El 28 de Marzo 2018 | 21:20
En agosto del 2013, hace ya casi cinco años, se estrenó 'Pacific Rim'. Guillermo del Toro hizo un gran trabajo con ella, convirtiéndola en una película que aunaba lo mejor de la ciencia ficción y lo mejor de la acción. Pese a lo irreverente de la trama, 'Pacific Rim' acabó conquistando a los espectadores con una historia que iba sorprendiendo conforme pasaban las horas. Con el anuncio del estreno de 'Pacific Rim: Insurrección', se esperaba otro tanto de lo mismo, pese a que Guillermo del Toro había abandonado la dirección, dejando ese espacio a Steven S. DeKnight.
Del Toro fue capaz, en su momento, de aportar una consistencia sorprendente a una película de acción cuyos personajes eran monstruos mutantes y robots; no olvidó, además, la importancia de darle una estética única a su película. Muchos efectos especiales, colores, robots controlados por humanos... Todo lo que ya podíamos encontrar en las películas japonesas del siglo XX, pero llevado al máximo exponente gracias a las nuevas tecnologías. ¡Fue todo un éxito!
DeKnight, pues, no lo ha tenido nada fácil en su labor. Competía con un recuerdo bastante gratificante para los cinéfilos, y debía estar a la altura de este. Y lo cierto es que, pese a que no ha conseguido alcanzar el nivel de la primera, casi podríamos decir que ha conseguido mantenerse a la altura. Pero solo casi. En cuanto a darle al espectador altas dosis de estímulos y una buena trama, habría que darle un aprobado bastante alto.
Una secuela con más fuerza que la primera
'Pacific Rim: Insurrección' ha demostrado ser una película con más acción y más violencia que la original. Mas cuenta con grandes faltas: no solo Guillermo del Toro la abandonó, sino que buena parte del elenco hizo otro tanto de lo mismo. Los grandes protagonistas de 'Pacific Rim', como fueron Charlie Hunnam, Idris Elba y Ron Perlman, han dejado paso a John Boyega y Scott Eastwood; si bien es cierto que los dos últimos no son malos actores en absoluto, tampoco se comparan a los que protagonizaron la primera película. En 'Insurrección' se echa de menos la solidez de la trama, la historia más allá de los golpes y la violencia. No es que esta sea inexistente, es que si se compara con la primera queda un poco difusa entre tanta violencia.
Mas desde el primer tráiler el espectador sabe fácilmente qué va a encontrar en este film: monstruos y robots enormes que quieren acabar los unos con los otros, y poco más. Esto no es necesariamente algo negativo; simplemente es algo que se debe tener en cuenta a la hora de ir al cine a verla.
La raza humana se encuentra al borde de la extinción a causa de los kaijus, unos reptiles alienígenas cuyo tamaño es capaz de aterrar a cualquiera. Tras su llegada a la Tierra a través de unas brechas interdimensionales que se esconden en lo más profundo del océano, los humanos no han tenido más remedio que crear los jaegers. Estos robots gigantescos gozan de la más alta tecnología, mas tienen un requisito indispensable: deben ser controlados por dos pilotos que se conectan a través de un puente neuronal. No es suficiente con uno, y no se pueden controlar a distancia, sino que todo es bastante más peligroso. Los pilotos, debido a la complicada labor que realizan, deben ser fuertemente entrenados en una gran base militar; además, no todos sirven, puesto que debe crearse una conexión muy fuerte entre los dos humanos y la máquina.
Una vez planteada la base, la idea original, todo pasa a ser lo que estamos acostumbrados a ver en las películas de acción: el mal y el bien luchando a muerte. Y de esa lucha depende el futuro de la Tierra.
Mucha acción, poca profundización
Los personajes protagonistas son bastante planos en esta película. Pese a ser un film de acción, podría haber llegado a aportar bastante más, podría haber profundizado y habernos permitido empatizar más con aquellos que nos acompañan durante las casi dos horas de duración. Mas es un fallo que, como espectadores, podemos llegar a perdonar: hay tanta acción, tanta violencia, y todo es tan vertiginoso, que es comprensible que no se pueda pedir más.
El problema es que se pierde gran parte de la esencia de la primera película. No es un mal film si se aísla del contexto, mas si se compara con el trabajo de Guillermo del Toro, la decepción está servida. No hay tanta fuerza (pese a haber más violencia), no cuenta con tanta coherencia narrativa, la historia llega a cojear... Aquellos que disfrutaron con 'Pacific Rim', no podrán hacer lo mismo con 'Insurrección', al menos durante la primera parte. Cuando llega la segunda mitad de la película, y esta comienza a romper, nos ofrece muchas más escenas de acción donde el trabajo del equipo se nota desde el principio hasta el final.
Lo positivo de este giro en la segunda mitad de la película es que acaba dejándonos un buen sabor de boca cuando abandonamos la sala del cine, mejorando el recuerdo que de ella puede quedar. DeKnight demuestra que sabe perfectamente cómo dar el final a una película, y cómo favorecer que el espectador acabe reencontrando la ilusión en unas escenas de acción que hasta ese momento le parecían insuficientes.
Entretenimiento al servicio del público
Con 'Pacific Rim: Insurrección' el sabor que queda es bastante agridulce. Por una parte, la película tiene un final que es capaz de conquistar con relativa facilidad; por otra parte si se hace un análisis más exhaustivo, acaba siendo una película de acción más, sin demasiada fuerza y sin rasgos característicos. El problema de base es que no consigue estar a la altura de la dirigida por Guillermo del Toro y, desgraciadamente, tiene que competir con ella puesto que la comparación está ahí, sobre la mesa.
Se pierde el tono dramático que sí que nos acompañaba durante la primera tarde, y todo pasa a ser mucho más sencillo y menos intenso al mismo tiempo. Se hace hincapié todo el rato en que el personaje al que da vida Boyega no se parece en nada a su padre, por ejemplo; y si bien es cierto que eso hace que tenga un toque algo más gamberro, acabamos viendo que nada más lejos de la verdad. Si en 'Pacific Rim' los protagonistas eran importantes por algo más que por dar golpes sin ton ni son, en este caso los personajes no son más que un complemento de la historia. No se profundiza en ellos, no son más importantes que los distintos monstruos que se van sucediendo sobre la pantalla.
El eje de la película, lejos de ser una historia llamativa, es la violencia desmedida entre monstruos y robots. Y quizás ahí está su principal problema. Sí, es una película de acción; sí, sabemos perfectamente a qué nos enfrentamos cuando nos decidimos a ir a verla al cine. Pero eso no quita que busquemos algo más aparte de violencia, sangre y efectos sonoros y visuales.
'Pacific Rim: Insurrección' no es una mala película (¡y menos mal! Porque con el presupuesto del que partían, era difícil acabar haciendo un auténtico desastre), pero no consigue alcanzar a la original, y ese es su principal problema. Pese a todo, es divertida, entretenida, y tiene un final que merece la pena ver en el cine.
Lo mejor:
- Mucha acción.
- Buen final.
- Estética llamativa.
Lo peor:
- Falta de trama central.
- Protagonistas planos.