Techland nos sorprendía en 2011 con un juego de zombis muy fresco y divertido. Basado en una experiencia predominantemente cooperativa, con grandes escenarios abiertos a la exploración, una campaña larga y misiones secundarias a montones. Un juego con interesantes tintes RPG donde decidíamos cómo mejorar nuestro personaje en función de los puntos de experiencia que aplicásemos al árbol de progreso.
Todo ello nos dio un juego que, aunque no especialmente aclamado por la crítica, sí resulto bastante apreciado por el público medio. Por ese motivo, Deep Silver lanza a la venta una secuela directa, 'Dead Island: Riptide', con la que nos propone volver a esta aventura sin apenas cambios, para bien y para mal.
Más de lo mismo en una nueva isla
De este modo nos embarcamos en una nueva campaña que continúa justo donde lo dejamos en el juego anterior, con una breve introducción que nos resume lo vivido en el primer juego y nos plantea un escenario nuevo. En un barco en medio del mar con un oleaje tremendo comenzará nuestra aventura que esta vez nos da la posibilidad de jugar con un quinto personaje. A Logan, Purna, Sam B. y Xian se une John Morgan, otro superviviente inmune al virus y que cuenta con un pasado en el ejército australiano. El juego nos da la opción de cargar una partida del juego anterior, lo que nos permite empezar con cierta ventaja.
Después de elegir nuestro personaje empezaremos en el barco, donde veremos como el caos se desata y los zombis lo invaden todo. Así llegamos a la isla de Palanai, que será el nuevo mapa en el que se desarrollará todo.
Pronto nos damos cuenta de que el juego tiene numerosas similitudes con el primer título de la saga. Un menú con mapa, misiones y habilidades desplegadas en tres árboles (Supervivencia, Combate y Furia). Un inventario que va aumentando en capacidad a medida que avanzamos y subimos de nivel. Capacidad para llevar objetos activos como armas de todas clases o elementos para crear nuevas armas y herramientas.
Nos premian con algunos juguetes nuevos
Habrá algunas novedades como es el caso de ciertas armas que aumentan la amplia gama y darán más formas de enfrentarnos a los no-muertos. Guantes con cuchillas, pistolas de clavos y toda una gama de bombas nuevas con diferentes efectos entre otras cosas nos aportan esa pequeña fracción de novedad jugable dentro de un juego que bebe claramente de las fuentes de su antecesor.
Otras novedades que encontraremos en el juego será el menú de equipo, donde los demás personajes principales, así como todos los supervivientes que vamos encontrando por el mapa, aparecerán listados, con misiones siempre disponibles para nosotros y una amplia gama de suculentas recompensas que nos vendrán de perlas para sobrevivir en ese infierno al que hemos ido a parar.
Con todos estos elementos volvemos una vez más a este sistema de gestión en el que encontrar toda clase de chatarra nos podrá salvar la vida en más de una ocasión. Cuchillas, baterías, cinta adhesiva, alambre y demás objetos pueden ser cruciales para crear un arsenal digno del mayor cazador de zombis. Siempre será conveniente llevar equipadas tantas armas como podamos, elementos para fabricar otras nuevas en las clásicas mesas de herramientas y por su puesto una buena ristra de botiquines.
Cuida tu equipo, es tu pasaporte a la salvación
Con las armas descubrimos que la forma de matar a los enemigos no ha cambiado. La potencia de fuego de pistolas, escopetas fusiles y demás no es comparable a la fuerza bruta de las armas de mano como porras, cuchillos, hachas martillos o bates de baseball entre otros. Por supuesto, la gracia está en adosarles modificaciones como sierras circulares, alambre de espino o sopletes para aumentar el daño de las armas y dar efectos elementales como electricidad, calor o veneno. Podemos, una vez más, apuntar a zonas concretas buscando efectos como decapitar, desmembrar o simplemente triturar a nuestros enemigos de forma sádica.
El aguante de las armas es limitado, y habrá que buscar el equilibrio perfecto entre el daño que provocan por golpe, la fuerza con que repele a los zombis, y el tiempo que el arma seguirá sirviendo a su propósito antes de romperse. Pero reparar estas piezas tendrá un alto coste, igual que en el caso de mejorarlas o modificarlas. Sin embargo, el dinero no será solo empleado en esta tarea. Morir nos saldrá caro. Más a medida que subamos niveles y avancemos en la historia. Por tanto registrar cadáveres, mochilas, cestas o armarios seguirá estando a la orden del día en esta secuela.
