El 6 de Diciembre 2012 | 11:14
Con 'Dragon Ball Z Kinect' de Namco Bandai nos encontramos ante una encrucijada y, no es otra que, vernos en la terrible e incomoda situación de, por una parte, amar con todas nuestras fuerzas LA serie con mayúsculas que nos hizo vibrar de jóvenes y, por la otra, odiar con más fuerza si cabe cada nuevo aberramiento en forma de juego que lastimosamente es muy común en nuestras consolas.
El mejor manga no se merece esto, hace falta una idea buena en forma de juego pero YA.
Parece que la tónica hoy día es, sacar un juego al año por beneficio económico basado en el éxito de la franquicia, más que el mero hecho de obsequiarnos con un buen juego. En los últimos años se ve claramente que a las compañías les interesa más el afán recaudatorio que la pasión de hacer felices a los innumerables fans y, esta formula caduca de, mejores gráficos y más personajes seleccionables a costa de la calidad del producto hacen mella en el publico, donde, como observareis a continuación, este análisis es en parte un razonamiento de ello aunque hay que decirlo, también tiene alguna cosa buena y digna de mención.
Todos sin discusión, comprendemos el alcance real de el mejor manga de todos los tiempos. Pocos o, mejor dicho, nadie, pone en duda que hubo un antes y un después en la afición otaku de nuestros días a nivel mundial desde la aparición de Goku y Cía. y por eso es incomprensible que a ninguna empresa dedicada al sector le de por sentarse y, de una vez por todas, sacar a la luz lo que todos deseamos... Un verdadero juego de Dragon Ball que se asemeje a la intensidad, emoción y diversión de la serie y, sobre todo, se haga justicia hacia ella con un juego que merezca la pena.
Pero no amig@s, parece ser que tendremos que esperar a una mejor ocasión, que es seguro llegará pronto según nos tienen acostumbrados la gente de Namco Bandai. Aún así, si queremos disfrutar de un juego bueno de este manga habrá que ser muy fan ya que, como comprobareis en este exhaustivo análisis, 'Dragon Ball Z Kinect' es un juego que solo disfrutarán de verdad con el en todos los sentidos los arriba nombrados. Vamos allá.
Jugabilidad
Como ya sabemos la exitosa compañia japonesa ha sido la encargada de realizar este trabajo al igual que casi todos los últimos y ha desembocado aunque duela decirlo en un despropósito de errores e incomodidades en cuanto a control.
La idea principal que nos viene a la cabeza es la libertad, que brilla por su ausencia. Escogemos a nuestro personaje/enemigo favorito y asistimos a una sensación estática y falta de movilidad increíble para las posibilidades que ofrece Kinect. No existe manera alguna de movernos por el escenario, simplemente, hemos de esperar a que el enemigo en cuestión avance hasta nosotros para después, lanzar puñetazos de una manera algo tosca. Los primeros combates son la leche, si pasamos esta peculiar rigidez por alto pero, claro, a la larga se vuelve repetitivo y eso repercute sobremanera en nuestro disfrute.
El sistema de magias no se queda atrás. Apenas disfrutemos de la emoción inicial al hacer nuestro primer Kamehameha, esas depositadas esperanzas de ataque se desvanecerán rápidamente. Copiando parte de los movimientos de sobra conocidos, generaremos nuestros movimientos favoritos de una manera incomoda pero que, como seguidores del manga hará que alarguemos el ratio de entretenimiento eligiendo a cada personaje y realizando con ilusión los, mínimo, 2 ataques especiales que cada uno posee.
En similar medida tenemos la evasión, que se limitara a simples movimientos de cabeza dando de por si, aún más irrealista experiencia de juego. Por no hablar de otros aspectos jugables igual de mal conseguidos, incrustando en nuestro cerebro la idea de nula experiencia con un resultado bastante pobre que, repito, a la larga solo satisfará a quienes adoran la serie.
En cuanto a opciones, el juego en sí nos ofrece lo normal en uno de la saga. Donde solo destacaremos las conocidas: Modo Historia y Modo Combate.
Así como peculiaridad nombrar el uso de los actuales códigos QR que servirán para desbloquear personajes y algún nuevo poder, cosa que junto al innovador sistema de lucha (aunque poco bien adaptado) son los mayores alicientes originales que ofrecerá este título.
Aspecto gráfico
Este aspecto del juego es correcto. Evitando los pasados Cell-shading, nos encontramos ante escenarios bien detallados y personajes conseguidos. El acabado es casi lo mejor del juego, por destacar algo, pero existe un fallo en cuanto a concepción del modo primera persona. Explicarlo de una manera que se entienda es algo difícil pero para que os hagáis una idea, no tendremos la sensación de ser el personaje y mirar desde sus ojos los combates, sino más bien, como si de un FPS raro se tratará, no tendremos la libertad que la primera persona en un videojuego precisa.
