LA BUENA CAPCOM

Análisis: 'Dragon's Dogma: Dark Arisen' para PS4, una remasterización con corazón

Análisis de la remasterización de 'Dragon's Dogma: Dark Arisen', la cual llega a PS4 y Xbox One para mejorar la experiencia de juego original.

Por Juan José Cintas Márquez 3 de Octubre 2017 | 18:40

Desde CAPCOM están viviendo una época dorada de lo más peculiar, puesto que lejos de apoyarse en nuevos proyectos o fórmulas que lleven a un éxito masivo lo cierto es que la compañía japonesa está exprimiendo sin pudor las posibilidades de las remasterizaciones. Con Resident Evil a la cabeza, hemos visto cómo títulos de la talla de Okami o Devil May Cry 4 también pasaban por el aro del lavado de texturas y rendimiento. Ahora, el turno le toca a una de las joyas más importantes de la anterior generación: 'Dragon's Dogma: Dark Arisen', un juego que ya acumula cinco años a sus espaldas pero es capaz de seguir ofreciendo mecánicas jugables basadas en la velocidad y la acción que se mantienen frescas hoy en día.

Mientras muchos aún esperamos con ganas la llegada de una verdadera secuela, esta remasterización nos permite disfrutar en PS4 y Xbox One de la misma experiencia que ya pudimos vivir en la anterior generación, aunque con un rendimiento mucho más satisfactorio.

Una joya de la generación pasada

'Dragon's Dogma' y su expansión 'Dark Arisen' llegaron en un momento donde la fantasía épica medieval recobraba fuerza y presencia en distintos medios, entre ellos los videojuegos. Gran parte de este mérito lo tienen series como 'Juego de Tronos', el manga 'Berserk' -que aún sigue ofreciéndonos nuevos capítulos pese a haber sido estrenado en los 80- y juegos como 'Dark Souls' o 'The Elder Scrolls V: Skyrim'. Sin embargo, la apuesta de CAPCOM, lejos de jugar a imitar o a aprovechar la fiebre, ponía el corazón y la pasión sobre la mesa para traernos una fantasía medieval cautivadora, rica en historias y leyendas, con una importante cantidad de bestias de diferentes tamaños, comportamiento variado, imponente presencia y cuidado diseño y animaciones.

Aprovechando los ciclos de día y de noche, así como la amplitud de su mapa -que quizás no sea tan inmenso como 'Skyrim' pero sí lo suficientemente grande como para ofrecer variedad de contenido y paisajes-, CAPCOM se permitió coquetear brevemente con otros géneros, como el survival horror e incluso los puzles. Nada más comenzar la partida podremos comprobar que si nos alejamos demasiado de Cassardis, nuestra aldea natal, comienzan nuestras dificultades para sobrevivir en Gransys. Las numerosas tareas que se nos encomienden tendrán una ruta de ida, sí, pero también de vuelta, y he ahí la magia del juego durante prácticamente toda la partida: toda gran recompensa conlleva importantes riesgos a correr, y dejar que anochezca cuando estamos regresando de una misión puede llevarnos rápidamente a la pantalla de Game Over.

A diferencia de otros juegos, en 'Dragon's Dogma: Dark Arisen' no hay sensación de vacío a la hora de recorrer largas distancias, pues siempre habrá enemigo o bestia esperándonos a cada pocos pasos, cada uno con su propia IA. Además, es necesario recorrer grandes tramos para entender, no solo el propio juego, sino también para poder apreciar y deleitarse con el maravilloso universo de fantasía que nos rodea. No os preocupéis amantes de los viajes rápidos, puesto que llegados a un punto de la historia será posible recorrer en un instante grandes distancias.

Una historia construida sobre leyendas

La historia toma como base a criaturas propias del lore de fantasía épica y medieval para construir un universo propio que gira en torno a la eterna historia de la lucha contra un Dragón. De hecho, nada más comenzar la partida se nos obligará a emprender un injusto combate contra esta gran bestia mitológica que, refiriéndose a nosotros como Arisen -el elegido-, no duda un instante en arrebatarnos literalmente el corazón a modo de garantía para que en el futuro volvamos a batirnos en duelo contra él.