En cuanto al escenario, se presenta muy variado, lo que nos satisface tanto o más que en 'Dead Island'. El añadido de las lanchas y las zonas pantanosas sin duda es un gran logro, aunque viajar de esta forma será mucho más exasperante que ir a pie o en coche ya que los "ahogados" se subirán a bordo constantemente si no somos capaces de esquivarlos o correr más que ellos. No obstante, esto presenta una nueva forma de viajar y llegar del punto A al punto B.
Y es que, al igual que el primer juego, el viaje será una constante. Las misiones consisten en ayudar a las personas que encontremos por la isla. Una serie de tareas, favores e intercambios de objetos que nos harán avanzar, nos reportarán beneficios y les dará a ellos una nueva oportunidad de sobrevivir. Por eso tendremos misiones como la de fortificar refugios ante oleadas de zombis, recogida de víveres y medicamentos y en general toda clase de amistosas peticiones en la mayoría de casos totalmente opcionales, pero muy recomendables para pertrecharse bien.
Con amigos siempre es mejor
El camino es largo, peligroso y muy solitario si no jugamos con amigos. En este juego, los demás personajes jugables estarán presentes en los refugios, pero no nos acompañarán a menos que sean controlados por personas en el modo cooperativo, que una vez más, es de lejos el mayor atractivo del juego. La posibilidad de ir solo está ahí. Desde luego no es imprescindible jugar con otros para completar la campaña, pero se nos hará mucho más difícil y frustrante, dado que la perspectiva en primera persona hará que los zombis nos rodeen y ataquen por la espalda en más de una ocasión.
Hay que admitir que el nuevo personaje, posiblemente sea el más balanceado a este respecto. Sus habilidades de combate cuerpo a cuerpo y sus pasivas como recuperar salud con muertes o probabilidad de curarse en lugar de morir aumentas sus opciones en el caso de ir solos. Pero, como siempre, lo de matar zombis es cosa de grupo. Así que encontramos en este juego otra de esas joyas que nos aporta incontables horas de risas y gritos por igual, disfrutando con amigos a través de la conexión online.
El nivel técnico es idéntico al del primer juego
En cuanto al apartado técnico, el juego tiene un aspecto visual idéntico al de su predecesor, y dado que han pasado dos años, esto ya empieza a ser un pequeño lastre. En su día 'Dead Island' no despuntaba en gráficos, pero el realismo de los desmembramientos y los hermosos paisajes le daban un buen sobresaliente en lo visual. Pero técnicamente los diseños de personajes y sus animaciones no lograban levantar un aplauso, mucho menos en este caso donde no hay mejoría alguna.
A pesar de eso, los escenarios vuelven a salvar el día y las armas gozan de un detalle bastante más que suficiente. Podemos ver un enorme machete con varios sopletes sujetos que calientan la hoja y la mantienen al rojo vivo con un efecto ciertamente conseguido. Los zombis, sin gran nivel de detalle, nos hacen pasar por alto esos pequeños defectos cuando vemos el realismo al abrir cráneos, cercenar cabezas y brazos o simplemente observar cadáveres calcinados o con el pecho abierto.
Los personajes secundarios no aportan un buen aspecto al juego si los tenemos cerca, como en las conversaciones. Sus expresiones faciales son pobres si los vemos en primer plano pero potables si los observamos a una distancia media.
El juego puede funcionar correctamente en una gama de equipos relativamente amplia si calibramos correctamente los parámetros. Aunque esto solo se puede hacer en el menú principal del juego. Con un equipo potente y todas las opciones al máximo el juego sigue recordándonos a la primera parte, pero tampoco se queda muy atrás visualmente respecto a la media de productos del momento.
El sonido es un apartado que cumple sin mayor éxito. El juego puede ocuparnos varias decenas de horas y no hay un número muy alto de temas musicales, por lo que se repetirán a menudo. Pero una buena banda sonora de lamentos, quejidos o gruñidos nos alegrarán la partida y de paso nos mantendrán alerta. Por eso, el apartado de los efectos de sonido es bastante bueno. Las armas de fuego suenan correctamente y los golpes secos y tajos profundos satisfacen al jugador, sobre todo cuando caen los enemigos uno tras otro. El título vuelve a estar solamente traducido al castellano, con voces en inglés que gozan de una interpretación correcta sin más.
Conclusión
Para acabar diremos que el juego no es un despunte de originalidad ni novedades jugables. Mantiene lo que funcionaba pero también lo que no. Sirve perfectamente con una divertida propuesta del cada vez más explotado género zombi, que gracias al cooperativo, su factor RPG y la libertad de movimiento nos da una experiencia que merece la pena probar.