El 27 de Noviembre 2017 | 18:48
Siete años han pasado desde que se estrenó 'Saw 3D', la que se esperaba que fuera la última película de la franquicia 'Saw'. Y, tras haber visto 'Saw VIII' (o 'Jigsaw' en Estados Unidos), no puedo más que afirmar que ojalá la saga hubiera finalizado realmente en ese momento. Pero no lo hizo, y este viernes 24 se estrenó en España 'Saw VIII', la nueva entrega de la saga.
James Wan fue el encargado de dirigir 'Saw' en 2004, una película que pasó a ser de culto de forma casi instantánea. La historia, la forma que tenía de contarla, lo que realmente transmitía... Consiguió encandilar a una gran cantidad de espectadores. Porque estábamos hablando de cine Gore, sí, pero de cine Gore con una finalidad; no se mostraba violencia por violencia, sino que todo seguía un patrón, tenía un objetivo.
El protagonista de esta primera película era Jigsaw, o Puzzle, un hombre que buscaba hacer justicia a su retorcida manera. Les proponía un juego y, como juego que era, podrían ser capaces de ganarlo si realmente querían hacerlo; solo tenían que respetar las normas y ser lo suficientemente inteligentes como para no morir en el intento. Y, por supuesto, debían estar dispuestos a sacrificar cosas por el camino. Poco se sabía de Jigsaw en ese momento; no fue hasta la segunda película que se descubrió su verdadera identidad.
Pero la idea de James Wan, el director de la película original, ni siquiera era hacer una segunda parte. Fue Darren Lynn Bousman el que le tomó el relevo, acompañado de uno de los guionistas originales, Leigh Whannell. Bousman se encargó de la segunda, tercera y cuarta parte, que salieron en años consecutivos; Jigsaw vendía, y quisieron aprovechar el tirón. No obstante, John Kramer murió en la tercera entrega y, a partir de ahí, todo parecía un despropósito. Mas continuaron alargándolo, hasta llevar a la octava película que, sin duda, ha sido la peor de todas. Los hermanos Spielrig han sido los encargados de esta última película.
Ni una buena trama, ni acción en condiciones
En esta crítica, voy a tratar de hacer un ejercicio de contención y no va a ser hasta el final que me voy a permitir compararla con la primera película. Aún así, hay muy poco que salvar de este film, por desgracia; podrían haber hecho algo grande, podrían haber recuperado la esencia de Jigsaw, pero lo que han hecho ha sido volver a la violencia sin más. No solo eso: ni siquiera la violencia ha sido digna del auténtico Puzzle.
Todo comienza con cinco personas que despiertan en una habitación, con un cubo en sus cabezas y una cadena enganchada al cuello, dispuestos para pasar la primera prueba, siempre y cuando sean capaces de dar un pequeño sacrificio de sangre. No es complicado, o al menos no lo parece; da la sensación de que Puzzle se lo está poniendo bastante fácil, y que lo difícil vendrá después. Pero no. Lo difícil no llega en ningún momento. Todo bastante predecible, con la constante sensación de que los participantes en el juego no son capaces de comprender a qué se están enfrentando. No es solo que se dejen llevar por el pánico, es que ni siquiera son capaces de concentrarse en sus pensamientos.
De forma paralela, comienza la investigación policíaca, donde todo parece ir señalando que el culpable es Puzzle. Pero es imposible que John Kramer haya salido de la tumba, ¿no? En esta parte de la trama, los protagonistas no podrían ser más planos: todos parecen sospechosos, todos tienen motivos y, a la vez, todos parecen carecer de la destreza del auténtico Jigsaw. Sea quien sea el que se esconde detrás de los asesinatos, desde luego no sabe manejarse como lo hacía Kramer.
La trama no es lo suficientemente buena como para enganchar, algo que ya habíamos vivido en las películas anteriores; no obstante, es que esta vez ni siquiera las torturas o las pruebas merecen la pena. Es como si los directores se hubieran dedicado a reciclar basándose en las películas anteriores, aunque bajándole intensidad; piernas cortadas, agujas... Y poco más.
Una película que engaña al espectador
Aunque eso no es lo peor de la película. Lo peor es que, cuando se descubre el desenlace, la sensación que el espectador se lleva es la de haber sido engañado durante hora y media. Es como si se hilaran hechos que no tienen nada que ver entre sí, como si la persona culpable se librara simplemente por un cúmulo de casualidades y no por realmente haberlo planeado todo detalladamente. Y es una pena que una saga como esta acabe haciendo algo así. Algo que podría haber cerrado de una forma más o menos coherente, que podría haber dejado la figura de Puzzle como uno de los villanos más imponentes del cine... Una decepción en toda regla.
No hay nada más desagradable, como espectador, que descubrir que la película que has visto ha sido un completo fraude. Hay películas cuyos giros argumentales no eres capaz de predecir, que te sorprenden pero, aún así, acaban pareciéndote auténticas maravillas. Por ejemplo, 'Contratiempo'. Pero con 'Saw VIII' pasa totalmente lo contrario: puede llegar a sorprender, sí, pero por la falta de coherencia del final.
Nada tiene que ver el enfoque de la primera película de la saga con este. En la primera película, Jigsaw era un hombre inteligente, que permitía que la gente ganara el juego si realmente se lo proponían. El Puzzle que encontramos ahora es una persona mediocre, que trata de imitar lo que se hizo antaño pero no sabe dejar ganar; se mueve más por venganza personal que por tratar de enseñarle algo a la otra persona.
Si vais a ver 'Saw VIII' buscando una película Gore, no lo vais a encontrar; y si vais buscando una película con fuerza, con misterio, tampoco. Esta nueva película no hace más que estropear una saga que ya debería estar muerta desde hace mucho, mucho tiempo. Y, por desgracia, todo apunta a que podrían estar planteándose sacar una novena entrega.
Lo mejor:
- Alguna escena buena.
Lo peor:
- Trama sin sentido.
- Película que engaña al espectador.
- No es Gore.