría incluso que la parte estratégica es donde más destaca, ya que no solo se basa en la gestón de recursos, que también, sino en la relación entre comandantes y súbditos, y su imprevisible comportamiento. En la parte de acción es donde el progreso es escaso, pero claro, el fan del musou ya sabe de sobra lo que se va encontrar y es precísamente eso lo que le gusta...