No ofrece el aliciente de sentirnos verdaderamente dentro del cuerpo de cualquiera de los personajes, es más, resulta algo raro gráficamente hablando. A diferencia de otros títulos donde la sensación esta muy conseguida, aquí, bien sea porque el aspecto de jugabilidad nos limita, o bien porque los detalles no están lo suficientemente cercanos a lo buscado, nos deja un regusto incomodo que solo las cinemáticas lo salvan.
Ese es el punto fuerte que obtenemos, unas escenas en cada ataque, combo o magia dignas de los mejores capítulos de la serie. En algunas de ellas los efectos especiales bien valen emplear tiempo en conseguirlas y, sobre todo, los ataques finales consiguen mínimamente, trasladarnos a la sensación de lo que pudo ser un gran juego.
Aspecto sonoro
Más normal imposible, van a lo seguro y claro, se nota. No es algo que se pueda destacar ni ofrece aspectos nuevos a la inmensa cantidad de títulos ya disfrutados, pero se le reconoce como siempre el esfuerzo en el doblaje que, en su versión japonesa, es una completa gozada.
Notable es el sonido en cuanto a combate se refiere. Las típicas escenas del anime cobraran vida con explosiones, destrozos y sonidos varios bien adaptados y que contribuyen algo a las cinematecas continuas.
Dificultad
Se podría resumir en pocas palabras, hasta que nosotros queramos. ¿Qué quiere decir esto? El sistema de combate, como antes mencionamos, es simple y fácil de aprender. Una vez lo dominemos, no supondrá mayor dificultad el llevarnos de calle la victoria, solo que al ser un juego adaptado a Kinect, las ganas de ir avanzando dependerán de lo vago que seamos aunque como no es uno de esos títulos que cansan muchísimo, le dedicaremos más horas en principio a terminarlo.
Mención aparte decir que cansa bastante a veces el soltar puñetazos para no quitar apenas un 10% de vida y, claro esta, eso hace ganar enteros a la posibilidad de jugar un par de combates y dejarlo de lado hasta la próxima ocasión. No consigue mantenernos pegados a la pantalla para obtener la victoria o nuevos personajes como lo hacían juegos anteriores y el aspecto de estar de pie jugando condiciona la partida de una manera increíble hacia su final.
Lo dicho, es un Dragon ball pero no ofrecerá mayor impedimento que el cansancio de nuestros brazos.
Conslusión
Hablando en primera persona (y nunca mejor dicho) y como fanático de Dragon Ball que soy este juego es, en parte, una completa decepción y una completa alegría que a continuación explicare pero que se puede resumir en que deja la sensación de un "quiero y no puedo".
Desde siempre, los juegos tienen la particularidad y dificultad de intentar plasmar con acierto la grandiosidad de sus épicos combates, la velocidad de los ataques efectuados, la majestuosidad de sentirnos por un momento Goku, Vegeta, Piccolo o Freezer y, porque no decirlo, hacernos creer parte principal de la historia y revivir los mejores episodios del manga desde la comodidad de nuestro salón, pero no sucede así casi nunca.
Namco Bandai en su día, nos ofreció la posibilidad de acercarnos a esos aspectos en algún juego del pasado pero en este, el cúmulo de sensaciones negativas es superior en parte al de positivas en tal magnitud que, aún siendo muy fan y queriendo a los personajes y a la serie con locura, es imposible sacar algún comentario muy positivo al respecto salvo los aciertos que antes nombramos.
La idea es de las mejores en estos últimos tiempos, en serio, pero deja la sensación de no cuajar por lo que esto debiera servir de reflexión, más que de crítica, a cualquier compañía que se aventure en un futuro a realizar un juego sobre nuestros queridos guerreros Z. Ha resultado ser un ejercicio de lo que NO debe hacerse en un juego sobre Dragon Ball, un cúmulo de errores que desde una primera toma de contacto, denotan el golpe que se va a dar la producción realizada para con los casual gamers que, aunque no sean los que levantan el mundillo, si son los que ponen en la piqueta el éxito de determinado título a base de comprarlo.
Esperemos por nuestro bien y por verdadero merecimiento, que el mañana nos depare una aventura real de lo que debe ser un juego basado en el universo creado por sensei Toriyama. No es difícil, simplemente hay que coger el anime y el manga, disfrutarlo, hacerlo algo tuyo y creer verdaderamente en que el producto debe ser algo similar al sentimiento que produce. Si las compañías tuvieran en cuenta los comentarios de los verdaderos fans, obtendríamos lo buscado por tantos años y que, parece ser, se quedo en los primeros juegos de la PSX, SNES, GBy NES.
Lo mejor:
La idea a grandes rasgos, era buena. La primera vez que haces un kamehameha te emocionas un poco.
Lo peor:
¿Hay que repetirlo? PESIMO control. La jugabilidad brilla por su ausencia. Combates repetitivos a más no poder.
Esa completa falta de libertad de movimientos.