El 18 de Octubre 2011 | 18:55
Frank West está de vuelta. El héroe nacional regresa a nuestras pantallas, pero no precisamente en su mejor momento. Pero hablo de su fama, porque 'Dead Rising 2: Off the record' sigue manteniendo el tipo, por muchos zombies que se presenten.
Capcom pone a periodista en horas bajas. Ha perdido la fama conseguida, porque nada es para siempre, y tiene que recurrir a un reality de televisión que se graba en Fortune City. El programa consiste en meterse en un ring a pelear con zombies, otra vez, pero en esta ocasión controlados. Hasta que el reportero descubre una conspiración en la que está involucrado el grupo CURE. La cosa se desmadra cuando la epidemia zombie vuelve a expandirse por la zona.
Toca volver al trabajo. La idea del juego es la misma de siempre. Mundo abierto plagado, infestado de zombies. Tendremos que ir cumpliendo misiones principales que harán avanzar la historia y secundarias para salvar al mayor número de víctimas posible. Las primeras tendrán que cumplirse en horas determinadas de los tres días en los que tardará en llegar la ayuda militar.
Para ello dispondremos de un inmenso arsenal de pistolas, cuchillos y objetos contundentes, o un gran número de elementos del escenario que pueden ser utilizados, desde palos hasta vallas. Pero en un juego en el que el protagonista es un tipo gordo, medio calvo y con traje de mafioso sabemos que Capcom no pretende que pasemos miedo, sino que nos muramos de risa.
Ahí entran las "otras armas". En cualquier sala de mantenimiento podremos combinar objetos gracias a las recetas de las cartas combo y crear armas mucho más poderosas y absurdas. Desde una silla de ruedas con una batería que hace una "silla eléctrica" hasta un cortacésped con cuchillos para preparar una carnicería, la imaginación de los desarrolladores es desbordante, y eso hace muy variado el juego, invitándonos a una exploración mucho más exhaustiva para poder probar estas armas.
Si bien los zombies en sí, a pesar de ir "despertando" a medida que pasan las horas, no suponen ningún tipo de dificultad (es más, es otra de las gracias del juego ver cómo aumenta el número de asesinatos), hay otros humanos que han perdido el juicio a modo de jefes semi-finales, y que tienen una complicación desmesurada, lo que dificulta mucho el continuar con la aventura. Podemos cruzarnos con ellos demasiado pronto y directamente "cerrar" zonas de Fortune City por no poder acabar con ellos.
Hablando del resort, obviamente han querido aumentar la variedad con respecto a un centro comercial. Ahora tendremos vestíbulos de hoteles, muchas más tiendas, zonas abiertas, un mini-parque de atracciones y casinos que se convertirán en cajeros automáticos al poder hacernos ricos en las tragaperras rompiéndolas o jugando al lado de un zombie ludópata. Quizás demasiado fácil de llenar los bolsillos ya que cuando salimos de un recinto y volvemos a entrar todo se encuentra restablecido, así que si tenemos paciencia podemos ser todo lo ricos que queramos.
El escenario, aunque algo repetitivo en esencia, está lleno de detalles con minijuegos por todas partes, restaurantes en los que podemos reponer fuerzas (pero cuidado con la comida en mal estado que nos hará vomitar), tiendas de ropa donde buscar nuevos atuendos y muchas sorpresas más que aumentarán el interés por jugar al modo libre y explorar todo lo que queramos, o podamos mientras los no muertos nos persiguen.
Más entretenido en juego libre
Al ser de una jugabilidad tremendamente sencilla se hace un juego muy accesible tanto para veteranos como novatos en 'Dead Rising'. Los PP vuelven a tomar mucha importancia para ir subiendo de nivel, y también tendremos la cámara a nuestra disposición para sacar fotos de distintas temáticas y aumentar más rápido de nivel. No llega a tener el interés suficiente para que hagamos fotos muy a menudo, pero Frank West tiene que hacer su trabajo. Y no podemos olvidarnos del Zombrex, la inyección que hace que el protagonista no sucumba ante la infección y que deberá tomar cada 24 horas. Está muy cotizado, así que tendremos que ganarlo o comprarlo en las tiendas clandestinas por obscenas sumas de dinero.
El sistema online nos permitirá que en cualquier momento alguien llegue a ayudarnos o nosotros nos incluyamos en otra partida, que siempre podemos hacer privada si así lo deseamos. Una masacre entre amigos siempre será más divertida.
Pero diversión precisamente no nos faltará. Ya no sólo por el peculiar humor del título, sino también porque, en general, no será un título muy profundo ni con una historia que enganche en exceso, pero nos asegura que si de vez en cuando nos apetece terminar con unos cuantos zombies, es una manera muy buena de liberar tensiones. Con muchas misiones secundarias y armas por descubrir, el juego puede ser todo lo largo que queramos e invita a jugarlo de nuevo porque no pierde la frescura.
En la sombra tenemos el hecho de que no sea un alarde de gráficos y, como he dicho, una historia muy secundaria, pero es fantástico que Frank West esté de vuelta, y lucharemos junto a él contra los zombies las veces que haga falta.
Lo mejor:
Tremendamente divertido. Rejugable. Muchos secretos. Variedad (y gracia) de armas. Online.
Lo peor:
Historia poco interesante. Enemigos especiales demasiado difíciles. Poco interés de la cámara.