El 29 de Septiembre 2017 | 13:00
Lo más sorprendente de 'Narcos' es que no sorprenda. Esto es, que se tome como normal la intervención directa del gobierno de los Estados Unidos en latinoamérica a través de todas las vías que tiene a su alcance. La serie incluso resulta ingenua en este apartado: narra una dura historia de corrupción política, en la que establece hilos a un medio paso entre la ficción y la realidad entre narcotraficantes y políticos locales. Pagos por aquí, policía corrupta por allá, y la DEA, con el querido peña, como salvavidas de una situación insostenible. Efectivamente, si repasamos la hemeroteca descubriremos que la agencia antidroga norteamericana tuvo una fuerte intervención al desmantelar algunos de los cárteles colombianos, pero la metalectura de todo esto reside en lo drástica que ha sido tradicionalmente la intervención estadounidense en América Latina. Esto es, Narcos muestra con naturalidad, y de nuevo cierta ingenuidad, a los agentes norteamericanos campando a sus anchas por las calles de Cali y Bogotá. Ni se detiene en el análisis de lo pertinente o impertinente de esta situación, porque simplemente lo da por hecho. Así se perfila 'Narcos' en su tercera temporada, interesante, pero un poco ingenua.
Con Pablo Escobar fuera de juego, y la serie renovada por hasta cuatro temporadas, la tercera temporada se descubre como un encuentro de transición. Pegamos un salto temporal, para adentrarnos en lo más profundo de los años 90. Pablo Escobar era representado en la serie como un narcotraficante más cercano al pueblo, mientras que los de Cali son los narcos de la clase alta. Ostentosos, nadan en el lujo, y se relacionan con las altas esferas de colombia. Los sicarios pasan a un segundo plano, y el fajo de billetes del soborno se convierte en su gran arma. Así, y pese a seguir siendo una serie de mucha acción, sobre todo en al segunda mitad de la temporada, es más un thriller político en esta ocasión.
'The Wire' a la colombiana
De esta forma enlaza con 'The Wire', el gran referente que han tomado para los nuevos episodios. 'The Wire' nos trataba de aproximar a lo más bajo del sistema y su funcionamiento encorsetado. Una y otra vez, 'Jimmy' McNulty chocaba con los muros invisibles de la política, las influencias y sus superiores, con esa sensación perpetua de estar rascando día a día la superficie de los problemas sin la posibilidad jamás de llegar al fondo del asunto. La lucha contra la droga en las calles de Baltimore, de esta manera, queda condenada a cronificarse en la serie de HBO, igual que en los Cárteles latinoamericanos que desvela 'Narcos'. 'The Wire', sin embargo, está a otro nivel por dos motivos: el primero de ellos es que David Simon trató de mostrar la influencia de la exclusión social en las calles deprimidas de la ciudad como algo de impacto transversal y estructural: afecta a educación, urbanismo, empleo... Cada temporada de 'The Wire' giró en torno a un tema concreto, mientras que todos los problemas estaban evidentemente entrelazados. 'Narcos', sin haber tenido nunca esta intención decidida, posiblemente nos aproximó en mayor medida al caldo de cultivo que dio lugar a los imperios de la droga en Colombia en su primera temporada. A posteriori, la serie se ha ensimismado en la glorificación del narcotraficante, perdiendo sin duda parte del interés. La segunda gran diferencia entre 'Narcos' y 'The Wire' alude a la ingenuidad expuesta al inicio: la de HBO es plenamente consciente de todos los puntos que toca, mientras que en 'Narcos' T3 existen cabos sueltos que se obvian muy evidentes.
Sin embargo, comparar este caso particular con 'The Wire', aunque necesario, parece injusto. Puede qedar la sensación de que 'Narcos' sea una serie prescindible, cuando resulta todo lo contrario. La nueva temporada logra mantener el vuelo con muy buen nivel. La serie vino creado por y para el personaje de Pablo Escobar muy bien llevado por Wagner Moura. Ahora, un reparto coral abre las tramas en varias direcciones dando lugar a un historia que mantiene un muy buen ritmo. Las fricciones entre iguales que surgen entre los grupos de narcotraficantes muestran luchas de poder, que nunca antes habíamos visto, y el personaje del Agente Peña, brillante también Pedro Pascal en el papel, sostiene también toda la carga que depositan sobre él. 'Narcos' en su tercera temporada es más directa, más ágil, y sigue siendo tremendamente interesante.
Historia coral y más tramas
El reparto coral permite la inclusión de nuevos actores. Alberto Ammann, que ya había tenido participación previamente, se come la pantalla al gozar de más protagonismo. Su personaje es el más salvaje de todos, el más inquietante, y el más hipnótico. También muy contundente el papel de Francisco Denis, como uno de los capos del cartel, convertido en la pieza fundamental de la trama principal. Javier Cámara, como contable del cártel, aporta un tono de humor que también encaja sorprendemente bien. Sin embargo, el personaje de Jorge Salcedo, interpretado por Matias Varela, es el gran descubrimiento. Las temporadas anteriores sirvieron para que en España descubriésemos a Wagner Moura con su "plata o plomo"; la nueva temporada sirve para poner en nuestro radar a Matias Varela.
Algo que el equipo se ha preocupado mucho por proteger es la autenticidad que logra transmitir, lo que al trabajar con actores de diferentes nacionalidades funciona. De nuevo, como sucedía en la temporada dos, cuando el foco sale de las calles de Cali para adentrarse en la selva en guerra entre las Farc y los paramilitares de la CIA llega el bajón. En ninguna de las dos temporadas han sido capaces mostrar claramente la relevancia del conflicto, y en ningún punto logran dibujar una línea coherente en la relación que guarda este conflicto con la lucha frente al narcotráfico. En este aspecto, la intención de relato histórico que la serie en algún momento pretende se muestra genuinamente fallido.
Conclusión y futuro
'Narcos', con su tercera temporada, deja de ser la serie de Pablo Escobar para convertirse en una antología del narcotráfico. Quizá en la segunda mitad de la temporada sobra acción en favor de entrar en algunas relaciones políticas que la serie no se atreve a tocar. Ese aire rompedor y crítico con el que se trata de presentar se desmorona ofreciendo acción directa en algunos pasos. Sin embargo, sigue siendo una serie imprescindible, de las mejores del año, y la consagración de la ficción. La temporada 3 de 'Narcos' era un punto más complicado bajo la necesidad de sobrevivir a Pablo Escobar. Un casting inteligentemente construido, el empeño de renovar al completo las tramas, y un guión que te amarra sobre el respaldo de la butaca garantizan el futuro de 'Narcos', y aquí estaremos para verlo.
Lo mejor:
- La serie sobrevive a Pablo Escobar sin problemas.
- Amán, Cámara y Francisco Denis están muy acertados.
- Matias Varela como Salcedo está brillante. El descubrimiento de esta temporada es este actor.
- Mantiene la autenticidad.
- Trata más de las relaciones políticas que de la figura glorificada de un narcotraficante.
Lo peor:
- Hay algunos puntos en su intención de desarrollar la trama política a los que no se atreve a entrar.
- Cuando el foco se va a la selva pierde el interés.