Estamos ante una introducción que, si bien puede pecar de sencilla, se va enriqueciendo por sí misma conforme esta se va desarrollando a la vez que disfrutamos de la experiencia de juego. Por muy héroes que seamos veremos cómo la diferencia de clases y las supersticiones provocarán que no todos los habitantes de aquel mundo nos vean con buenos ojos por el simple hecho de haber nacido humildes. Estas desigualdades entre clases se ven claramente reflejadas en Gran Soren, la capital del reino, donde la clases bajas están apelotonadas en casuchas y callejuelas mientras que los privilegiados y la iglesia disfrutan de la protección de grandes murallas y mejores casas.

Héroe y bestia

Además de un juego de rol y acción, 'Dragon's Dogma: Dark Arisen' se apoya fuertemente en la aventura. Su salida mostró un título ambicioso, con todo tipo de opciones que van desde la personalización del sexo y apariencia del héroe hasta la elección de distintas clases que determinarán sus acciones y habilidades en el combate. Estos combates son ágiles, variados y muy divertidos, sobre todo cuando toque lidiar contra grandes bestias. Dado que cada una se comporta de manera distinta, nos veremos obligados en todo momento a adaptarnos.

Si bien 'Dragon's Dogma: Dark Arisen' carecía de un sistema de juego online puro, un par de apaños fueron más que suficientes para dar todavía más vida al juego. Además de un gran jefe común cuya barra de salud es compartida entre todos los jugadores, contamos con un sistema de peones realmente interesantes. Este peón no es sino un acompañante que es controlado por la IA y que aceptará encantado toda orden que le asignemos. Podremos llevar a nuestro lado un máximo de dos peones, uno creado por nosotros mismos -el cual también podremos "prestar" a otros jugadores online- y otro perteneciente a otro jugador. Estos peones acumulan experiencias en los combates y misiones ya superados, además de advertirnos de peligros y darnos algún que otro consejo.

Además de la experiencia original, que si se jugaba de manera concienzuda podía llevar a las 60 horas de juego, la expansión Dark Arisen añadía unas 30 horas adicionales y una dificultad aún más elevada gracias al nuevo mapa subterráneo a descubrir y a las nuevas y temibles bestias a batir.

Una remasterización que mejora la experiencia de juego

'Dragon's Dogma: Dark Arisen' era un juego avanzado para la época, y eso se notaba claramente en las limitaciones de rendimiento del juego tanto en PS3 como en Xbox 360. Hablamos de tasas de cuadros variables que muchas veces no llegaban a 30 fps, problemas de popping y hasta de tearing. Además, había grandes contrastes entre los diseños de bestias y monstruos, que por lo general eran muy cuidados y detallados, y las texturas de algunos paisajes o ropajes. En esta remasterización podemos apreciar animaciones mucho más fluidas que se mantienen gracias a unos 30 fps estables, texturas más elaboradas -aunque sigue habiendo alguna que otra borrosa, especialmente en planos cercanos- y mejores efectos de iluminación. También desaparecen muchos problemas de rendimiento que afeaban la experiencia de juego, y las sombras son más abundantes, así como mejor recreadas.

Es una lástima que CAPCOM no haya logrado alcanzar 60 fps con esta entrega, pero sí es cierto que para experiencias como la que ofrece 'Dragon's Dogma Dark Arisen' es preferible tener una tasa estable a una mayor pero variable. La experiencia original mejora gratamente, y si ya de por sí muchos combates eran toda una experiencia, ahora todo luce muchísimo mejor.

Conclusión

Quienes pudimos disfrutar de la experiencia original seguimos esperando como agua de mayo una secuela propiamente dicha, y espero que esta remasterización sea el primer paso para ello. 'Dragon's Dogma Dark Arisen' no busca más que ser una versión de envoltorio renovado para un caramelo que ya de por sí era sobresaliente, y cumple perfectamente con su función. Es por ello que probablemente sea altamente recomendable para quienes aún no hayan podido disfrutar de esta maravilla que nada tiene que envidiar a otros juegos de temática similar.