El 22 de Marzo 2018 | 22:52
Cuando Cassandra Clare cedió los derechos para que se hiciera una película de una de sus sagas más famosas, 'Cazadores de sombras', seguramente no esperaba que esta acabara siendo un fracaso estrepitoso. Las críticas coincidieron: la película era mala tanto como en la adaptación como en el aspecto cinematográfico en sí. No enganchaba, el elenco no terminaba de cuadrar, había demasiados cambios con respecto al libro... Un auténtico desastre a todos los niveles.
Quizás fue por eso que decidió darle una segunda oportunidad a la saga, y permitió que esta fuera adaptada a modo de serie. Puede que creyera que, de esta forma, la adaptación acabaría siendo mucho mejor, más fiel a los libros de lo que la película lo había sido. Y lo cierto es que fue así. 'Shadowhunters', la serie de Netflix, acaba de estrenar su tercera temporada, y sus índices de audiencia no son nada malos; las críticas que ha recibido hasta el momento tampoco lo han sido.
En cuanto a adaptación, la serie ha demostrado ser mucho más creíble que la película (aunque tampoco es que esto fuera difícil). El formato facilita que se puedan reproducir mucho mejor todos los detalles que en los libros se van narrando, ayuda a que los personajes se capten de una forma más compleja, y, aunque sigue obviando algunos puntos que en los libros se toman como importantes, está mejor conseguida que la película. Aún así, tiene muchas cosas por pulir que a los seguidores de la saga escrita le resultan casi imperdonables. En este primer episodio de la tercera temporada han continuado con la línea que ya plantearon en un primer momento, y que podría haberse mejorado.
Comienza justo donde lo dejamos: un amor atormentado, y problemas por resolver
La tercera temporada comienza justo donde dejamos la segunda. Clary Fray (Katherine McNamara) tuvo que pedir un deseo al ángel Raziel, y lo único en lo que realmente pudo pensar con claridad era en devolverle la vida a Jace Herondale, del que estaba profundamente enamorada y que acababa de ser asesinado por Valentine (padre de Clary). Ella no contaba con que eso tuviera repercusiones a largo plazo, mas en el momento en el que Jace despertó, él ya no pudo pensar en otra cosa. Él sabía perfectamente que traer de vuelta de la muerte a alguien nunca era buena idea.
Junto con este primer problema que se plantea, aparecen muchos más: Simon sigue escondiendo sus encontronazos con el submundo, los asesinos siguen planeando sobre los Cazadores de Sombras, y los secretos cada vez parecen más sólidos. Además, Sebastian está lejos de desaparecer de su mundo, pese a que ellos contaban con haber acabado con él de una vez por todas.
La historia continúa el hilo de las novelas, con lo cual aquellos que las hayan leído encontrarán pocas sorpresas, y sabrán perfectamente a qué atenerse en un futuro. Esto es a la vez positivo y negativo; aunque si se esperaba una adaptación fiel (que es lo que se suele pedir siempre a los productos de este tipo), es una muy buena noticia para todos aquellos que aún se estén planteando verla o no. Es más rápida que los libros, con lo cual las temporadas no se corresponden con los libros en cuanto a orden; en esta tercera temporada, están teniendo lugar sucesos que, en la saga escrita, no pasan hasta la cuarta parte.
Un elenco pobre, unos protagonistas mal conseguidos
Uno de los principales problemas de la serie es que los protagonistas no son creíbles. No tienen la fuerza desgarradora que tienen los personajes de Cassandra Clare, y es como si les faltara entusiasmo en algunos casos, mientras que en otros (los menos oportunos) se exceden más de lo que pudiéramos esperar. Da la curiosa sensación de que, al mismo tiempo, estamos ante protagonistas sin sangre pero que exageran mucho para suplir esta falta de entusiasmo; es un fallo que se puede apreciar desde la primera temporada, y que continúa dándose en en la actualidad.
Pese a todo, no es una serie que pudiéramos calificar como mala, siempre y cuando tuviéramos en cuenta el público al que realmente va dirigido. Es una serie para adolescentes, en la que el amor es el principal protagonista, y se adereza con dosis de violencia sutil y misterio, para conseguir que haya una trama que enganche. Su objetivo lo consigue con relativa facilidad en el público al que va destinado, y es que son muchos los jóvenes que estaban esperando con ganas el estreno de la nueva temporada.
Un punto a resaltar es que tiene un vestuario acertado, no descuidan los detalles y procuran que el mundo de los Cazadores de Sombras sea lo más creíble posible. No solo esto, sino que al tener tanta similitud con los libros, aquellos que ya los han leído sentirán cómo se reencuentran con una saga que les acompañó durante su juventud. Más allá de eso, no es una serie memorable ni una serie que vaya a pasar a la historia por su calidad.
Una serie más: entretenida y curiosa
'Shadowhunters' no tiene la magia que sí que tienen otras series de fantasía, pero tampoco es una serie que debamos considerar mala. Se nota en todo momento el trabajo que hay detrás de las cámaras, cómo los escenarios guardan la mayor similitud con los que Cassandra Clare plantea en su libro, y los diálogos tan coherentes que se mantienen en todo momento. A la hora de juzgarla no podemos olvidar en ningún momento que no se trata de una serie profunda, ni de una serie que pretenda alcanzar a la mayor cantidad de espectadores posible, sino de una serie para un target determinado; de poco serviría aplicarle los mismo criterios que se le aplican a series como 'Juego de Tronos', por ejemplo.
Esta tercera temporada sigue la línea que sus dos temporadas anteriores ya mostraron. Y viendo el ritmo que la serie está cogiendo, podríamos señalar que ya le quedan una o dos temporadas para dar por finalizado la saga. Habrá que continuar viéndola, para ver qué es lo que nos trae en el futuro.
Lo mejor:
- Fiel a la saga literaria.
- Entretenida.
Lo peor:
- Personajes que no se sostienen.
- Solo recomendable para adolescentes.